Colega,
amigo:
Que el
año 2015 que ya está en la puerta de nuestras casas, sea para ti y los tuyos una
etapa de bienestar familiar y de realización profesional y personal y, además,
sea también una época de reconciliación entre quienes se ofendieron o entre quienes
hubo malentendidos o disgustos pasajeros.
Que no todo sean fuegos artificiales |
La
amistad, la fraternidad, la solidaridad, como sentimientos y gestos que
enaltecen a los hombres, no deben perderse por razones circunstanciales o
resentimientos que deben superarse para dar paso a una beneficiosa tranquilidad
del espíritu.
No
debes, sin embargo, tener ánimo conciliador con la corrupción y los corruptos,
sean estos encumbrados de cuello y corbata o ciudadanos comunes, gordos o
flacos, altos o bajos, porque no solo te han hecho daño a ti y a los tuyos y lo
seguirá haciendo, sino al país entero.
Quizá mi
deseo más profundo sea que todos mantengamos en alto nuestra dignidad de seres
humanos, que rechacemos todo atisbo de autoritarismo o abuso del poder y que
construyamos como ciudadanos conscientes las bases de un futuro con gobernantes
honestos que –como aquel emblemático José Mujica o el recordado Fernando Belaunde Terry– salgan del palacio con lo mismo que llegaron y no con las
riquezas escandalosas que hemos visto en gobernantes de las últimas décadas.
Que nos traiga más satisfacciones que frustraciones |
Demos
paso a la tolerancia para respetar el pensamiento ajeno, pero no toleremos los delitos
ni la delincuencia que, hemos comprobado en cada día del a punto de ser pasado
año 2014, están enquistados en todos los círculos de la sociedad en que
vivimos.
Y,
finalmente, formulemos los mejores deseos para que las instituciones que nos agrupan
a los periodistas, cumplan sus deberes y sus dirigentes, apartados de apetitos personales
o de grupo político que manche su actividad, levanten las antorchas de la
libertad de expresión, de la defensa de los derechos humanos y del respeto a
las normas que sustentan la dignidad profesional y la armonía que deben ser el
signo común que nos una y respalde nuestra fortaleza frente a los múltiples peligros
que nos acechan.
Por el
bienestar y la dignidad común, un abrazo
para todos.
31 de
diciembre de 2014
Luis
Eduardo Podestá N.
Periodista
Expresidente de la Federación de Periodistas del Perú
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