Olgger
Podestá y Augusto Apesteguía,
activos
dirigentes gremiales
merecen
el homenaje del recuerdo
Este julio
que expira en tres días más, se llevó a dos periodistas de gran valía gremial e
íntegros en su actividad profesional e institucional inclaudicable: Olgger Podestá Núñez, el 14 y
Augusto Apesteguía Panay el 22.
Olgger y Augusto, gremialistas unidos en la muerte |
Ambos
tuvieron destacada tarea en la dirigencia de la antiguamente honorable y digna
Federación de Periodistas del Perú (FPP), hoy manejada por un directorio usurpador
que “aprobó” estatutos ilegales que hasta hoy no merece su inscripción en los
Registros Públicos.
Pero ese
es otro asunto.
Tanto
Podestá como Apesteguía merecen el reconocimiento del gremio periodístico no
solo por su labor gremial y absoluta transparencia en sus funciones, sino
porque mantuvieron su imagen con marcada modestia que les impidió en vida el brillo que
merecían.
Olgger Podestá Núñez
Olgger
Podestá, experto en periodismo de cooperativas que estimuló el crecimiento del
sector desde los diarios La Crónica, Expreso, Correo y Ojo, en diversas épocas
en que le cupo trabajar en esos diarios, fue presidente de la FPP entre los
años 2008-2009.
Fue en el
periodo de la presidencia de Germán Llanos Castillo, en cuyo directorio, Olgger
desempeñaba el cargo de secretario general.
Por un
acuerdo del directorio y ante la destitución del vicepresidente de entonces, a
Olgger le encomendaron la presidencia.
Los
estatutos de entonces disponía que el presidente elegido desempeñaba ese cargo
un año y el vicepresidente el segundo año del mandato. Ante la ausencia por
destitución del vicepresidente el secretario general asumió ese cargo, recordó Germán Llanos.
Con colegas en acto institucional |
Cuando ocurrió
su fallecimiento, tuve el dolor de informar la comunidad periodística, e
indicar que Olgger, mi hermano, murió víctima de una enfermedad que lo mantuvo hospitalizado pocos
días por la virulencia que entrañaba.
Añadí que
escribía ese mensaje “para enterar a los colegas y amigos que tuvo en su vida,
la cual tuvo momentos estelares en diarios como la desaparecida La Crónica y el
viejo Expreso del jirón Ica, en cuyas páginas hizo sentir su amor al próximo a
través de su convicción por el desarrollo del cooperativismo, que alentó con
profesionalismo y devoción y en publicaciones independientes”.
Mis
palabras tuvieron resonancia entre los colegas que lo conocieron y estimaron su
dimensión humana.
Daniel
Cumpa León expresó sus condolencias y recordó: “Tuve una buena amistad con
Olgger. Nos vimos hace poco más de un mes, acá en Varela (Breña), y bromeamos,
como tantas veces”.
Prosiguió:
“No imaginé que sería la última vez que nos veríamos. Además de cooperativista,
fue también sindicalista. Recuerdo que competimos a la Secretaría general del
Sindicato de Periodistas y Empleados de Correo y OJO, en elecciones muy
reñidas. Después de los comicios nuestra amistad se hizo más fuerte. ¡Descansa
en Paz, Olgger, amigo!”.
Olgger (quinto desde la derecha) en la Cofradía |
Óscar
Vargas Romero expresó: “Siento, con esta triste noticia, una gran pena. Y
parece que aquí en Tacna lo estaría viendo caminando por calles y avenidas con
su enorme amabilidad y don de gente”.
“Era no
sólo amigo de mi padre, sino un huésped de nuestra familia que siempre lo
esperaba con especial cariño en casa. En Lima, con los años nos volvimos a
encontrar en el mundo de la prensa compartimos jornadas inolvidables en busca
de la noticia y en la difícil tarea de buscar inversores para la edición de
heroicas publicaciones”, agregó.
“Sindicalista
comprobado y cooperativista de convicción, Olgger Podestá fue amigo y colega y
cómplice de tardes arequipeñas en refugios donde se saboreaba platos de
picantería, asentados con gloriosas cervezas”.
Vargas
Romero concluye: “Olgger no ha emprendido viaje a las estrellas. Me niego a
creerlo. Vive en nuestros corazones”.
Juan Luis
Zárate dijo por su parte: “Una gran pérdida para el periodismo nacional y desde
luego para la familia. con seguridad la FPP de la que fue activo federado, lo
tendrá siempre presente mediante sus fraternos militantes, de ahí que se hace
urgente la reactivación gremial del periodismo por la que durante años dio
batalla”.
Colabora con la cámara en misión gremial |
Víctor
Salas Bartra, “Cuánto sentimos en mi hogar el sensible fallecimiento de Olgger.
En un instante pasaron por mi mente los momentos agradables que compartimos con
él muchas veces, pero también otros de intenso trabajo gremial”.
“Conversé
con èl la idea de organizar en el gremio un rubro de Asistencia Social para los colegas que por diversos
motivos caen en desgracia, especialmente
los adultos muy mayores de edad”.
