Monasterio
convertido en
restaurante
sirve cerveza con
receta
de hace 265 años
Dicen
que estar en Bratislava y no beber cereza (pivo en eslovaco) en alguna de las
decenas de cervecerías del centro histórico, y no haber probado su sopa de
ajos, es no haber estado en Bratislava.
Bratislava, a la orilla de un Danubio gris |
Bratislava,
capital de Eslovaquia y una de las ciudades más antiguas de Europa, tiene
alrededor de medio millón de habitantes, y está bañada por el Danubio, que
cuando lo vimos no era azul sino gris porque reflejaba el color del cielo de
ese día de agosto.
Bratislava
es pródiga en historia y… en cervecerías, una de ellas asentada sobre lo que
fue un antiquísimo monasterio en pleno centro histórico, probablemente de la misma
edad de la ciudad.
Ligera discrepancia con otros datos |
Porque debe
tenerse en cuenta que los monjes eran los primeros en fundar monasterios -con
cervecerías incluidas- y alrededor de ellos se agrupaban los pueblos que más
tarde se convertirían en ciudades.
Se encuentra a 525 de Munich desde donde hicimos el viaje en automóvil. Si hablamos de distancias, Lima está a 11.320 kilómetros y el viajero debe atravesar el Allántico. Una rueda de distancias de Bratislava dice que Lima se encuentra a 11.303 kilómetros de ella.
Hasta
895, el sur de Eslovaquia, donde se encuentra Bratislava, era parte del Reino
de Hungría, algo que acabó al final de la Primera Guerra Mundial en 1918.
Bratislava
tiene un activo puerto fluvial sobre el Danubio, pero es, además, “el centro
político, económico, financiero y cultural de Eslovaquia”, indican los textos de
información turística.
Un Danubio que dejó de ser azul |
Silvia
Lucero, viajera impenitente que estuvo en Bratislava un año antes que Beatriz,
Erik y yo, describe en su blog La Trotamundos, la forma en que los nativos
toman cerveza.
Comidas y cerveza
Dice que
“un buen amigo, Michal, de Bratislava, se encargó de hacernos una lista con sus
recomendaciones tanto de atracciones turísticas, como de restaurantes y bares”,
una lista que “nos vino de maravilla porque solo contábamos con 24 horas para
ver la ciudad”.
Con
todo, Silvia hace recomendaciones valiosas sobre comidas y bebidas pero sobre
todo sigue los consejos de Michal quien le informó que “en Bratislava la
estación (del ferrocarril) era más antigua y hasta caótica, aún con aires
soviéticos”.
Michal le
dijo que “van a viajar en el tiempo como si estuvieran a principios de los 90,
después de la época comunista”.
Celebraban el Día de la Constitución |
Bien.
Nosotros, Beatriz, Erik y yo, llegamos el día en que se conmemoraba el aniversario
de la Constitución de Eslovaquia y por consiguiente, tuvimos la suerte de ver
espectáculos públicos de danzas y canciones que, en efecto, parecen con leves
diferencias, arrancados de estampas rusas.
¡Salud! con cervezas diferentes
|
Como es
habitual en ciudades de la Europa central y del este, la cerveza es la bebida
más popular y sobre la cual las autoridades han puesto la mirada desde hace
siglos para mantener su calidad, pureza, aromas y sabores.
Una glorieta te invita a entrar
Fuimos
al monasterio, el famoso Bratislavsky Mestiansky Pivovar, fundado en 1752 y
donde hay tanta variedad de cervezas artesanales, negras y blancas, que es
difícil una decisión.
El ingreso al "monasterio" cervecero |
Frente
al local cerrado con una puerta de madera de doble hoja, hay una glorieta con
mesas, rodeada de una barda de madera con anuncios de cervezas y bebidas
diversas.
Tras la
puerta, un vestíbulo se abre para dar acceso a una escalera de aspecto
antiquísimo que se abre hacia dos lados en su parte superior. Fuimos a la
izquierda y nos encontramos en un enorme comedor con aspecto medieval.
Sopa de ajos en pan grande |
Allí hay
comida típica exquisita, como los codillos de cerdo que, al parecer, es plato
europeo y no solo de Alemania y los países del este sino los de Europa central,
y la sabrosa y reconstituyente sopa de ajos, servida en taza o en un enorme pan
debidamente abierto en su parte superior.
Se
supone que el comensal debe gustar la sopa y el pan conforme este se vaya
remojando, en una combinación realmente espectacular.
En el Klastorný de viejas bóvedas |
El
viejo Klastorný leziak, administrado y atendido por jóvenes que se han hecho
cargo del establecimiento, es otro de los pubs típicos de Bratislava, cuyo
salón principal, con puerta a la calle, muestra paredes y bóvedas de ladrillo
descubierto.
En
ambos locales sirven cervezas artesanales en vasos de litro, medio litro y 30
centilitros. Algunas de ellas se sirven en chops transparentes o cerámicos, otras en vasos alargados o, si uno lo desea así, en finas copas de distinto tamaño de acuerdo con la sed del bebiente.
Todo indica dónde estás |
Y si
uno quiere una cerveza sofisticada puede pedir, según el consejo de Silvia Lucero,
una rezané
pivo, consistente en un tercio de cerveza negra y dos de rubia, que van
juntas en un vaso, pero debido a que tienen una graduación diferente no se
mezclan “lo que crea una combinación muy sugerente”.
El puente terminado en platillo volador
Algo no
se puede pasar por alto en Bratislava uno de los varios puentes sobre el Danubio,
en cuyo extremo en la orilla derecha del río, exhibe un observatorio en forma
de platillo volador.
Algo que
no se puede dejar de visitar es el castillo de Bratislava adonde se llega
fácilmente desde el centro en coloridos buses de madera similares a los viejos
tranvías.
Se
encuentra en el centro histórico y su construcción se inició en algún año del
siglo X, sobre una colina que domina una orilla del Danubio.
Allí se
encuentra el Museo Nacional Eslovaco y la residencia oficial del presidente de
la República Eslovaca.
(Imágenes
de Beatriz Podestá, Erik Loschtz y el autor)
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