que estremeció Arequipa
cuatro días de junio
en 1950
Un día
como hoy, hace 70 años, el 12 de junio de 1950, se inició una huelga
estudiantil en el Colegio Nacional de la Independencia Americana, y ante el
intento de sofocarla por la fuerza, se convirtió en la chispa que encendió la
más grande y sangrienta rebelión que vivió Arequipa en el siglo pasado.
Mediodía del 12 de junio de 1950 |
Estudiantes
de aquella época, que aún viven, recuerdan la gesta de 1950, que convirtió en
histórica a su promoción, la de 1951, ya que quienes promovieron ese
movimiento estudiantil, cursaban entonces el cuarto año de secundaria.
Uno de
los dirigentes del comité de huelga, el periodista Luis Eduardo Podestá, señala
que en aquella ocasión “los estudiantes del Colegio Independencia acudieron a su
cita con la historia y escribieron una página de heroísmo al levantarse contra
el autoritarismo que estaba a punto de echar raíces en ese plantel emblemático”.
La huelga
estalló a las ocho de la mañana del 12 de junio de 1950, cuando los estudiantes se rebelaron ante su reclamo de reivindicaciones estudiantiles que no fue
atendido.
El pabellón del Internado estaba en construcción |
El
estallido de dos petardos de dinamita, activados por el estudiante de Cuarto
año C, Rómulo Gonzales Paredes, marcó el inicio de la gesta.
En plena dictadura
El
movimiento, desarrollado en plena dictadura militar del general del ejército
Manuel Odría, discurrió con relativa tranquilidad el lunes 12 de junio,
mientras los dirigentes estudiantiles gestionaban sin éxito, una entrevista con
las autoridades para obtener una solución a sus reclamos.
Lo que se
produjo, por el contrario, al mediodía del día siguiente, martes 13, fue la
presencia matonesca del prefecto de Arequipa, coronel Daniel Meza Cuadra,
quien, fuete en mano, en una reunión con los dirigentes de la huelga, amenazó
con usar la fuerza del ejército para sacarlos del plantel.
Evocación del dramático episodio |
Los
estudiantes rechazaron las amenazas y decidieron continuar la huelga, y a las 3
de la tarde de ese día, fuerzas policiales intentaron tomar el colegio. Fueron
rechazadas pero en la refriega, librada a balazos policiales contra ladrillazos,
quedaron seis alumnos heridos de bala y otros diez con lesiones diversas.
Simultáneamente,
tropas del ejército que habían rodeado el plantel, abrieron fuego de
ametralladoras y fusiles al aire con afán de amedrentamiento en cumplimiento de
órdenes emanadas de la prefectura que se mantenía en conversación telefónica
constante con el gobierno de Lima.
Demostración
popular de protesta
En enfrentamiento terminó 45 minutos después y el pueblo de Arequipa, en un movimiento
de solidaridad y respaldo acudió a las puertas del colegio.
Horas
después, una manifestación popular de protesta fue atacada por la policía y
tropas del ejército en la Plaza de Armas. Se produjeron incidentes y se cruzó
fuego de fusilería en distintos sectores de la ciudad.
Protagonistas de la huelga ante placa recordatoria |
La noche
de ese mismo martes 13 de junio estallaba lo que se ha conocido como la
rebelión del 50, que solo fue dominada a sangre y fuego cuatro días después,
por los batallones militares 13 y 45 de infantería, comandados por el teniente
coronel Genaro Cardeña.
Otros
cuerpos de ejército como el Grupo de Artillería de Tingo, acantonado a ocho
kilómetros al oeste de la ciudad, combatieron a los pobladores, y dejaron una
huella de profundo resentimiento durante varios años, entre la sociedad
arequipeña y las fuerzas armadas.
Los
siguientes, entre el martes y el viernes, fueron días de heroísmo durante los
cuales, ciudadanos armados con escopetas o fusiles arrancados a los militares,
combatieron día y noche en las calles de la ciudad.
Cincuenta años
después
El año
2000, al cumplirse 50 años de aquella épica jornada, la Municipalidad
Provincial de Arequipa y la Universidad de San Agustín convocaron a un foro
sobre aquella rebelión y el periodista Luis Eduardo Podestá Núñez –quien tuvo
el honor, con Alberto Adaui Jaguandi y Felipe Álvarez Pacheco, de integrar el
comité de huelga del colegio Independencia–, presentó la primera edición del
libro Cuatro días de junio en el salón consistorial de la ciudad.
Arequipa reconoció el gesto de rebeldía |
El libro relata
con fidelidad de testigo, lo ocurrido en el histórico plantel desde el momento
en que se inició la huelga, hasta cuando los estudiantes dejaron el colegio el jueves por la tarde.
Luego de
la presentación de ese libro, el autor recibió nuevos informes y testimonios de
diversas fuentes que enriquecieron una segunda edición de Cuatro días de junio
que fue presentada en Arequipa el año 2005.
“He
escrito esta narración porque esta fecha ya está en camino de olvidarse y
porque es necesario que las nuevas generaciones conozcan la verdad de cómo se
inició la rebelión de junio de 1950 y la sociedad entera recoja la experiencia
para que sucesos sangrientos como aquel no se repitan jamás”, dijo Podestá en su exposición
en la Universidad.
El
pliego de reclamos
Algunas
versiones trataron de desvirtuar los verdaderos fines de la huelga, a la que
calificaron de política, pero el exalumno y exfuncionario de la Municipalidad
de Arequipa, Rafael Vizcardo Begazo, recordó puntos vitales del pliego de
reclamos que los huelguistas presentaron al entonces director del plantel.
Del Cuarto B: Gutiérrez, Podestá y Vizcardo |
Vizcardo
dijo que entre los reclamos figuraban una “rendición de cuentas de fondos
recaudados por la Asociación de Estudiantes, que ascendía a la cantidad de S/.
25,000 soles, provenientes de la cuota de S/. 16 que cada alumno estuvo
obligado a pagar a principios del año”.
Mencionó
también la “supresión del Sistema Disciplinario del puntaje instaurado por el
director Juan Zela, según el cual, cada alumno recibía cien puntos a inicios
del año que le eran descontados por falta cometida dentro o fuera del plantel”.
También
se pedía la “destitución del director del Colegio, de algunos profesores y
miembros del Cuerpo Disciplinario, por causas de incompetencia, despotismo,
maltrato a los alumnos” y otros motivos debidamente documentados.
Negociado con los alimentos
"Se
descubrieron, asimismo, negociados con el abastecimiento de alimentos en el
internado del plantel, a lo que se sumó el mal funcionamiento de la Biblioteca
y el estado de los laboratorios de química y gabinete de física, que carecían
de los elementos esenciales para la enseñanza”, añadió Vizcardo.
H |
Homenaje a la Promoción 1951 en San Camilo |
“También
se reclamó el funcionamiento de la Asociación de Estudiantes, que hasta el año
anterior, era un órgano de diálogo con las autoridades, eliminada en 1950”,
subrayó el exalumno.
Durante
medio siglo, la rebelión de Arequipa de 1950 y la huelga estudiantil que le dio
origen, fueron silenciadas oficialmente hasta que el año 2000, el alcalde Juan
Manuel Guillén Benavides y las autoridades de la Universidad Nacional de San
Agustín, dieron los pasos encaminados a difundir la realidad de aquellos días
históricos.
(Imágenes
del blog Podestá te cuenta-www.podestaprensa.com)
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