en más de
500 páginas que evocan
el pasado
del periodismo peruano
por Luis
Eduardo Podestá
Recorrer
las más de 500 páginas del libro 50 años de periodismo peruano 1963-2013
fue un reencuentro con el tiempo pasado y con personajes, con quienes
compartimos los sinsabores y los días gratos de este oficio siempre vigente,
incomprendido, mal y bien interpretado que busca la verdad como la única misión
de su existencia.
Muchos de
quienes escriben este libro, ya no están entre nosotros, pero sus palabras entrañan
una resurrección que nos lleva al momento que vivieron y nos entrega el testimonio
de sucesos que no figuran en la historia oficial, aunque lo merezcan.
Tengo la
satisfacción personal de que dos testimonios de mi pasado periodístico, que
describen uno el eslabón o la bisagra entre las viejas y las nuevas técnicas del
periodismo y el otro sobre el icónico personaje que fue Raúl Villarán Pasquel,
el creador de tabloides, hayan sido incluidos en este volumen.
Sería cansador
mencionar a los más de 60 coautores de este libro, hecho realidad por el Club
de Periodistas del Perú y la Universidad Ricardo Palma, cuyo rector, Iván Rodríguez
Chávez, justifica su publicación en el cumplimiento de los 50 años de
existencia del club de los hombres y mujeres de prensa.
El rector
dice de la publicación que es “un libro con esencia testimonial, cargado de
atmósfera de evocación y afecto, que constituye la historia viva y cotidiana de
la institución, y de las personas que han formado parte de ella y pertenecen a
la profesión”.
Faltan nombres y sobran otros
A continuación,
César de los Heros, expresidente del club, en su introducción que titula Palabra
viva, relata la historia del libro y de la comisión que lo hizo
posible, integrada por él y por los destacados periodistas Domingo Tamariz y Justo
Linares.
Linares y De los Heros, promotores del gran libro |
De los
Heros precisa que así, “logramos reunir una verdadera antología del periodismo
peruano del periodo comprendido entre los años 1963 y 2013, en buena cuenta de
la segunda mitad del siglo XX y los inicios del XXI”.
Advierte,
sin embargo, que en esta antología, “faltan nombres y sobran otros”, pero
afirma que “en todo caso, tenemos una muestra representativa del trabajo de
buena parte de los periodistas del medio siglo reseñado”.
El primer
artículo que aparece a continuación es el de un personaje muy querido por los
viejos periodistas, Guillermo Cortez Núñez, cuyo seudónimo, “Cuatacho”, se hizo
popular en el diario Última Hora de la mitad del siglo pasado.
Guillermo,
quien fue mi director en el antiguo Expreso de la sexta cuadra del jirón Ica, y
mi fraternal amigo hasta su trágica muerte, se pregunta ¿Periodista?, para
encabezar un breve artículo, cuyo protagonista es un joven que le pide un consejo
sobre qué profesión escoger, ¿quizá la de periodista?
Guillermo se hace una reflexión: “Si le dijera que esta es una profesión llena de satisfacciones, le mentiría. Tampoco sería cierto si le tratara de ocultar lo fascinante que suele ser el
trabajo de un hombre de prensa”.
Toda su grandeza y en toda su miseria
Con su agudo sentido de observación, prosigue: “Podría
hablarle en términos generales. Decirle lo dicho
en otra oportunidad: que al periodista como al médico, al abogado y al
sacerdote, se le presenta el hombre en toda su grandeza y en toda su miseria;
en toda su alegría y todo su dolor; hundido en el mayor abatimiento y aferrado
en la más dulce esperanza”.
Guillermo Cortez "Cuatacho", palabras del más allá |
El hombre
que escribió estas conmovedoras líneas se escapó de este mundo, por la vía de
un disparo en el corazón. una noche de un año a principios de los 80s, en la habitación
solitaria de un hotel de San Isidro.
En el
rápido vistazo que le di el volumen entre ayer y hoy, con poca voluntad de análisis
y más de vuelo de pájaro sobre uno y otro autor, encuentro a Luis Felipe Angell
“Sofocleto”, en una rara crónica apartada leguas del humorismo a que nos tiene
(tenía) habituados.
En su “Carta
al padre dormido”, Sofocleto coloca un subtítulo revelador, “Mi viejo, ¿sabes?,
al comienzo yo también me lo creí”.
“Hicieron
tan bien las cosas que llegué a tener el pleno convencimiento de que habías
muerto”, “No, no estás muerto. Pero estás ausente de la mesa, de la voz por el
teléfono, del beso en la mejilla... Te has hecho transparente, ingrávido y total.
Tu recuerdo nos roza la piel como una caricia indefinible y yo siento que por
primea vez puedo decirte cómo te quería y te respetaba. No porque estés muerto
sino porque estás ausente. Y porque sé que me estás leyendo en algún lugar del
tiempo. O de mí mismo”.
Podestá y César de los Heros en el Club de Periodistas |
Junto a
la de Cortez Núñez y Sofocleto, en “50 años…” hay firmas como la de Mario
Vargas Llosa, César Miró, Sebastián Salazar Bondy, Francisco Miró Quesada, Guillermo
Thorndike, Mario Castro Arenas, César Hildebrandt, y otras más que sería largo,
aburrido y quizá susceptible de crítica discriminatoria, si se mencionan algunas
y se omiten otras.
Por eso ahí
lo dejo, con la confianza de leer otros comentarios más técnicos de gente que
se haya detenido a leer cada uno de los trozos de que está compuesto el libro.
Para hacerlo, yo demoraré un poco más, con su venia, lector colega y amigo.
(Imágenes:
archivo del autor)
2 comentarios:
Donde puedo adquirir el libro de 50 años del periodismo peruano? por favor si me puede responder a mi correo. Saludos.
Vivo más de 40 años en Norteamérica pero aun refiero alguna historia vertida por Guillermo Cortez Nuñez o alguna frase llena de ingenioso buen humor de Luis Felipe Angel. No tienen ellos un monumento en una plaza que celebre su paso por la vida, pero su condición de maestros de la pluma, añade al Perú rango de tierra de grandes periodistas.
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