Insisten
en escribir “al interior”
y
cometen pecado gramatical
Poco
antes de finalizar el año 2015, me permití hacer una recomendación muy amistosa
y sin fines de lucro (¡ja ja ja!) a algunos colegas periodistas, sobre todo de
la televisión y con relativa frecuencia de los diarios, acerca del mal uso de
la frase “al interior” para remplazar
el gramaticalmente correcto “en el interior”.
En el "lead" está bien y no en el titular (¿?) |
Pues
bien, he descubierto otro gran titular en un periódico que quiero mucho por lo
cual me guardo el nombre –aunque parezca una maniobra inútil–, donde se lee con
todas sus letras la incorrección de “al
interior” en lugar de “en el interior". Lo peor es que en el "lead" se lee correctamente la construcción que debió extenderse a corregir el titular. ¿O no?
Cuando
me permití con su venia, señalar esta masiva incorrección, tenía en mi auxilio
al lexicógrafo y académico argentino Ricardo Soca, quien difunde cotidianamente
enseñanzas y correcciones sobre el idioma que usamos, en sus páginas
denominadas La palabra del día y La página del idioma español a
través de las cuales absuelve consultas de decenas de personas interesadas en
hablar y escribir correctamente.
Para
afianzar mi llamado, decía entonces que “no solo los periodistas, que tienen la
obligación de guardar la debida corrección en el lenguaje porque difunden esa
incorrección a diestra y siniestra y –a veces lamentablemente– sirven de modelo
al hablar de las personas, sino numerosos políticos de alcurnia, que utilizan
esos términos incorrectamente”.
Recurrimos a un académico de alta talla: Ricardo Soca |
Dice
don Ricardo: “Existe corrupción al
interior del ministerio tal…” o “La policía lo encontró al interior de su
domicilio”, cuando la forma correcta debe ser en estas oraciones “Existe
corrupción en el interior del ministerio tal”…o “La policía lo encontró en el
interior de su domicilio”.
Ricardo
Soca respondía a una persona que le preguntó: ¿Cuál es la forma correcta:
"asaltaban al interior del bus", o "asaltaban en el interior del
bus?”.
La
respuesta no se hizo esperar. Don Ricardo respondió: “Asaltaban en el
interior del bus. No es aconsejable la construcción ‘al interior de’ cuando no está presente
el verbo de movimiento. Por ejemplo: ‘vamos todos al interior de la casa’, pero ‘estamos todos en el interior de la
casa’”.
Aplicar
“al interior” con cualquier motivo se
ha convertido en una plaga idiomática, sobre todo en los informativos de la
televisión, de la radio y en los discursos políticos, para citar solo los más
frecuentes.
Espero, una vez más, que esta brevísima y cordial llamada de atención sirva de algo a los colegas que
la lean y a los que pronuncian discursos, más aún cuando nos hallamos ante la
expectativa de millones de palabras de políticos, candidatos o no, con motivo
de la campaña electoral que se nos viene encima.
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