jueves, 25 de julio de 2019

Homenaje por 50 años de periodismo


Quince miembros de la orden recibieron
diplomas del Colegio de Periodistas de Lima
y brindaron con el Ponche de los libertadores

En reconocimiento a su medio siglo de labor periodística, 15 hombres y mujeres de prensa, entre ellos dos a título póstumo, recibieron el homenaje del Colegio de Periodistas de Lima que preside Ricardo Burgos, en la antesala de las Fiestas Patrias 2019, cuando se hizo un brindis con lo que la entidad llamó el “Ponche de los Libertadores”.

Un millón de gracias por haber hecho buen periodismo
Dos periodistas, Eduardo Deza Ormeño y Ernesto Chávez Álvarez, recibieron el diploma y el homenaje de sus colegas a título póstumo.

Fueron distinguidos, además, Mario Fernández Guevara, Humberto Rivera Álvarez, Alejandro Rony Guerra Meza, Jorge Sandoval Córdova, Raúl Dreyfus Arévalo, Celinda Barreto Flores, Fernán Salazar García, Fernando Cervantes Valencia, Félix Delgado Narváez, Isabel Bautista Arroyo, Roberto Mejía Alarcón, Edgardo de Noriega Mastrókalo.

Cumplieron medio siglo de trabajo
Conozco a la mayoría de los colegas homenajeados, por lo cual, apoyado en mi memoria, procuraré hacer un recuerdo especial, con la esperanza de que aquellos a quienes no mencione sepan perdonar la omisión debido a que, de acuerdo a normas periodísticas hartamente conocidas, uno solo debe escribir de lo que conoce.

A Humberto Rivera lo conocí cuando él trabajaba en la desaparecida La Prensa y cultivamos nuestra amistad en frecuente asistencia a la sede de la Federación de Periodistas del Perú (FPP) y cuando esta gloriosa institución gremial tenía presencia nacional y se ganó el respeto de los peruanos.

Contendores en elecciones

Fuimos contendores en elecciones, que antes se celebraban legal y libremente, ante la expectativa de la opinión pública, por el cargo de Secretario General del Centro Federado de Periodistas de Lima

Luego del indeseado cierre de La Prensa, Rivera editó una exitosa revista, que creo subsiste hasta hoy, constituyéndose en una publicación de muy larga vida en el universo periodístico de la llamada prensa no diaria.

Con Jorge Sandoval me une una antigua amistad, que renovábamos en las sesiones mensuales del Club de Periodistas del Perú. Sé que lleva actualmente una activa vida periodística en la empresa privada por lo que le extiendo mi abrazo y felicitación.

A Celinda Barreto, la conozco desde cuando ella trabajaba en La Prensa y acudía a las actividades de la FPP.

Reproduzco un resumen de un mensaje que emitió en la red, en torno al reconocimiento de su larga actividad periodística: “Quiero expresar mi profundo agradecimiento al Colegio de Periodistas de Lima, por el reconocimiento a mis 50 años de ininterrumpida labor periodística.

Celinda. Otra distinción
“La ceremonia de anoche (martes 23 de julio) fue muy emotiva, como se lo he hecho saber a mi colega y amiga Ligia López de Castilla, directiva de la institución, pues nos permitió encontrarnos a colegas de varias generaciones y porque es muy importante que nuestra labor sea reconocida.

“Además de trabajar en La Prensa, (…) y otros medios de comunicación peruanos, he tenido el privilegio de trabajar en España, en la agencia de Noticias ANSA, junto a Marcello Onganía (…).

“Por todo esto y por haber trabajado también en (…) la línea aérea VARIG, también hoy desaparecida, he tenido la oportunidad de visitar muchos países del mundo, por lo que me siento muy agradecida a esta profesión que tuve el acierto de escoger cuando era casi una adolescente.

