Parecía premonitorio, pero
no lo
fue hasta el nombramiento
del
primer gabinete del
castillismo
El
“quincenario mensual” de Arequipa
edita retablo
ayacuchano como suplemento
Como suplemento
especial por el bicentenario nacional, el “quincenario mensual” de Arequipa, El
Gallito, editó un singular retablo ayacuchano con las imágenes de personajes que,
según criterio del autor, editor, director, fotógrafo y “hasta chulillo de sí
mismo”, Álvaro “Lessness” Podestá Cuadros, son los peores de la historia.
Además, el director de
El Gallito presentó el Retablo en sociedad -vale decir en las redes y ejemplares
impresos en papel- el día de su cumpleaños, el 29 de julio pasado, por lo cual
recibió, además, numerosos abrazos vía internet, ya que la pandemia prohíbe otro
tipo de manifestaciones de afecto.
El retablo que hoy ocupa la atención de quienes siguen las excentricidades del director y… etc. de El Gallito, es de un tamaño extraordinario. Para los imprenteros que saben de estas cosas sería un A-2, pero otros son los valores de la obra.
Contiene dentro de su
gran titular, VilCentenario, un subtítulo, 200 años de no sé qué,
bajo el cual figuran muchos de los personajes más funestos de nuestra breve
historia republicana.
Y digo breve porque si descontamos los años que nuestra República pasó bajo el imperio de las botas puras y sinceras, y no pocas veces ellas mismas disfrazadas con el eufemismo de binomio pueblo-fuerza armada, no le queda al país mucho tiempo de república democrática.
El retablo periodístico de El Gallito contiene varias frases famosas que pintan de cuerpo entero a sus autores, como “Juro por dios y por la plata”, “demuéstrenlo, pues, imbéciles”, “campesino, el patrón no comerá más de tu pobreza”, “disolver…”.
La lista sigue en
desorden y son para destacar “para el ritmo de vida que llevo, la plata no me
alcanza”, “la plata llega sola”, “el puente no se cayó, ¡se desplomó!”, “este
es un país de violadores”…
En fin, vale la pena darse
una vuelta por el muro de Facebook del autor para encontrarlas y divertirse por
la gracia y salero de los autores de las frases y recordar las circunstancias
históricas en que ellas fueron pronunciadas.
Por supuesto, creo que el Retablo VilCentenario se queda corto en cuanto a la imaginación desplegada por sus protagonistas para adecuar sus dichos a las formas de disimular la corrupción que los envolvía y que algunos calificaron de pecadillos y no de fraudes de cuatro costados.
Vale la pena, lector
amigo, darse una vuelta por el Retablo de El Gallito y calificar por sí mismo
si hoy estamos en medio de la ficción de un tiempo nuevo -el castillismo lo llaman algunos- o si todo es una
repetición de algo que vivimos y que, a fuerza de resignación, llamamos
acontecimiento histórico. (Luis Eduardo Podestá).
(Imágenes del Retablo
VilCentenario de El Gallito)
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