martes, 19 de diciembre de 2017

Bratislava te invita una vieja cerveza

Monasterio convertido en
restaurante sirve cerveza con
receta de hace 265 años

Dicen que estar en Bratislava y no beber cereza (pivo en eslovaco) en alguna de las decenas de cervecerías del centro histórico, y no haber probado su sopa de ajos, es no haber estado en Bratislava.

Bratislava, a la orilla de un Danubio gris
Bratislava, capital de Eslovaquia y una de las ciudades más antiguas de Europa, tiene alrededor de medio millón de habitantes, y está bañada por el Danubio, que cuando lo vimos no era azul sino gris porque reflejaba el color del cielo de ese día de agosto.

Bratislava es pródiga en historia y… en cervecerías, una de ellas asentada sobre lo que fue un antiquísimo monasterio en pleno centro histórico, probablemente de la misma edad de la ciudad.
  
Ligera discrepancia con otros datos 
Porque debe tenerse en cuenta que los monjes eran los primeros en fundar monasterios -con cervecerías incluidas- y alrededor de ellos se agrupaban los pueblos que más tarde se convertirían en ciudades.

Se encuentra a 525 de Munich desde donde hicimos el viaje en automóvil. Si hablamos de distancias, Lima está a 11.320 kilómetros y el viajero debe atravesar el Allántico. Una rueda de distancias de Bratislava dice que Lima se encuentra a 11.303 kilómetros de ella.

Hasta 895, el sur de Eslovaquia, donde se encuentra Bratislava, era parte del Reino de Hungría, algo que acabó al final de la Primera Guerra Mundial en 1918.

Bratislava tiene un activo puerto fluvial sobre el Danubio, pero es, además, “el centro político, económico, financiero y cultural de Eslovaquia”, indican los textos de información turística.


Un Danubio que dejó de ser azul 

Silvia Lucero, viajera impenitente que estuvo en Bratislava un año antes que Beatriz, Erik y yo, describe en su blog La Trotamundos, la forma en que los nativos toman cerveza.

Comidas y cerveza

Dice que “un buen amigo, Michal, de Bratislava, se encargó de hacernos una lista con sus recomendaciones tanto de atracciones turísticas, como de restaurantes y bares”, una lista que “nos vino de maravilla porque solo contábamos con 24 horas para ver la ciudad”.

Con todo, Silvia hace recomendaciones valiosas sobre comidas y bebidas pero sobre todo sigue los consejos de Michal quien le informó que “en Bratislava la estación (del ferrocarril) era más antigua y hasta caótica, aún con aires soviéticos”.

Michal le dijo que “van a viajar en el tiempo como si estuvieran a principios de los 90, después de la época comunista”.

Celebraban el Día de la Constitución
Bien. Nosotros, Beatriz, Erik y yo, llegamos el día en que se conmemoraba el aniversario de la Constitución de Eslovaquia y por consiguiente, tuvimos la suerte de ver espectáculos públicos de danzas y canciones que, en efecto, parecen con leves diferencias, arrancados de estampas rusas.

¡Salud! con cervezas diferentes
Como es habitual en ciudades de la Europa central y del este, la cerveza es la bebida más popular y sobre la cual las autoridades han puesto la mirada desde hace siglos para mantener su calidad, pureza, aromas y sabores.

Una glorieta te invita a entrar

Fuimos al monasterio, el famoso Bratislavsky Mestiansky Pivovar, fundado en 1752 y donde hay tanta variedad de cervezas artesanales, negras y blancas, que es difícil una decisión.

El ingreso al "monasterio" cervecero
Frente al local cerrado con una puerta de madera de doble hoja, hay una glorieta con mesas, rodeada de una barda de madera con anuncios de cervezas y bebidas diversas.

Tras la puerta, un vestíbulo se abre para dar acceso a una escalera de aspecto antiquísimo que se abre hacia dos lados en su parte superior. Fuimos a la izquierda y nos encontramos en un enorme comedor con aspecto medieval.

Sopa de ajos en pan grande
Allí hay comida típica exquisita, como los codillos de cerdo que, al parecer, es plato europeo y no solo de Alemania y los países del este sino los de Europa central, y la sabrosa y reconstituyente sopa de ajos, servida en taza o en un enorme pan debidamente abierto en su parte superior.

Se supone que el comensal debe gustar la sopa y el pan conforme este se vaya remojando, en una combinación realmente espectacular.

En el Klastorný de viejas bóvedas
El viejo Klastorný leziak, administrado y atendido por jóvenes que se han hecho cargo del establecimiento, es otro de los pubs típicos de Bratislava, cuyo salón principal, con puerta a la calle, muestra paredes y bóvedas de ladrillo descubierto.

En ambos locales sirven cervezas artesanales en vasos de litro, medio litro y 30 centilitros. Algunas de ellas se sirven en chops transparentes o cerámicos, otras en vasos alargados o, si uno lo desea así, en finas copas de distinto tamaño de acuerdo con la sed del bebiente. 

Todo indica dónde estás
Y si uno quiere una cerveza sofisticada puede pedir, según el consejo de Silvia Lucero, una rezané pivo, consistente en un tercio de cerveza negra y dos de rubia, que van juntas en un vaso, pero debido a que tienen una graduación diferente no se mezclan “lo que crea una combinación muy sugerente”.

El puente terminado en platillo volador

Algo no se puede pasar por alto en Bratislava uno de los varios puentes sobre el Danubio, en cuyo extremo en la orilla derecha del río, exhibe un observatorio en forma de platillo volador.

Algo que no se puede dejar de visitar es el castillo de Bratislava adonde se llega fácilmente desde el centro en coloridos buses de madera similares a los viejos tranvías.

Se encuentra en el centro histórico y su construcción se inició en algún año del siglo X, sobre una colina que domina una orilla del Danubio.

Allí se encuentra el Museo Nacional Eslovaco y la residencia oficial del presidente de la República Eslovaca.

(Imágenes de Beatriz Podestá, Erik Loschtz y el autor)

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