Periodista de embajada
 
Cervantes: merecido diploma
Con Fernando Cervantes Valencia me une una vieja amistad, acentuada durante los años que trabajé en la agencia Associated Press (AP) y él desempeñaba funciones periodísticas en el área de comunicaciones de la embajada de los Estados Unidos.

Continuamos esa camaradería a través de esporádicos mensajes en las redes sociales, y nos seguimos en el tiempo y la distancia, que no han podido mermar esa amistad.

A Isabel Bautista Arroyo, Chabuca, la conozco desde cuando ella trabajaba en Última Hora y, por las noches, volvía a su domicilio, en un señorial edificio de la Plaza San Martín, donde un entrañable amigo, el abogado y periodista de la France Presse (AFP), Diógenes Puente de la Vega, tenía su estudio y su voluntad de no decir nunca no para reuniones de viernes por la noche, de juego de dados y largas tertulias de música y cerveza.

Ella llegaba al edificio alrededor de las siete u ocho de la noche, luego de completar su jornada en la cercana Última Hora y se encontraba con quienes estábamos a la espera de que se completara el grupo habitual de los viernes.

Chabuca también era concurrente periódica a las actividades que programaba la FPP de activa vida gremial en el país y nos veíamos en ese escenario con la frecuencia que nos reclamaba nuestra convicción institucionalista.

Con Roberto Mejía Alarcón tuvimos frecuentes contactos cuando, en mi calidad de presidente de la Federación de Periodistas, y él como presidente de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), concertábamos acciones en los primeros años de la dictadura fujimorista para recuperar ciertos beneficios que el gobierno había arrebatado a las instituciones.

En las ocasiones que tuve de concurrir a la sede de la ANP, recibí siempre el abrazo cordial de Roberto en señal de la recíproca amistad que nos une.

Con Edgardo de Noriega Mastrókalo nos une una vieja amistad de casi medio siglo. Nos conocimos en la redacción de Correo de Lima donde era estimado por su cordialidad diplomática, un tanto extraña, en un medio en que la confianza se traducía con frecuencia en bromas, pesadas y ligeras.

También era gremialista y lo vi con frecuencia en los predios de la FPP y en las sesiones-almuerzo mensuales del Club de Periodistas, cuando teníamos ocasión de abrazarnos y decirnos salud en medio del ambiente de fiesta que esas ocasiones nos brindaban.

Los que ya no se encuentran aquí

Y con emoción me entero de que dos colegas y amigos, Eduardo Deza y Ernesto Chavez, ambos desaparecidos de este mundo, también fueron distinguidos por el Colegio de Periodistas de Lima, a título póstumo.

Deza. a título póstumo
De Eduardo Deza, sé que trabajó en la agencia Andina. Nuestros encuentros siempre se produjeron alrededor de una mesa donde se debatían cuestiones profesionales con la presencia de unos tragos.

Siempre hubo entre nosotros una amistad renovada cada vez que, en cualquier lugar de los que solíamos frecuentar los periodistas, nos dábamos un abrazo y nos decíamos ¡salud!

Con Ernesto Chávez nos conocimos en la redacción del viejo Expreso de la sexta cuadra del jirón Ica. Era uno de los más jóvenes y en la época en que llegué a Expreso, en los primeros años de la década de los 60s, él ya estaba allá como reportero.

Era uno de los más jóvenes de la redacción junto a Rony Guerra, Marcos Roncagliolo y Miguel Mantilla.

Muchos años después, lo encontré en Crónica Viva, el periódico radial de la ANP, donde se distinguía por su lucha sin tregua por la libertad de prensa y por la defensa de los periodistas atropellados por las autoridades en las localidades de lo más profundo de nuestra patria.

No sé rezar, por lo que a Ernesto Chávez y Eduardo Deza, le rindo el silencioso homenaje de mi cariño y mi recuerdo.

