De 26 temblores ocurridos
en abril, 17 sacudieron la
zona entre Arequipa y Tacna
La UNI señala
zonas de riesgo en Lima
ante un
fuerte movimiento sísmico
De los 26 sismos ocurridos durante abril en el territorio del Perú, 17 tuvieron como epicentro las regiones Arequipa, Moquegua y Tacna, de acuerdo con un informe del Instituto Geofísico del Perú (IGP).
El organismo precisó
que el 17 de abril se produjeron cinco temblores en Maca (Caylloma) y otros dos
en Quilca (Camaná), ambos en la Región Arequipa.
Según el diario La República, cuya redactora Deisy Pari entrevistó a Hernando Tavera, jefe del IGP, “la frecuencia de los sismos ha puesto en alerta a la población”.
Pero Tavera afirmó que “estos movimientos de magnitudes leves a moderadas no propiciaron que se libere la energía acumulada que hay entre las placas tectónicas de Nazca y la Continental”.
Energía acumulada y peligrosa
Por ello, declaró Tavera, “frente a Moquegua y Tacna, hay energía acumulada que tiene que dar origen a un sismo de gran magnitud”, algo que es similar a lo que ocurre “en la zona norte de Chile”.
Tavera añadió que
aunque la cantidad de sismos “llamó la atención, no se puede asociar a nada en
específico”, y precisó que por lo demás “está dentro de lo normal para la zona
sur del país”.
En cuanto a los grandes sismos que son previsibles, Tavera señaló que “van a afectar a las regiones mencionadas y a Arequipa, tanto por la magnitud como por el nivel de sacudimiento”.
“Ocurrirá en cualquier momento. El tema es que sabiendo eso, tenemos que empezar a prepararnos como ciudad, como población”, le dijo a la periodista de La República.
Pari escribió que “las placas de Nazca y Continental están en continuo movimiento, (y) en ese choque hay una superficie de contacto, de fricción donde se generan los sismos”.
“Cuando estas placas no
se mueven es porque están muy rígidas y, por lo tanto, las fuerzas se siguen
acumulando hasta que llegue un momento en que se sobrepase la resistencia y se
produce un sismo grande que es el que se espera para la región sur y norte de
Chile”, concluyó.
Los terrenos peligrosos en Lima
Por su parte, Carlos Zavala, director general del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (CISMID) de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), advirtió que “las construcciones en Lima tienen mayor o menor vulnerabilidad ante los sismos debido al suelo donde se ubican”.
Zavala declaró a la agencia
de noticias Andina que hay que considerar “cómo fueron edificadas las viviendas”
en Lima.
“Las zonas que tienen mayor riesgo son las que tienen suelo flexible: Villa El Salvador, las playas del sur, como San Bartolo, entre otras. Por el norte tenemos Ventanilla, Comas, Independencia y San Juan de Lurigancho, especialmente las zonas ubicadas en las colinas, donde las viviendas son muy vulnerables”, describió.
Dijo que las construcciones “son frágiles porque han sido autoconstruidas con materiales no apropiados para darle sostenibilidad, seguridad y flexibilidad frente a un sismo”.
“Utilizan ladrillos tubulares, que no son aptos para construir paredes portantes, de acuerdo con la normatividad vigente. En el Perú la gente autoconstruye con el material más barato”, dijo.
“No saben que por carga
de gravedad pueden funcionar, pero cuando venga la carga de un sismo fuerte no
van a resistir y perderán su inversión”, puntualizó.
Precisó que “una construcción con ladrillos tubulares resiste 50% menos que otra edificación con ladrillos de fábrica e incluso los de tipo sólido artesanal”.
“Ni siquiera es un tema de costos notable”, agregó, “porque la diferencia entre el ladrillo tubular y el artesanal es menor al 30% del costo”.
“Es básicamente porque los engañan, les ofrecen ese ladrillo que lamentablemente es una inversión desperdiciada porque tras un sismo fuerte no van a poder reparar la casa, porque será muy caro hacerlo. En muchos casos habrá que demolerla”, alertó.
Solo el 20 % con inspección
Zavala expresó, asimismo, que “si hablamos de Lima solo el 20% de viviendas construidas ha pasado por una inspección del municipio, ha tenido planos y un arquitecto. El 80% no ha tenido nada de esto”.
Añadió que “los suelos flexibles, como los de zonas aledañas al río Rímac, el Callao, Ancón entre otros, no son ideales para construir (porque) son suelos arenosos, con una napa freática inestable debido a que el agua subterránea está muy próxima”.
Desaconsejó construir
en la zona conocida como Lomo de Corvina por el mismo motivo y recordó que, en
Pisco, frente a la playa Hawai había un acantilado que se hundió tres metros
tras el terremoto del año 2007.
“Lo mismo ocurrió en la zona de Tambo de Mora. Lo mismo podría pasar en Lurín donde humedales muy cerca y otras zonas llenas de arenales o suelos inestables”, informó Andina.
El especialista recalcó que “en la falda de los cerros, hay una amplificación sísmica, dependiendo del tipo de suelo que se tenga. Si es suelo arenoso habrá amplificación. En un cerro granoso, habrá menos amplificación con cierta disipación de energía”.
“Los municipios son los que tienen que gestar el riesgo de desastres. Deben buscar las zonas donde reubicar a las personas. A los invasores solo queda sacarlos”, opinó.
(Imágenes de La República, Andina y Googlesites)
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