Biólogo
japonés ganó Premio
Nobel
de Medicina por estudio
sobre
autofagia de las células
Una “planta
de reciclaje” en el organismo humano procesa los componentes desechados de las
células, virus y bacterias resultantes de infecciones pasadas y los transforman
en los 200 o 300 gramos de proteínas que el cuerpo humano necesita diariamente.
Ohsumi descubrió la 'planta de reciclaje' humana |
Así es
aproximadamente como los científicos definen a la autofagia de las células,
actividad según la cual, “los lisosomas (orgánulos celulares) se comen
componentes dañados o tóxicos presentes en las células, como proteínas ‘viejas’
y otros orgánulos, los ‘reciclan’ o transforman en elementos como los
aminoácidos, que son la materia prima para producir nuevas proteínas”, describió
un informe de la BBC Mundo.
Robin
Keteller, director del grupo de investigación de la autofagia del University
College de Londres (UCL), en el Reino Unido, explicó a la BBC que se trata
"del sistema digestivo de las células" por el cual "se generan
proteínas jóvenes y frescas".
La BBC
recordó que “a mediados de los años 50, el científico belga Christian de Duve
descubrió los lisosomas”, que son “orgánulos celulares capaces de ‘digerir’
grandes cantidades de proteínas, carbohidratos, lípidos, e incluso otros orgánulos
celulares”.
Ya se conocía la 'autofagia' |
Duve
acuñó el término autofagia para denominar a los procesos que realizan los
lisosomas y en 1974 ganó el Nobel de Medicina por sus hallazgos.
Explicó
que esos “corpúsculos también se dedican a reciclar los desechos de las células
para convertirlos en material útil”, dijo la BBC.
Recordó
luego que “en los años 90, el biólogo japonés Yoshinori Ohsumi empezó a usar
células de levadura de pan para estudiar y entender mejor la autofagia” y “logró
identificar los genes y los mecanismos que regulan el proceso en los hongos y
comprobó que eran similares en las células humanas”.
Los lisosomas convierten desechos en proteínas |
“El
trabajo de Ohsumi permitió saber que la degradación y reciclaje de componentes
celulares es vital para que se cumplan ciertas funciones fisiológicas” y
determinó que “la autofagia es esencial cuando la célula ‘tiene hambre’ o
necesita energía”.
Zierath
Juleen, miembro del comité del Nobel en Estocolmo, Suecia, dijo que el trabajo
del biólogo Ohsumi "mostró que los lisosomas no eran un lugar de desechos,
sino una planta de reciclaje de proteínas dañadas o antiguas para que puedan
reutilizarse".
Esta
función disminuye las consecuencias negativas del envejecimiento, según el
Instituto Karolinksa, porque “la autofagia también puede eliminar los restos de
bacterias y virus después de una infección”.
“Las
fallas en la autofagia están vinculadas con enfermedades como el Alzheimer”,
destacó la agencia.
El proceso ayuda a retardar el envejecimiento |
Zierath
le dijo también a la BBC que "sin la autofagia, nuestras células no
sobrevivirían. La necesitamos para deshacernos de moléculas invasoras".
Y
advirtió que como una consecuencia natural, “cuando la autofagia falla, las
moléculas tóxicas aumentan y se pueden producir enfermedades como el mal de
Parkinson, el Alzheimer, la diabetes tipo 2 y el cáncer”.
También
señaló que “la autofagia contribuye al desarrollo embrionario y la
diferenciación celular durante el crecimiento de los fetos”.
Según
el Instituto Karolinska, "Oshumi generó un enorme interés en la autofagia
y ahora es una de las áreas más intensamente estudiadas en la medicina",
concluyó la BBC.
Yoshinori
Ohsumi recibirá el Premio Nobel de Medicina 2016 el 10 de diciembre en
Estocolmo, Suecia.
(Fotos
de GettyImages, Science Photo Library, difundidas por BBC Mundo)
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