Julio
Granda, a quien la vida
sacó de
la chacra y lo entregó
al
ajedrez, cumple 50 años
Hubo un
tiempo en que Julio Ernesto Granda Zúñiga, Gran Maestro Internacional de
Ajedrez, quien hoy sábado 25 de febrero cumple 50 años de vida, se quitó los
Zapatos,
agarro la lampa y se metió en los surcos de su chacra de Camaná, Arequipa, donde nació, para dedicarse
a lo que más quería: cultivar la tierra.
Le salió un rival arisco |
Porque
eso lo que él era y estaba en el ambiente en que había nacido y se había
criado. Pero la vida lo encaminó hacia el ajedrez y hoy continúa dedicado a él,
como maestro de ese llamado deporte ciencia en Salamanca, España.
Y
cuando la sociedad lo vio metido en su chacra con su gran sombrero campesino, guiando
el agua en los surcos de sus sembríos, comentó que estaba loco, que tanto
exprimir su cerebro en el ajedrez, le fallaban los tornillos.
Acaba
de contar su historia a la revista Somos de El Comercio y dice que “pocas personas
entendían cómo alguien que toda la vida se había dedicado a ese deporte estaba
trabajando como peón de su propia chacra”.
Prosigue:
“Me veían bombeando, sin zapatos y
pensaban que me había vuelto loco”.
Y
resalta que “había decidido volver al campo porque son mis raíces y es el único
trabajo que me gusta. Pero la gente especulaba tonterías. No me pasba nada”.
“Yo
había asimilado que iba a vivir de la agricultura. Pero aparecieron deudas que
me obligaron a volver a los tableros”, se sincera.
Su vida de campeón comenzó a los 5 años |
Fue un
retorno triunfal, recuerda Somos, porque ganó el Contnental de Ajedrez de 2007,
2012, 2013 y 2014.
Habla
del ajedrez como de una obligación. “Yo no quería dedicarme al ajedrez, porque
es muy incierto, pero las cosas se fueron dando y me fui quedando”, le dijo a
la revista.
Habla
de los viajes a que lo llevaban las competencias de ajedrez y dice que quería
llevar una vida distinta. “No tienes amigos porque estás de un sitio apara otro”.
La enciclopedia
libre Wikipedia dice de Granda que sus “es el tercero de siete hermanos” y que “desde
1986 y durante 30 años figura en la clasificación de la Federación
Internacional de Ajedrez como el número uno de su país”, Perú.
Informa
que “en 1972, Bobby Fischer gana el título mundial de ajedrez al derrotar al
campeón soviético Boris Spassky y dicho acontecimiento entre representantes de
las dos superpotencias mundiales en plena Guerra Fría, tuvo tal repercusión
mediática que don Daniel, padre de Julio, retomó la práctica del ajedrez con
gran entusiasmo”.
Dejó temporalmente el tablero por su chacra |
”Enseñó
los primeros movimientos a sus hijos mayores. Julio quedó excluido por tener
sólo cinco años de edad y no saber leer ni escribir. Sin embargo, la curiosidad
e insistencia del niño hicieron que también aprendiera y así el ajedrez se
convirtió en una recurrente actividad familiar que se alternaba con el fútbol y
las tareas agrícolas”.
A David
Gavidia, autor de una información en El Comercio, le dijo hace poco: “El
ajedrez me regaló una vida distinta a la que podía intuir. Me dio comodidades,
viajes, triunfos”.
Pero se
adivina su tristeza cuando prosigue que el ajedrez también “me quitó parte de
mi infancia”.
A Somos
le dijo para cerrar con una jugada maestra la conversación que loe peruanos “porque
somos ingeniosos, y porque también somos recurseros”.
Feliz
cumpleaños, Julio.
(Imágenes
de Podesta te cuenta, Somos y archivo
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