recuerda por qué el
suceso
prendió “la chispa
de la rebelión”
El
periodista y escritor Luis Eduardo Podestá Núñez, autor del libro Cuatro
Días de junio, que describe los orígenes y desarrollo de la gran
rebelión de Arequipa de junio de 1950, fue invitado a la reciente sesión la
Tertulia del Chivo, grupo periodístico de debate que trata diversos temas de la
actualidad nacional.
La rebelión del 50 en la Tertulia |
Podestá
fue invitado por el periodista Justo Linares Chumpitaz, conductor de la
Tertulia, para contar lo que ocurrió aquellos “cuatro días de junio” que fueron
evocados la semana pasada en Arequipa por las asociaciones de exalumnos del
centenario Colegio Nacional de la Independencia Americana.
La
pantalla mostró a Justo Linares, presentador, Luis Podestá, César de los Heros,
Néstor Ikeda, Hugo Chauca, Celinda Barreto, Eduardo Bravo, Edwin Sarmiento y a
Walter Buleje, todos periodistas procedentes de distintas fuentes como la
televisión, diarios y otras actividades de la ciencia de la comunicación,
quienes se encontraron a través de la aplicación Zoom de internet.
Justo
Linares inició la sesión con un recuento de lo ocurrido en el histórico plantel
y presentó a Luis Podestá, quien estaría a cargo de la exposición con que se
abriría el debate de los asistentes, a la reunión virtual mediante la aplicación
Zoom de internet.
Luis
Podestá informó que durante la semana precedente en Arequipa y Lima y, con
seguridad en otras partes del país, se habían recordado las Bodas de Titanio,
70 años, de la huelga del 12 de junio de 1950, protagonizada por estudiantes
del Colegio Nacional de la Independencia, con ceremonias en el mercado de San
Camilo y la sede del plantel.
Un minuto de silencio
Añadió
que el pasado sábado 13 a las 3 de la tarde, exalumnos y familiares de estos guardaron
un minuto de silencio en sus hogares, debido a la cuarentena, en homenaje a
quienes cayeron víctimas de la represión militar durante ese y los días
siguientes.
Un minuto de silencio a las 3 p.m. del 13 de junio |
Como protagonista de la huelga del Colegio Independencia, Podestá narró lo ocurrido desde las ocho de la mañana del 12 de junio de 1950 en el plantel, y relató que el 13 de junio recibieron la visita del prefecto coronel del ejército Daniel Meza Cuadra, quien lejos de promover una solución a la huelga, trató de amedrentar a los alumnos con el uso de las fuerzas policiales y militares.
Rafael Vizcardo: Minuto de silencio en Arequipa |
Narró que
el planteamiento del prefecto fue rechazado hasta en dos ocasiones porque no consideraba
ninguna solución que no fuera el abandono del colegio, y las fuerzas policiales
atacaron el plantel a las 3 de la tarde del 13 de junio, mientras tropas del
ejército, posicionadas en campos de sembríos vecinos al colegio hacían fuego “al
aire”, según las autoridades, de ametralladoras y fusiles.
Los estudiantes
rechazaron el ataque policial en un enfrentamiento que duró 45 minutos, y se
retiraron sin haber podido desalojar a los estudiantes.
Mientras
tanto, se escuchaban protestas de padres de familia que concurrieron a las
afueras del plantel para averiguar por la suerte de sus hijos.
Recordó
que en el lado sur, fue muerto de un balazo un obrero a quien la compañía
constructora de un nuevo pabellón del Internado, había dejado como vigilante y
que en el sector norte del plantel, resultaron varios estudiantes y policías
heridos.
Mediodía del 12 de junio de 1950 |
Incidió
en la escasa voluntad demostrada por las autoridades de entonces, para resolver
el conflicto estudiantil sin recurrir a la fuerza, y que el prefecto Meza
Cuadra no aportó ninguna fórmula para resolver la situación.
Puso
énfasis en que las autoridades de entonces acusaron a los estudiantes de haber respondido
al ataque con armas de fuego, pero, acentuó Podestá, la prueba de que no fue así,
radicaba en que quedaron 16 estudiantes heridos, seis de ellos de bala, y hubo,
asimismo, 16 policías heridos con solo contusiones o fracturas, según constaba
en los partes del hospital Goyeneche donde aquellos se atendieron.
Rechazó
la versión de algunas personas, que señalaron que fines políticos promovieron la
huelga. Podestá describió puntos del pliego de reclamos que motivaron la huelga
estrictamente de carácter estudiantil.
Protesta popular
sofocada a balazos
El
expositor anotó luego que el enfrentamiento entre fuerzas policiales y estudiantes
desarmados, causó la indignación y protesta de padres de familia y pobladores.
Narró que
el mismo día 13, poco después de los incidentes en el colegio, se iniciaron protestas
en el centro de la ciudad, contra las cuales primero actuaron fuerzas
policiales, y luego tropas de los batallones de infantería 13 y 45, y del grupo
de artillería de Tingo.
Protesta popular ante el abuso de la dictadura |
La magnitud
de las protestas y desórdenes superó la acción de la policía, la que, por la
gravedad de los hechos, se refugió en sus cuarteles, mientras la prefectura
ordenaba la salida de las tropas.
Podestá precisó
que el doctor Javier de Belaunde Ruiz de Somocurcio -quien escribió que la
huelga y el comportamiento de las autoridades fueron “la chispa que encendió la
rebelión”-, fue protagonista directo de los hechos de aquellos cuatro días de
junio, autor de varios artículos y en su propia biografía, Político por
vocación, describe los pormenores del movimiento popular de aquella
fecha.
Néstor Ikeda, excorresponsal de la agencia norteamericana de noticias The Associated Press, interrogó a Podestá sobre si la huelga y la rebelión posterior tuvieron consecuencias contra los protagonistas.
Podestá respondió que, a pesar de que al concluir las acciones y normalizarse la situación, las autoridades se comprometieron a no adoptar ninguna represalia contra los actores de ambos hechos, estos fueron objeto de persecución durante varios años, mientras duró la dictadura de Odría.
En lo que toca a los estudiantes del colegio Independencia, algunos de ellos debieron esperar uno o dos años, para intentar ingresos a las escuelas militares o policiales y otros fueron perseguidos sistemáticamente y detenidos y sometidos a prisión en los años que siguieron a los hechos de 1950.
Néstor Ikeda |
Podestá respondió que, a pesar de que al concluir las acciones y normalizarse la situación, las autoridades se comprometieron a no adoptar ninguna represalia contra los actores de ambos hechos, estos fueron objeto de persecución durante varios años, mientras duró la dictadura de Odría.
En lo que toca a los estudiantes del colegio Independencia, algunos de ellos debieron esperar uno o dos años, para intentar ingresos a las escuelas militares o policiales y otros fueron perseguidos sistemáticamente y detenidos y sometidos a prisión en los años que siguieron a los hechos de 1950.
La rebelión
de junio de 1950, fue calificada por los historiadores como la más grande gesta popular del siglo XX de Arequipa contra una dictadura.
(Imágenes
del blog Podestá te cuenta y www.podestaprensa.com)
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