Episodio
casi desconocido
de la
historia de los diarios
devueltos
a sus dueños
El
cargo de “redactor de retén” fue inventado en la redacción del viejo Correo, de
la avenida Wilson los últimos días de julio de 1980 por el entonces jefe de
redacción Carlos Hidalgo, para sancionar la carcajada con que Pedro Ortiz
Barnuevo recibió sus palabras de bienvenida a los miembros de la familia Agois, que recuperaban su
periódico.
Pedro Ortiz, el protagonista |
Debe
recordarse que uno de los primeros actos del gobierno de Fernando Belaunde al
asumir su mandato al término de la dictadura militar de Velasco-Morales
Bermúdez, fue la devolución de los periódicos incautados para servir a diversos
sectores de la población, según el credo revolucionario de entonces.
El diario
Correo de la cadena de Empresa Periodística Nacional, propiedad de la familia
Agois Paulsen, heredera de Luis Banchero Rossi, era “el periódico de los
profesionales”, y Julio Higashi, jefe de redacción hasta el 28 de julio de
aquel año, había acogido a periodistas "muy capaces" para entrevistar a
personas de alto nivel, como se suponía debían ser los personajes a quienes el
diario debía servir.
En el
Correo de entonces había trabajadores de distintas tendencias, la mayoría de
los cuales estaba a favor de “los periódicos para sus trabajadores” y una
minoría que opinaba por la devolución a sus dueños, sustentada en que la
captura de los diarios por la revolución velasquista fue un robo y que la restitución
era un acto de justicia.
También
señalaban que los trabajadores podrían tener participación en la propiedad y
muchos estaban dispuestos a comprometer sus indemnizaciones en la compra de
acciones, algo que no se produjo.
El 29
de julio de 1980, los dueños llegaron a sus respectivos diarios. A Correo, el
ingeniero Enrique Agois, el nuevo director Mario Castro Arenas y un séquito de
familiares y amigos del dueño.
Tiempos violentos, el incendio del 5 de febrero |
Carlos
Hidalgo, quien en una asamblea de trabajadores el día anterior había enarbolado
la bandera de los periódicos para sus trabajadores en un encendido discurso muy
aplaudido, hizo uso de la palabra esta vez para dar la bienvenida a los Agois y
ofrecer que el personal estaba listo para su nueva tarea periodística en
democracia.
Entonces,
Pedro Ortiz Barnuevo, quien había escuchado las palabras de Hidalgo el día
anterior, lanzó una carcajada fatal.
Fui
nombrado jefe de informaciones, cargo que había desempeñado años antes en el
viejo diario Expreso del jirón Ica, bajo las órdenes del director Guillermo
Cortez Núñez, y la primera orden que recibí de Hidalgo fue que Pedro Ortiz era “redactor
de retén”, algo inédito en el argot periodístico.
Hidalgo
dispuso que por ningún motivo, Ortiz debía salir en comisiones y Pedro –aún lo
recuerdo– se pasaba el día leyendo en su carpeta frente a su máquina de
escribir con cara de aburrimiento, se paseaba a ratos por la redacción,
conversábamos de cosas sin importancia.
Al
llegar cada mañana, leía al final del cuadro de comisiones que disponía el
trabajo del día, la invariable “Pedro Ortiz. De retén”.
Lo normal
era un redactor de turno, habitual en todas las redacciones, generalmente para
cubrir horas nocturnas, pero el término “de retén” que algunas veces
comentábamos, se usaba solo en las prevenciones de las comisarías y los
cuarteles.
Una mañana se produjo un acontecimiento imprevisto, como suelen ser algunos. Todos
los redactores habían salido a cumplir sus comisiones. Me las jugué y le dije a
Pedro que tenía que salir a cubrir el suceso.
Pedro
me miró interrogativo y me señaló el cuadro de comisiones y le dije “no te
preocupes, sales bajo mi responsabilidad”. Le di las órdenes fotográfica y de movilidad
y salió disparado, feliz como unas pascuas.
Mario Castro, el director |
Por la tarde, cuando presenté mi proyecto de edición ante el director Mario Castro Arenas, este leyó los textos y fijó la atención en uno que yo planteaba como “abridora” de portada.
–¿Quién
ha cubierto esta información? –preguntó.
–Pedro
Ortiz –le respondí.
–¿Quién
es Pedro Ortiz? ¿Trabaja aquí?
–Sí.
–¿Y
cómo no hemos tenido antes informaciones de él? Esto está bien escrito y bien
enfocado. ¿Dónde estaba antes?
–Estaba
de retén, Mario.
–¿Retén?
¿Qué es eso?
Y
arrancó a reír a carcajada abierta. Le expliqué la razón del retén y me dio la
orden para el futuro.
–Desde
mañana se acabó el retén. Y a Ortiz ponlo en en las comisiones importantes.
Así
terminó el “periodismo de retén” en la redacción de Correo y un castigo por una
carcajada que fue la expresión de una opinión, algo que en los últimos años,
cuando tengo la oportunidad de reunirme con Pedro Ortiz, recordamos con nostalgia y risas como un episodio más de esos viejos y agitados tiempos. (Luis Eduardo
Podestá).
(Texto
incluido en “El periodismo que viví”)
www.podestaprensa.com
4 comentarios:
Tenía que ser el c. Pedro marcando su calidad,cuando nada hacía presagiar que 25 años despues el periódico terminaría en manos de los Miro Quesada
Tenía que ser el c. Pedro marcando su calidad,cuando nada hacía presagiar que 25 años despues el periódico terminaría en manos de los Miro Quesada
Extraordinaria anécdota. Estos pequeños relatos históricos del periodismo nacional nos fortalece como profesionales de esta noble y maravillosa carrera.
Jajaja, me había olvidado de esa anécdota que ahora la recordamos con humor pero que en esa época a muchos periodistas los volvió castrenses, vestidos de verde olivo y muy sumisos. Algunos fuimos rebeldes querido amigo.
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