“Como
alto dirigente de la FPP supo mantener la vigencia de nuestro Gremio,
respetando las normas que todos aprobamos y que obran en los RR.PP. de Lima”.
“Compartí
con Olgger en su blog Puente Siglo XXI del cual me hizo su colaborador y de
recuerdo cuido la identidad. Lo editaba con Luis Alberto Guerrero, con quien
hoy se darán un abrazo en el Oriente Eterno”, concluyó Salas Bartra.
También
Bernardino Rodríguez, expresidente de la FPP envió un mensaje de condolencia: “Me
toma de sorpresa y tarde esta dolorosa noticia. No es una frase, en verdad me
duele. Todavía no lo acepto”.
“Un gran
amigo y colega, siempre consecuente con su visión de las cosas y severo en la
crítica ante lo irregular. Editor de publicaciones, impresas y virtuales,
publicista, siempre alentando causas sociales como el cooperativismo o el
gremialismo de la prensa”, subraya.
“Tenía el
inusual don de escuchar y aceptar razones y ser cáustico con lo que consideraba
repudiable. Le parecía repudiable, por ejemplo, que alguien sea elegido
presidente de la Federación de Periodistas y luego, con el propósito de
quedarse en el cargo monte un tinglado para anular la prohibición estatutaria
de la reelección y así perpetuarse”, añadió Rodríguez.
“Esto,
que a muchos les parece normal en estos tiempos, a él en su formación
institucionalista, no sin razón le parecía una desvergüenza. Y no lo decía a
medias, ni al oído. Sin importarle las consecuencias, lo gritaba a través del
interné y era caustico en defensa de lo honesto. Así era Olgger, íntegro”,
dijo.
Bernardino
rodríguez concluyó: “Descansa en paz amigo, que aquí guardaremos tu recuerdo.
Cuando sienta flaquezas, pensaré en el ejemplo de tus energías”.
Augusto Apesteguía Panay
Fue un
periodista que, al dar por concluidas sus labores gremiales, consagró sus
últimos años a la enseñanza. Y cuando lo invitaban a participar como dirigente
en algún nuevo directorio, era sincero y se negaba porque si se comprometía se
dedicaba a ello por entero.
Recibe honor del Colegio de Periodistas |
Así fue.
Cuando tuve el honor de ser elegido presidente de la FPP en 1991, me acompañó
en la Secretaría de Economía y poco antes de terminar mi mandato, me presentó
su renuncia.
Augusto
Apesteguía se iba de una tarea que había desempeñado durante años, en varios directorios
de la FPP, porque en cada nueva elección, los candidatos a la presidencia
querían tenerlo con él.
Ahora se
iba porque a dedicarse a la enseñanza en la Universidad San Martín de Porres en
cuyas aulas estuvo hasta cuando la muerte lo sorprendió.
Recuerdo
que al comenzar nuestra gestión, la institución estaba económicamente tan mal,
que hacía falta hasta para pagar quincenas al personal.
Junto a dirigentes del Colegio |
Lo
primero que hizo fue darse una vuelta por el edificio de Abancay y descubrió
decenas de carpetas y muebles convertidos en chatarra, y lo puso en venta todo.
Así resolvió el problema inmediato.
Más tarde
contribuyó a desarrollar la revista Primera Plana, a limpiar el edificio de
malos inquilinos que pagaban una renta mínima o no la pagaban.
Informe sobre su tarea en la FPP |
Habilitamos
parte del cuarto piso para alojamiento de los periodistas que vinieran de
provincias, una sala de edición para que estos tuvieran dónde trabajar,
adquirimos un nuevo teléfono y un fax, cuyas primeras misiones fueron protestar
por el maltrato a hombres de prensa de los pueblos del Perú.
En fin,
gracias a él, la economía institucional floreció y cuando se fue para dedicarse
a la enseñanza, sus lecciones se mantuvieron para un buen manejo institucional.
Augusto
Apesteguía fue periodista por la Universidad de San Marcos, inició su carrera
en el diario La Reforma (Pisco) en 1950, para luego pasar a La Prensa, donde
ocupó durante muchos años, la jefatura de provincias.
Cuando
comencé a trabajar en la corresponsalía de La Prensa en Arequipa en 1953, tuve
ocasión de conversar con él por teléfono sobre cuestiones informativas.
Por un
breve currículo que acabo de ver en su muro de Facebook, me entero de que
trabajó en los diarios El Nacional y Hoy, que fue egresado de la Maestría de
Relaciones Públicas de la Universidad San Martín de Porres, donde también fue
catedrático y ocupó además diversos cargos administrativos.
También fue
dirigente sindical y en las instituciones gremiales del periodismo nacional,
como la Federación de Periodistas del Perú y el Colegio de Periodistas de Lima.
Ese fue
Augusto Apesteguía Panay, mi colega y distinguido periodista y maestro, que nos
abandonó este mes, víctima de una insuficiencia respiratoria que, según me
informó uno de sus familiares, lo arrancó de esta vida a los 88 años de edad.
Que su
recuerdo y las tareas que cumplió nos sirvan de lección.
(Imágenes
de archivos familiares)
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