Desde
hace 139 años Ayinger
produce
cervezas con aromas
a pan, frutas,
hierbas y caramelo
Su
actual producción anual
es de 84 mil hectolitros
Dicen
que “lo mejor de Múnich es el camino a Aying", una aldea bávara donde la
cultura de la cerveza está “incrustada en un paisaje de libro de imágenes”, de
acuerdo con un folleto informativo de la fábrica de cerveza artesanal más
grande del estado, que produce 84 mil hectolitros por año.
Una cervecera visita guiada |
Aying
es un pequeño pueblo de poco más de 5 000 habitantes, a 25 kilómetros al sureste
de Múnich, poseedor de la fábrica artesanal de cerveza más grande de Bavaria,
que aparte de satisfacer las necesidades internas, exporta cerveza a varios países
de Europa.
Una aldea al sur de Múnich |
Fuimos
a Aying con Erik Loitsch, mi yerno, experto conocedor de cervezas artesanales
de Baviera, y nos encontramos con que el Oktoberfest -cerrado oficialmente en
Múnich el 3 de octubre- no había terminado en la Ayinger Privatbrauerei y aún
se escuchaban los aires bávaros de una banda de músicos.
Visita guiada
Además,
tuvimos la suerte de llegar a la fábrica a la mitad de una visita guiada que se
ofrecía a distribuidores españoles, un grupo de unas veinte personas
interesadas en conocer los detalles de la fabricación del producto que vendían
en sus establecimientos de varias ciudades de España.
Aunque yo
no fabrico cerveza ni la vendo, tuve una bienvenida especial cuando el gerente
de relaciones públicas, Stephan Ilgner, supo que venía del Perú, del otro lado
del mundo. “Yo solo la bebo”, le dije.
Ilgner explicaba
los detalles de la fabricación de varios tipos de cerveza con un chamuscado
español, asistido por una conferencista especializada en el tema que se
expresaba a las justas en este idioma y quien en un momento confesó que su lengua natural era el italiano.
Pero lo
hacía bastante bien y los españoles le entendían… y le corregían.
Estaba
acostumbrado a visitar -guiado por el imprescindible y conocedor Erik-
cervecerías artesanales que no ocupaban mayor espacio que el de una sala
grande, de unos 40 o 60 metros cuadrados, con dos o tres relucientes
recipientes para la cocción del líquido que se convertiría en cerveza.
Gran fábrica artesanal en pueblo chico |
Por eso
me sorprendieron las dimensiones de la Ayinger Privatebrauerei, cuyas
instalaciones parecían las de una fábrica en toda regla.
Ilgner
distribuyó entre los presentes, a quienes se distinguía por un singular
sombrero de paja obsequio de los anfitriones, lo que llamó “anticipo de lo que
vendrá después”, consistente en cerveza blanca en vasos personales, que tuvo la
virtud de desatar las timideces y animar la reunión.
Con Erik en Ayinger |
Una hora
más tarde, todos disfrutarían en la gran carpa tipo Oktoberfest, de una fiesta
de la cerveza no programada, de varios de los 14 tipos de cerveza de Ayinger y
de la festiva música bávara.
Historia de una taberna
En los
días posteriores debí recurrir a la Birrapedia, la enciclopedia de la cerveza
como ya lo adivinó usted, para conocer algo de la historia de Ayinger, una cervecería
artesanal de dimensiones que escapan a la categoría en que se encuentran las
demás.
Alguien
llamado Gonzalo, quien no ofrece su apellido, publicó en junio de 2015, la
historia de la Ayinger, un negocio familiar que se inició en Aying en 1876.
Gonzalo
cuenta que ese año, Johan Liebhard, compró una finca agrícola y forestal, y
estableció una taberna y una carnicería que condujeron con su esposa María.
Indican la ruta para hacer una buena cerveza |
Un año
más tarde “deciden montar una fábrica de cerveza, algo habitual en aquella
época en que había más de 6 000 (cervecerías) en toda Baviera”.
La
primera cerveza de Aying salió a la venta el 2 de febrero de 1878 y para
aprovechar las condiciones climatológicas reinantes se elaboraba para las
fiestas de san Miguel (29 de setiembre) y san Jorge (23 de abril), refiere
Gonzalo.
Añade
que el año 1900 marcó un escalón importante en el futuro de la fábrica, con la
llegada del ferrocarril a la localidad de Aying.
“Poco
después Liebhard entregó la gestión de la fábrica a su hija María Liebhard y a
su marido August Zehentmair”, recuerda.
Insumos que proporcionan sabor y aroma |
Aunque Johan
Liebhard falleció en 1910 “la fábrica siguió funcionando a buen ritmo hasta el
estallido de la Primera Guerra Mundial”.
