Vuelo
de Avianca causó
protestas
en aeropuerto
de
Arequipa por retraso
El
vuelo 816 de Avianca de la ciudad de Arequipa hacia Lima salió la noche del 14
y llegó a su destino el 15, con un retraso tan largo y una falta de información
tales que provocaron protestas de los viajeros –la mayoría arequipeños– que no
tardaron en inscribir sus nombres y sus comentarios en el ya famoso Libro de
reclamaciones.
Solitaria funcionaria hace frente a las protestas |
Le
cuento que el referido vuelo estuvo programado para las 9.40 de la noche con
llegada a Lima a la 10.55 del mismo día, y como es natural, los viajeros
tomaron las providencias necesarias para su llegada a esa hora a la gran
capital.
Prueba larga espera |
Para
comenzar, apareció en la pequeña –debiera ser más grande– pantallita
informativa del aeropuerto internacional Alfredo Rodríguez Ballón, en la
casilla correspondiente a Avianca solo la palabra “retrasado”.
En el
mostrador de la empresa colombiana no había nadie que pudiera ofrecer más
información. Hora y media después llegaron dos empleados, hombre y mujer, ante
quienes recurrieron algunos impacientes en busca de información oficial.
No la
hubo. El empleado, que no tardó en desaparecer del escenario y dejó sola a su
compañera, se limitó a decir que el avión que debía transportarnos “aún no
había salido de Lima”.
Circuló
la versión de que el retraso se debió a que trece pasajeros presuntamente procedentes
del exterior o de otro vuelo, que debían abordar el avión en Lima estaban
retrasados… y los esperaba, lo que llenó de indignación a algunos de los
impacientes viajeros.
Como el
vuelo entre las dos ciudades demora entre una hora y hora 10 minutos, minutos
más minutos menos, los viajeros comenzaron a preocuparse y a sacar cuentas.
Menudearon
las llamadas en uno y otro sentido: No me esperes porque llegaré después de la
medianoche, cambio de planes porque llegará mañana, llamen a un taxista de
confianza que me lleve a la casa, solo podré dormir dos horas y mañana a las
ocho tengo una reunión de trabajo muy importante… y así, decenas de intercambios
telefónicos.
Algunos
pasajeros se acercaron al mostrador, pidieron el Libro de reclamaciones, se los
dieron. La chica de Avianca se dio la molestia de responder una por una las
quejas, pidió disculpas en texto escrito a mano en la misma queja. Se
presentaron unas cinco o seis porque cada queja y respuesta insumía por lo
menos 15 minutos.
Dijo que alteraron su reunión de trabajo |
Una
señora convocó a la protesta. “Hemos pedido el Libro para presentar nuestra
queja porque no es posible que estemos sometidos a este maltrato, hay personas
de edad avanzada que hace rato debieron estar en Lima, numerosos niños que
necesitan atención”, dijo colérica.
Vi un
aviso en la pantallita, que anunciaba las 11.35 como hora de salida. Finalmente
a las 11.10 estábamos en el avión, que salió a las 11.55 y llegó a Lima a la
1.10 del día siguiente, o sea, de hoy. Sacamos nuestras maletas a la 1.20 a.m.
y aunque las calles estaban semidesiertas a esa hora, el taxi llegó a la casa poco
después de las 2.00 a.m.
Que bienvenida y despedida sean gratas |
De modo
que creo no haber exagerado al decir que salimos de Arequipa ayer y llegamos a
Lima al día siguiente. Indecopi analizará las quejas que habrán llegado a sus
ámbitos, pero por mi parte debo sumarme a las protestas porque es muy molesta e
indignate la falta de información a los usuarios como si no valiera la pena
tomarlos en cuenta.
Avianca
es relativamente nueva en el servicio aéreo doméstico y debiera no incurrir en
las faltas de respeto de otras aerolíneas que creen tener la sartén por el
mango, debido a su antigüedad o simplemente porque se creen las dueñas del aire. (Luis Eduardo Podestá).
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