miércoles, 8 de noviembre de 2017

Cocodrilo de Tumbes en monedas de un sol

La imagen del saurio aparece
en los 10 millones de monedas
que emitió el Banco Central

El cocodrilo de Tumbes se mantiene
como fue hace 250 millones de años

Nota del editor – El cocodrilo de Tumbes es dueño de una historia que se remonta a 250 millones de años, tantos como sus congéneres de otras partes del mundo. Ha hecho bien el Banco Central de Reserva en emitir diez millones de monedas de un sol con la imagen de nuestro cocodrilo, parte de cuya historia contada en esta página hace diez años, es renovada hoy para que usted recuerde cómo se cuida esa especie y cómo se trata de utilizarla para fabricar zapatos, carteras y perfumes y hasta para alimentarse de sus huevos, por lo que su caza debiera estar penada, por lo menos hasta cuando la especie se considere fuera de peligro.


“El Banco Central de Reserva del Perú (BCR) puso en circulación hoy la segunda moneda de la Serie Numismática ‘Fauna silvestre amenazada del Perú’, esta vez alusiva al cocodrilo de Tumbes”, informó la agencia estatal de noticias Andina.

Honores al cocodrilo de Tumbes
Añadió que “el protagonista de esta nueva presentación de la denominación de un sol es el cocodrilo de Tumbes, único animal de este tipo que habita en el Perú y que se encuentra en estado vulnerable (alta probabilidad de entrar en peligro de extinción) desde 1994”.

Andina describe luego la nueva moneda y señala que en su parte central “se aprecia un diseño geométrico de líneas verticales, la marca de la Casa Nacional de Moneda y el texto: Crocodylus acutus”, el nombre científico del saurio tumbesino”.

Informa, asimismo, que el BCR emitió 10 millones de unidades de la nueva denominación.

El crocodylus acutus, se conoce también como cocodrilo narigudo, cocodrilo aguja o caimán de la costa en Venezuela, caimán de aguja en Colombia y cocodrilo de Tumbes en el Perú, nos instruye el portal WIkipedia.

El 3 de diciembre de 2017, se publicó en esta página (www.podestaprensa.com Podestá te cuenta) una información sobre el tema y mostraba su admiración porque allí uno puede “ver la forma en que una empresa estatal –¡milagro!– mantiene un criadero de cocodrilos.

Viven gratis hasta su mayoría de edad
“Ir a Tumbes es también tentar la posibilidad de visitar el Zoocriadero de cocodrilos, al norte de Puerto Pizarro, donde la empresa estatal Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (Fondepes) le está dando una mano a la naturaleza para no permitir que los saurios desaparezcan del mapa de este mundo”, declaraba la información.

“Allí se encontrará cocodrilos –a los que los lugareños a veces llaman lagartos– recién salidos del huevo y otros capaces de arrancarle el brazo a quien se atreviera a acercarse demasiado, todos a cargo de Mercedes Bereche, quien a pesar de su nombre y de su apodo –sus amigos le dicen “Mechita”– es un hombre bien hombre, que se las ve con cocodrilos de todos los tamaños día y noche.

“–Aquí –me dijo “Mechita” Bereche–, hay unos 250 cocodrilos, grandes, chicos, chiquitos y chiquititos.

“El cuidador del criadero protege a los cocodrilos como una madre a sus hijos. Les trae una comida de peces vivos o muertos o raciones de insectos para los más pequeños, que consigue en los brazos del mar y la tropical vegetación que tiene a su alcance.

Verano permanente en pozas privadas
“Y cuando los saurios tienen la edad y el tamaño suficientes, los devuelve al río que allí se une con el mar para que se las arreglen por sí mismos y hagan lo posible por repoblar los bordes de los manglares que a su vez, les servirán de protección frente a los depredadores, uno de los cuales, el peor, es el hombre.

“Bereche conoce las costumbres de sus cocodrilos y sabe que viven entre cinco y veinte años, si antes un depredador humano, no los caza para hacerse algunos pares de zapatos y carteras.

“La mayoría de los cocodrilos del criadero, tiene entre cero y cinco años, pero hay algunos que según el testimonio de los ojos, ya han alcanzado la edad adulta y merecerían irse, pero Bereche los mantiene allí para que sirvan de reproductores y aumenten la población de esos reptiles en esta parte del continente.

