Pero de
nada le valió
porque Goliat
era el
Poder
Judicial del Perú
Que un
individuo común y silvestre le gane a un poder del Estado en el Perú, es
repetir la hazaña bíblica de David y Goliat. Y, hay que decirlo, para ello,
David contó con un buen apoyo legal y el criterio de justicia real de los
jueces que no se amedrentaron frente al Poder de que forman parte.
Dama de la Justicia, ¿es legal pero justa? |
También
hay que señalar la decisión del individuo que no se arredró ante la
magnificencia e imponencia de un Poder del Estado, y se lanzó a demandarlo en
defensa de sus legítimos derechos e intereses laborales que entrañaban el
reclamo de una determinada suma de dinero.
Varios
amigos del individuo le dijeron ¡estás loco!, ¡con quién te vas a meter!,
¡nadie le gana al Poder Judicial (PJ)!
Quedaba,
al parecer, el recuerdo de cuando, en plena dictadura fujimorista, el
exdictador recluido hoy por sus crímenes, dispuso que cualquier demanda contra
algún poder o entidad del Estado debía declararse infundada, improcedente o “no
ha lugar”. Nadie debía ganarle al Estado en dictadura.
Pero he
ahí -¡oh, maravilla!- que en esta democracia un juez laboral falló “declarando
fundada la demanda interpuesta por el individuo contra el Poder Judicial sobre
reconocimiento de relación laboral, reintegro de remuneraciones y pago de
beneficios económicos”.
Ganar a este Poder era una hazaña |
David vio
ganada su primera batalla, y se llenó de justificado entusiasmo, fe y confianza
en la justicia de su patria. Pero el Poder Judicial apeló y el asunto pasaba a
la segunda instancia, a una sala integrada ahora por tres magistradas.
Estas
tres juezas confirmaron la resolución del juez laboral “sobre reconocimiento de
relación laboral, reintegro de remuneraciones y pago de beneficios económicos”.
La Sala
agregó que, “en consecuencia, se ordena que la demandada (Poder Judicial)”,
reconozca los derechos del demandante y cumpla con pagar a favor de este una
suma equivalente a “reintegro de remuneraciones (…), compensación por tiempo de
servicios (…), vacaciones (…) y gratificaciones (…) más los intereses legales y
financieros que se liquidarán en ejecución de sentencia”.
Por
supuesto, la alegría del individuo no tuvo límites, pero como Goliat debe ir
hasta las últimas consecuencias, planteó un recurso de casación ante la Corte
Suprema que también resolvió a favor del demandante.
La ilusión de creer en una justicia rápida |
Aparentemente
todo había terminado y lo que restaba era cobrar una bonita suma que iba a
servir para cumplir varios proyectos y anhelos postergados del individuo, entre
ellos, editar algunos libros y otros etcéteras que son de exclusivo uso personal.
El
proceso había durado cinco años y medio -de enero de 2011 a mayo de 2016- y
entonces debía iniciarse el pago, que no se produjo como David lo había
previsto, sino en comodísimas cuotas judiciales.
David debe vivir hasta el año 2034
Lo mejor
y lo gloriosamente edificante de todo, es que, según el cronograma de pago
establecido por Goliat sin la intervención de David, el individuo debe vivir
hasta el año 2034 -ahora solo tiene 85 años-, lo cual es un magnífico y
elogiable deseo de supervivencia.
Pero no
debe preocuparse, porque las cuotas son abonadas religiosamente a fin de mes y
lo serán durante 224 meses, es decir, nada menos ni nada más que durante los
próximos 18 años a partir de mayo del año de gracia de 2016.
Por
favor, amigo lector, quítese de la cara esa sonrisa diabólica.
Plazo más largo que la escalinata |
Y esta
medida no es antojadiza. Un alto funcionario del Poder Judicial le dijo al
individuo a mediados de 2016, que no había dinero para pagar las deudas
laborales. Y solo hay un escaso millón y algo más de soles que se distribuiría
entre todos los acreedores del PJ.
Ha
triunfado David, qué duda cabe, pero Goliat sigue con la sartén por el mango.
Como en las mejores dictaduras cuando el más poderoso hacía lo que le venía en
gana.
¡Señor ministro
de Economía: por favor, disponga que Goliat reciba la plata necesaria para que,
específicamente, honre las deudas que tiene con 3 545 extrabajadores!.. Se la han ganado en buena
ley.
Pero hágalo
antes de que sea demasiado tarde porque la mayoría de ellos está por su
avanzada edad, como si dijéramos, con un pie en la tumba y el otro en una
cáscara de plátano. (Luis Eduardo Podestá).
(Imágenes del autorl)
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