Rony, la cereza del pastel

He dejado para el final a Rony Guerra, porque aparte de la antigua amistad y camaradería que nos une, es Ministro Plenipotenciario de la Cofradía del Palacio, una entidad que presido vitaliciamente y de facto y que reúne con frecuencia que quisiera ser semanal a varios periodistas de distintas tiendas, edades y tendencias.

Rony y decanos Max Obregón y Ricardo Burgos
 Rony fue redactor de Expreso en la lejanía de los años 60s cuando a mí me tocó desempeñar en se diario un cargo jerárquico.

Desde entonces hasta hoy hemos cultivado una amistad inquebrantable, solo interrumpida cuando los males de uno u otro, prohibían la asistencia a las sesiones de la Cofradía.

Me agradó que un alto miembro de la Cofradía fuera distinguido por sus 50 años de periodista, y que a pesar de una grave contingencia en su salud, se mantuviera trabajando diariamente como si estuviera al comienzo de su carrera.

Rony con Lidia (izquierda) y una amiga
Rony estuvo a las puertas del cementerio si no hubiera sido atendido a tiempo y con verdadera pericia profesional, cuando sufrió un infarto cerebral en junio del año pasado. Pero dejemos que él mismo nos cuente lo ocurrido. Ahí va un breve mensaje enviado especialmente para esta nota.

Gracias Instituto de Ciencias Neurológicas

“20 de junio de 2018
“Hace aproximadamente 12 días, sufrí un infarto cerebral que podría haberme llevado a la tumba si no interviene de inmediato el servicio de emergencia del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas.

“Inicialmente, por estar cerca de mi domicilio acudí de inmediato con mi compañera (Lidia Bonilla) al servicio de emergencia del Hospital Arzobispo Loayza.

“¡Oh! Decepción. En dicho nosocomio ordenaron de inmediato una tomografía, pero el referido aparato está malogrado desde hace dos años.

Rony Guerra: Ministro de la Cofradía del Palacio
“No sabía dónde acudir, sentía morirme. Sin embargo, una paciente que se dio cuenta de la gravedad de mi situación, me aconsejó que acudiera rápidamente al Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas.

“Como dije anteriormente la atención fue excelente de parte de los médicos de emergencia que ordenaron mi internamiento inmediato en la sala La Virgen.

“Luego empezaron los exámenes de todo tipo para determinar el por qué se produjo el infarto cerebral.

“Quiero agradecer a ese excelente equipo médico que dirige la ex ministra de Salud Pilar Mazzetti, a la jefa de sala La Virgen, doctora Ana María Plascencia, al doctor César Solís, doctora Rosa Ecos y demás profesionales, personal técnico y auxiliares de ese prestigioso centro médico.

“A todos ellos mi eterno agradecimiento por el profesionalismo que demuestran diariamente en sus labores.

“Nuevamente gracias Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas.

Gracias también por habernos devuelto a un colega que sigue peleando a la antigua, en un periódico que -lo sabemos de sobra- no admite retrasos en el cierre.

Luis Eduardo Podestá

(Imágenes de Lidia Bonilla y archivo)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente resumen estimado presidente Luis E. Podesta con el recuento de los grandes periodistas que fueron galardonados por el CPP de su basta trayectoria que nos dejaron escuela diariamente con sus sentidos reportes que nunca lo olvidaremos, porque el periodismo es como una "droga" cuando lo practicas nunca lo dejas, pero en este caso de escribir, fotografiar, comentar, etc. Un fuerte abrazo.

Edgardo de Noriega dijo...

Muchas gracias, Luis Eduardo, por tus palabras en la crónica donde das cuenta del homenaje a nosotros los periodistas, por los 50 años de actividades La fraternidad contigo es imperecedera, con un afecto muy grande. Nos une la profesión, Arequipa la FPP (hoy cautiva y disminuida a su "mediocre expresion"...) y tantas otros recuerdos, que son parte de una vida llena de vivencias positivas.A tus ordenes siempre y un fuerte abrazo para ti colega y amigo.