Bloquear
carreteras es un delito,
pero
muchos lo perpetran y solo
a
algunos les cae el peso de la ley
Muchos
honrados ciudadanos se convierten en delincuentes de la noche a la mañana, por
un delito que se ha vuelto muy común y del cual algunos perpetradores se libran
por una socorrida “falta de pruebas” porque no fueron identificados entre la
multitud que habitualmente protagoniza esos actos.
Pista bloqueada en varios tramos |
Quienes
tienen la intención de protestar han recurrido hace ya bastantes años, al
bloqueo de carreteras para presionar a las autoridades –por lo general al
gobierno central– con el fin de obtener algo por la fuerza.
Bloquear
carreteras es sencillo, pero sus consecuencias han sido funestas para decenas o
miles de pasajeros. Algunos perdieron la vida. Recuerden un bloqueo en una
carretera hacia Arequipa desatado por mineros ilegales, que provocó la muerte de una persona
a la que no le permitieron recibir auxilio médico ni hubo el gesto humanitario
de trasladarla a un puesto asistencial.
Que se
sepa, uno de los primeros bloqueos de carretera castigados con el peso de la
ley, fue aquel en que participaron agricultores de Huacho.
Se aplicó el Código Penal
Esa era
la primera vez que se aplicaba el entonces Nuevo Código Procesal Penal (NCPP) que comenzó a regir en abril de 2006 en el
distrito judicial de Huaura-Huacho, al norte de Lima, y sus efectos recayeron sobre
21 agricultores que, en el curso de una huelga agraria, salieron a la calle y
tuvieron la mala idea de bloquear la carretera Panamericana Norte en varios
tramos de aquella circunscripción.
No entienden razones y persisten en el delito |
La
policía detuvo a los 21 campesinos y la Fiscalía los acusó por los delitos de extorsión y participación en los
disturbios ocurridos durante el desarrollo de la huelga, y solicitó ante el
Poder Judicial la convalidación de la detención preliminar, es decir, pidió extender
la detención de 24 horas a siete días.
Pero el
juez Julio Castañeda Díaz del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de
Huaura, redujo la detención a cuatro días al término de los cuales, el fiscal
Juan Rodríguez Sota pidió al magistrado aprobar la Terminación Anticipada que
prevé el NCPP, según el cual las partes, es decir, agricultores y Ministerio
Publico pudieron llegar a un acuerdo.
Tres años de prisión suspendida
Los
campesinos aceptaron haber participado en las marchas que durante la huelga
degeneraron en disturbios y bloqueo de varios tramos de la Panamericana Norte y
tanto ellos como el Ministerio Público aceptaron la decisión del juez, que sentenció a los imputados a tres años de prisión suspendida.
Viajeros a pie en Andahuaylas |
Los
campesinos se comprometieron a cumplir estrictas reglas de conducta y al pago
de una reparación civil de 2,100 soles, pagaderos en forma colectiva a razón de
100 soles cada uno en dos partes.
Que se
sepa, ninguno de los sentenciados volvió a participar en desórdenes, algo que
no se cumplió en el valle de Tambo, cuando algunos dirigentes de los bloqueos
de carreteras, ya estaban sentenciados a prisión suspendida, por lo que su
actividad en los disturbios era ya una causal para que la condena se hiciera
efectiva.
Pero
más allá de la acción de la justicia, una toma de carreteras es un atentado
contra personas que no tienen nada que ver con la solución del problema que
motiva la protesta.
¡Qué culpa tienen los viajeros!
Bloquear
una carretera es un atentado contra la libertad individual, contra la salud y
la vida de seres humanos que ven su viaje interrumpido. Ellos no van a solucionar el problema
de mineros ilegales ni de los agricultores en huelga, sino que son utilizados
como objetos de presión contra las autoridades.
Camiones detenidos en Celendín |
Es
decir, los exaltados bloqueadores extorsionan a las autoridades y retienen –otro
delito que linda con el secuestro– a personas inocentes, sin detenerse a
averiguar si están en buenas o malas condiciones de salud y si su viaje es de
placer o por razones de índole diferente.
Por
eso, aunque digan que el fin justifica los medios, me pronunciaré como siempre,
contra los bloqueos de carreteras que provocan daños, menores o mayores y a veces
han llegado a provocar muertes.
Escena común en un bloqueo |
Y sería bueno que los exaltados dispuestos a
llegar a “las últimas consecuencias”, se detuvieran a pensar en el daño que un
bloqueo de vías causa a personas inocentes. Y que las autoridades cumplan su obligación de sancionar ese delito para garantizar el libre desplazamiento de las personas por todas las carreteras y calles del país.
(Imágenes de medios de comunicación peruanos)
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