El fin
de la Gran Guerra no mejoró la situación y a la crisis económica general, se
sumó “un incendio que arrasó parte de la fábrica”, cuya reconstrucción concluyó
recién en 1923, cuando se montó su primera línea de embotellado.
Gonzalo
cuenta luego que “en 1927 compraron su primer camión que les permitió llevar su
cerveza a Múnich, a unos 25 kilómetros de Aying, y en 1930 alcanzaron (una
producción de) 16.000 hectolitros (hl)”.
“La
llegada de los nacionalsocialistas hizo que el crecimiento de la cervecera se
frenase”, prosigue Gonzalo.
“En 1933
Zehentmair murió, y la sucesión pasó a cargo de su hija María Kreszenz y su
marido Franz Inselkammer”, añade.
Símbolo de una centenaria historia |
Durante
y después de la Segunda Guerra Mundial “la producción se redujo a 13.000 hl en
1950, pero en 1963 superaron los 76.000 hl”.
En 1953
Franz Inselkammer compró el Hotel Platz en Munich “frente a la Hofbräuhaus”, la
más famosa y visitada histórica cervecería de la capital bávara, lo “que les
dio un gran reconocimiento”.
“En 1963
“Franz Inselkammer II entra en el negocio como maestro cervecero quien se
encarga actualmente de la gestión de la fábrica junto a su mujer Angela. Ahora
la producción supera los 140.000 hl al año”, declara el texto de Gonzalo.
Otra
versión, recogida durante la visita guiada referida, proporcionada por Ilgner,
señala que la producción actual llega a los 84 mil hl anuales.
El aroma de las Cervezas
Gonzalo
hace luego una cariñosa descripción de tres cervezas, dos de las cuales
corresponden a la producción habitual de la fábrica y una denominada cerveza de
temporada.
La "Cerveza del siglo", la AyingerJahrhundert |
Gonzalo
describe que “en el vaso aparece con un color amarillo claro, limpio y una capa
de espuma blanca, cremosa y duradera” y al olerla se aprecian aromas de pan,
cereal, flores y hierbas”.
“En la
boca es ligera, de trago largo, aparecen matices de malta, olores de pan,
grano, bizcocho, flores y notas herbales, tiene un cuerpo ligero y un final
seco y algo dulce”.
La Ur-weisse con aroma a plátano y clavo |
“En la
nariz se aprecian los clásicos aromas de plátano y clavo, también aromas acaramelados
y algo tostadas, pan y cereal e incluso con leves matices ahumados”.
“En la
boca se mezclan los matices de trigo y plátano con las maltas caramelizadas, se
aprecian aromas de pan tostado, cereal, frutas como ciruelas y melocotón y
clavo, tiene una leve acidez, cuerpo ligero y carbonatación media, se bebe muy
bien y deja una sensación dulce en boca”.
La Weinzenbock, para beberla en invierno |
“En la
nariz encontramos aromas de plátano, clavo, pan, cereal, caramelo y se intuye
la presencia del alcohol. En la boca nuevamente las notas de plátano, clavo y
pan son predominantes. Hay algunos matices especiados y el alcohol también hace
acto de presencia, tiene un cuerpo medio, carbonatación media y final dulce.
Todo lo
cual señala que el buen bebedor de cerveza no solo tiene que beberla sino
olerla y descubrir sus aromas para completar el placer de disfrutarla, algo que
Erik practicaba para enseñarme los dos meses de mis vacaciones en Europa, con
base en Múnich, Baviera, cuando no dejé uno solo día sin disfrutar de alguna de
las cervezas emblemática que él buscaba y encontraba.
Por lo
demás, y bien merecidas, por cierto, Ayinger recibió varias medallas por la
calidad de su producto en el mundo cervecero.
En 2014
ganó la Copa del Mundo de la Cerveza, bronce en la categoría European-Style
Dark (Ayinger Altbaierisch Dunkel), la Estrella europea de la cerveza, bronce
en la categoría European-Style Dunkel (Ayinger Altbaierisch Dunkel), la
Estrella europea de la cerveza, plata en la categoría German-Style Kellerbier
Hell (Ayinger Kellerbier), la Estrella europea de la cerveza, oro en la
categoría South German-Style Hefeweizen Bernsteinfarben (Ayinger Urweisse), y
la Estrella europea de la cerveza, plata en la categoría South German-Style
Hefeweizen Hell (Ayinger Bräuweisse). (Luis Eduardo Podestá).
(Imágenes
de Eirk Loitsch, del autor, Google y web de Ayinger)
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