Con una
ceremonia Berlín
recordó
la pared que lo partió
en dos durante
28 años
A
diferencia del año pasado, esta vez, solo hubo una ceremonia muy sencilla, a la
que no asistió el alcalde de Berlín, que recordó la bulliciosa caída del Muro de Berlín hace 28 años, esa ominosa pared convertida en frontera con garitas de
control y fortificaciones y que hoy se ha reducido a una marca en el piso que
cruza la capital alemana.
Hace 28 años no era posible este gesto |
Los
berlineses recordarán siempre a unas 250 personas que murieron al tratar de
pasar al lado occidental de su ciudad, dividida por aquel muro levantado por
las autoridades de la entonces República Democrática de Alemania con el fin de
impedir que más personas –ya lo habían hecho numerosas– huyeran a occidente.
De lo
que fue aquel muro ya no queda sino el Museo de sitio Topografía del Terror, en
la calle Wilhem donde el visitante puede adquirir libros y fotografías de
aquella época y visitar parte de lo que fue el muro, es decir, una frontera, con
alojamiento para tropas que después solo exhibirían trozos de concreto y mampostería
subterránea detrás de una débil pared de material prefabricado.
Aquí estuvo la pared |
El diario
El Informador de México hizo hoy una descripción de lo que queda del muro y
señala que en el pavimento y señaló que “hay una estrecha franja de adoquín de
escasos 20 centímetros de ancho que serpentea discretamente a través de la
calle que separa a la Puerta de Brandeburgo del bosque citadino Tiergarten”.
Esa
franja a veces cubierta por una capa de cemento, podría pasar desapercibida si
no fuera porque los visitantes que llegan a Berlín en cualquier época del año,
preguntan por los restos del muro y los llevan a ver dónde estuvo aquella
frontera que dividió no solo la ciudad, sino familias enteras y amistades que quedaron
repentinamente a uno y otro lado.
En algunas zonas subsiste la franja de ladrillos |
Estuvimos
en Berlín la lluviosa tarde del 1 de junio, cuando se preparaba la final de
fútbol de la Liga de Campeones de Europa y en las cercanías de la Puerta de
Brandeburgo se instalaban pantallas gigantes para quienes no hubieran podido
conseguir entradas.
Nos
mostraron las huellas de la frontera entre las dos Alemanias, franjas en el suelo
en algunos de cuyos tramos se lee “Berliner Maurer 1061-1989”, y en otras zonas
una sinuosa marca de ladrillos.
Cartel de advertencia convertido en placa histórica |
En otra
zona de la ciudad, se mantiene el Checkpoint Charlie, delante del cual se
conserva un elevado poste con un visible afiche en lo alto que muestra la imagen
de un soldado norteamericano y en la otra, la de un soldado soviético.
También
hay una placa en inglés, ruso, francés y alemán que advierte que “Usted está
dejando el sector americano”, todo lo cual se mantiene como una muestra de lo
que no debe ocurrir jamás en la humanidad.
Recuerdo de la pared en las afueras de Berlín |
Por la
tarde, el Papa Francisco recordó también el aniversario de la caída del muro y
clamó por la demolición de todos los muros que dividen el mundo.
“Oremos
para que, con la ayuda del Señor y de todos los hombres de buena voluntad,
podamos fomentar una cultura del encuentro capaz de hacer caer todos los muros
que aún dividen el mundo. Donde hay muros, hay corazones cerrados: hacen falta
puentes, no muros”, dijo.
(Fotos de www.podestaprensa.com)
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