Sobrevivieron a los dinosaurios

“Los cocodrilos aparecieron sobre la Tierra al mismo tiempo que los dinosaurios, de los que son parientes cercanos.

“Pero los cocodrilos se dieron maña para permanecer entre nosotros cuando en determinado momento de la prehistoria, el clima adverso –probablemente provocado por un gigantesco meteorito que cayó sobre el mundo y lo oscureció durante siglos– causó la desaparición de aquella parentela.

Mamá cocodrilo es muy celosa
“Los cocodrilos se han dado maña también para permanecer como fueron antes, sin que las leyes de la evolución los hayan obligado a cambiar su imagen.

“Los expertos en cocodrilología –nuevo término ideado por este blog para que dentro de cien años lo incluya la Real Academia en su diccionario– señalan que existen por lo menos 22 especies de cocodrilos cuyos originarios aparecieron sobre la faz de la Tierra hace unos 250 millones de años.

“Los de Tumbes están clasificados científicamente como crocodylos acutus y su color es cercano al amarillo que lo mimetiza con el barro.

“Es considerado una especie en riesgo de desaparición. Porque el hombre descubrió que sus huevos le sirven como alimento, su piel para zapatos y carteras de lujo y sus glándulas de almizcle para hacer perfumes.

Se adaptan a cualquier lugar

“Uno de los secretos de su supervivencia es que se adaptan a cualquier lugar del mundo, y viven tan bien en la India, en Centroamérica, en Estados Unidos como en los manglares de Tumbes. Son buenos pobres y comen todo lo que se les ponen delante, vivo o muerto.

“Otro factor es que su hábitat puede ser la tierra o el agua donde pueden mantenerse inmóviles durante muchas horas en un letargo que recupera sus energías antes de entregarse a una nueva cacería que les dará una comida abundante con la que pueden vivir una semana.

“Otro secreto de su larga vida es que los cocodrilos son padres preocupados por su familia.

“La mamá cuida a sus hijos desde que salen del cascarón y luego los lleva al wawawasi, un estanque de aguas tranquilas y tibias, donde los custodiará, a veces a en luchas a muerte, hasta cuando están en capacidad de ganarse la vida por sí mismos.

“Luego los lanza a las aguas del río o, en el caso del criadero de Tumbes, salen en brazos de ‘Mechita’ para ser arrojados a los esteros, esa amplia zona donde el río se mezcla con el mar a pocos metros de la frontera con Ecuador.

Hubo parientes de 45 metros

“Los cocodrilólogos cuentan que uno de los parientes lejanos, que vivió durante el cretáceo era el deinosuchus y medía nada menos que 45 metros. Pero hubo también en esos momentos otros que alcanzaban apenas 50 centímetros. Los que se alojan en el Zoocriadero de Puerto Pizarro cuando llegan al metro y medio son echados de la casa por mayoría de edad.

“Al criadero se llega luego de recorrer los brazos de mar entre verdes y enrevesados manglares que hunden sus raíces en una arena blanca por fuera y negra por dentro, que succiona los zapatos y es tan resbaladiza como el fango.

“Superado el obstáculo de la playita pegajosa, un caminito de arena reseca, entre vegetación tropical que suelta miles de mosquitos y zancudos, lo conduce al criadero, donde tras gritar y tocar la puerta, aparecerá para darle la bienvenida el mismísimo Mercedes Bereche.

Anuncia la presencia del criadero
En la puerta se leía un cartel que identificaba el lugar como “Zoocriadero de Fondepes Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero, Puerto Pizarro, Tumbes, Crocodylos acutus americano”.

Hace diez años, cuando se vivía la visita del relato, la entrada costaba tres soles, y unos carteles anunciaban que los días de atención al público eran de jueves a martes con un descanso de miércoles por motivos de mantenimiento, limpieza y cargado de agua para las pozas donde se crían los cocodrilitos, algo que ahora puede haber cambiado.

Y “Mechita” puede que ya esté jubilado.

Recomendación: Vaya a los manglares, si puede con sus hijos o nietos, y muéstreles un esfuerzo -si aún existe- por mantener viva, quizá unos 250 millones de años más, una especie que puede llegar al riesgo de extinción amenazada por el calentamiento global que evaporará su hábitats o por el hombre en busca de exclusivos zapatos de piel de cocodrilo.  
(Imágenes de Andina y www.podestaprensa.com)

No hay comentarios.: