a la rodilla izquierda y no a la
derecha si ambas caminaron
igual
Hace unos
diez años me diagnosticaron artrosis en la rodilla izquierda, cuya definición
médica es “la pérdida del cartílago articular con un sobrecrecimiento y
remodelación del hueso subyacente”.
¿Por qué la rodilla izquierda? |
Es decir,
los huesos ya no tienen un colchón que atenúe su rozamiento porque, además, el
paso de los años ha causado la pérdida del líquido sinovial que lubrica esa
parte del esqueleto, según mi modesto conocimiento.
En el
policlínico de EsSalud donde me atienden, los médicos indicaron que eran males
debidos a la edad, lo cual es normal en el género humano.
Me
preguntaba por qué la izquierda debía sufrir las consecuencias de la artrosis traducida
en dolores, inflamaciones y debilidad de los pasos izquierdos, mientras la
derecha sigue no tan campante, pero cumple sus funciones con mediana eficiencia.
O, a lo
más, cruje como antes crujía la rodilla izquierda, lo cual se prestaba a
bromas, porque siempre es gracioso señalar que uno camina con las rodillas crocantes.
Al principio era así. Algo gracioso, nada doloroso. ¡No se ría!
En el invierno el padecimiento es doble |
Pero el
tiempo avanzó y los inviernos cayeron como un castigo inmerecido, pues las
rodillas no tienen la culpa de lo que uno haya hecho, por mandato del cerebro,
que es que manda todas nuestras acciones.
Un ojo que mira en
blanco y negro
Uno le echa
la culpa a la costumbre -ya abandonada, por supuesto- de las duchas frías todas
las mañanas de los veranos e inviernos, durante casi todo el tiempo que pudo
aguantar el cuerpo, antes de optar por el agua tibia, algo que, por lo demás,
padecieron y gozaron, las dos rodillas.
(¿Es
posible imaginar que con el avance de la edad uno de los ojos pierda su capacidad
de ver la naturaleza en sus maravillosos colores? ¿Es posible que el ojo derecho
mire correctamente y el izquierdo en blanco y negro?).
¡He ahí la diferencia! |
En busca
de alivio recurrí a no solo los medicamentos oficiales, proporcionados sin
costo actual por el Seguro, que ya me cobró el pasado jugosos porcentajes de mis
sueldos, algunos muy altos en determinadas épocas de bonanza.
Cinco mil años de
medicina china
Consulté
en Internet qué podía probar y descubrí que un médico chino había preparado “con
solo elementos naturales” una crema maravillosa que rehabilitaba los gastados
cartílagos que sirven de colchón entre los huesos de las articulaciones.
Remedios de la maravillosa naturaleza |
Me dije
que el médico chino era el depositario de ¡cinco mil años de medicina oriental!
frente a los quinientos de la medicina occidental y compré la crema que comenzaba
a rehabilitar los cartílagos a partir de los cuatro o cinco días de aplicación cuando
ya podía comenzar a sentir el alivio que buscaba.
¡Falsa
esperanza! Un mes más tarde los cartílagos siguen al parece desaparecidos por
los años de caminar sobre mis piernas. Y repito: Lo curioso es que el
padecimiento es solo de mi rodilla izquierda.
Creo que
es la hora de buscar a quienes padezcan artrosis de la rodilla derecha. ¿Se
produciría entonces una suerte similar a la de aquel insólito convenio en que
un ciego utilizó los servicios de un cojo para que desde su espalda lo guiara
por el camino correcto?
Imagínese
el episodio inédito de un hombre con artrosis en la rodilla izquierda atado a
otro que la padezca en la derecha, a fin de combinar fuerzas y caminar derecho. ¿Será posible?
¡No reírse, por favor!
Cosas en
que se distrae la imaginación para olvidar durante unos minutos que uno ha comenzado
a caminar como cojito.
Luis Eduardo Podestá
(Imágenes
de syaloset2000.wixsite.com – apiterapia.com.co e Internet)
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