En
nuestras generosas
sociedades
latinas
no hay
muerto malo
Veo en
las redes y en gran parte de los artículos que tan generosamente se han dedicado
desde ayer a la muerte de Fidel Castro Ruz, fundador del socialismo a la
cubana, abundancia de elogios a su memoria y que olvidan, también generosamente,
la cárcel para los disidentes y la existencia de una sola voz, la oficial,
materializada por el único diario dueño de la verdad, Granma.
Mensaje posmorten |
Mucho
antes del triunfo de los barbudos de Sierra Maestra, los de mi generación esperábamos
con optimismo la llegada de esa revolución que derrocaría el corrupto régimen
de Fulgencio Batista.
Trabajaba
entonces en el diario El Pueblo, de Arequipa, y leía invariablemente, cada
semana, la revista Bohemia, de La Habana, Cuba, distribuida por la librería
Selecta, del portal de Flores, en la Plaza de Armas.
Bohemia
traía muy poca o nula información del avance de los rebeldes de Sierra Maestra.
Estaba sometida a censura dictatorial y las noticias sobre esa rebelión no
podían ser publicadas en Cuba. Sí las leíamos a través de agencias y periódicos
de Lima.
Me
alegré del triunfo de Fidel Castro y su ejército rebelde que entraron en el
palacio de Batista la nochebuena de 1959. Y conmigo se alegraron decenas de colegas
y amigos que también seguían paso a paso esa revolución, en una ciudad que se
preciaba de revolucionaria por su agitada historia en defensa de la
constitucionalidad y la democracia.
Para recordar a Camilo y el Ché Guevara |
Eran
tiempos en que la matonería soviética amenazaba a la humanidad con sus arsenales
atómicos y Nikita Kruschov, su delgado en la ONU se sacaba el zapato para golpear
la mesa porque no le gustaba lo que decía el delegado filipino.
¡Cómo
felicitamos a Fidel Castro por haber terminado con la dictadura corrupta de Batista! Pero poco después el desencanto
reclamaría su lugar.
Huber
Mattos, comandante de la Revolución fue enjuiciado y condenado a 20 años por
expresar su opinión sobre el régimen que comenzaba a mostrar las garras
dependientes de la URSS.
Fue el
tiempo en que otro comandante de la Revolución, muy popular en Cuba, Camilo
Cienfuegos, murió en un “accidente” de aviación jamás esclarecido y sobre el
cual hay decenas de testimonios que incrementan las sospechas de un asesinato.
Y bien.
Años después de la consolidación de la Revolución aun cuando se produjo la llamada
crisis de los misiles en tiempos de John Kennedy y el abusivo bloqueo económico
de los Estados Unidos contra la isla, hubo muchos que aún creían en la pureza
del régimen castrista.
Luego
vino la exportación de las revoluciones y la organización en Cuba de las
guerrillas del Movimiento Túpac Amaru (MRTA) con todos los episodios de
crueldad, abuso e inhumanidad que vimos y que, a la larga habrían de consolidar
una dictadura más en el Perú, la de Fujimori, la más corrupta de nuestras
historia.
También
se produjo, el 4 de abril de 1980, la presencia en la embajada peruana en La
Habana, de unos ciudadanos cubanos que querían escapar del paraíso fidelista, a
quienes el Perú de las postrimerías del corto gobierno de Francisco Morales Bermúdez
y el posterior de Fernando Belaunde, concedieron protección.
Invadida Embajada peruana en La Habana |
En represalia, el gobierno de Castro
retiró la vigilancia policial de la embajada y más de 10 mil cubanos la
invadieron porque querían irse.
Bien. Escribe un periodista a quien
respeto mucho “Murió Fidel - Forjador de la Cuba libre, con grandes logros en
educación, salud, deporte y -sobre todo- en dignidad frente a las agresiones
que nunca cesaron. Después de Fidel, Cuba nunca más volvió a ser el burdel de
los Estados Unidos. Gloria a un líder histórico”.
Sea, si
a los líderes se les debe honrar solo por lo bueno que hicieron.
Pero en
honor a la verdad objetiva, creo que hay que poner en la balanza los otros
hechos y uno de ellos es el cuestionado concepto de “Cuba libre”, porque dudo
que la libertad ciudadana sea una realidad en la Cuba de nuestro tiempo.
70 disidentes damas de blanco detenidas en marzo 2012 |
Tampoco
creo que sea una realidad la libertad de información en manos oficiales con
facultad de proscribir y encarcelar las disidencias que se atreven a discrepar
de la voz oficial emitida únicamente a través de Granma, el Pravda de La
Habana, que constituye una verdad absoluta e indiscutible.
Creo
que Fidel Castro destruyó una dictadura y la sustituyó por otra en nombre del
socialismo. Y como militante a ultranza de la democracia repudié y repudiaré
todas las dictaduras de cualquier signo.
Y permítanme
dudar de que la muerte de Fidel aliente para Cuba el comienzo de las libertades
que brinda la democracia a los ciudadanos que respetan las opiniones ajenas y
que buscan y encuentran a través de la tolerancia el respeto a sí mismos y la
dignidad de los suyos.
El
régimen continuará. La figura emblemática de la Revolución ya no está pero
quedan los funcionarios, pocos originales, pero sí muchos de los que acompañaron a Fidel a lo largo de sus más de 50 años de gobierno de hierro, que seguirán su escuela. (Luis Eduardo Podestá).
(Imágenes
de Luis Korda-Elemaki en Wikipedia- internet Wimimedia y medios)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario