jueves, 27 de agosto de 2015

Agujeros negros no son como los pintan

Stephen Hawking contra la teoría
de que esos torbellinos cósmicos
tragan todo y no devuelven nada

Los terroríficos agujeros negros que las galaxias tienen en su interior como una maldición y que ejercen una tan fatal atracción que hasta la luz se curva para desaparecer cuando caen en ellos, no existen, o por lo menos, podrían ser el medio de transporte hacia otro universo.

Nuestra Vía Láctea gira alrededor de un agujero negro
El astrofísico más famoso de los tiempos actuales, el británico Stephen Kawking, acaba de corroborar en una conferencia sustentada en Estocolmo, Suecia, lo que afirmó hace semanas en un artículo en la revista científica Nature que ha causado sensación no solo en el mundo científico.

En Nature (International weekly journal of science), Hawking afirmó que “los agujeros negros no existen, o por lo menos, no como pensábamos hasta ahora”.

Hawking postula que sí hay escape de un agujero negro
Hawking contradijo la teoría según la cual “no hay escape de un agujero negro”, pero acentuó que “según la teoría cuántica, la energía y la información sí puede salir de allí”.

Caer en un hueco y salir en otro universo

"Si caes en un agujero negro, no te rindas. Hay una salida”, dijo Hawking en su charla de Estocolmo y agregó que “los agujeros negros no son tan negros como se pintan. No son prisiones como se creía. Las cosas pueden salir de un agujero negro al exterior y, posiblemente, lo hagan en otro universo", según la versión publicada en Clarín, de Buenos aires.

Hawking prueba un vuelo sin gravedad
De hecho, los astrofísicos han dedicado las últimas décadas a investigar “qué sucede con la información relacionada con la muerte de una estrella que acaba formando un agujero negro” y por qué mientras “la mecánica cuántica defiende que la información no puede ser destruida, la relatividad general sostiene que debe serlo, lo que produce la paradoja de la pérdida de información”.

La nueva teoría de Hawking “que avanza en un concepto que ya había esbozado el año pasado al afirmar que "los agujeros negros no existen", puede resolver esta paradoja.

Postuló en Estocolmo que "la información no se almacena en el interior del agujero negro como era de esperar, pero sí en sus límites, en el horizonte de sucesos, de donde la información puede escapar".

Un agujero negro propio

El conocimiento del comportamiento de esas misteriosas formaciones cósmicas, no puede ser ajeno a nuestra realidad cercana, ya que la Tierra se encuentra en el punto medio, entre el corazón de la Vía Láctea, nuestra galaxia hogar donde existe un enorme agujero negro, y el borde de ella.

A medio camino entre el borde y el agujero negro
En un artículo publicado en National Geographic de diciembre de 2010, el escritor científico Ken Croswell, señalaba que todas las estrellas de la Vía Láctea “giran alrededor de aquel agujero negro” denominado Sagitario A*.

Nuestro Sol, añadió Croswell, se encuentra a 27 mil millones de años luz del centro de la galaxia y tarda 230 millones de años en dar una vuelta alrededor de aquel hueco negro que, calcula, ha engullido a la fecha más de cien mil estrellas.

Pero los huecos negros, y el Sagitario A* no es la excepción, no solo engullen material cósmico. También devuelven algo y Croswell estima que desde que se formó la galaxia, hace unos 13,200 millones de años, nuestro agujero negro “puede haber expulsado un millón de estrellas”.


No hay comentarios.: