viernes, 1 de agosto de 2014

La Luna es como un limón

Científicos descubren,
al fin, la verdadera
forma de nuestra Luna

Tan cerca y tan poco estudiada, tanto que hasta el momento, la humanidad tenía por seguro que la Luna, nuestro satélite natural, era una esfera. Pero no. Ahora se informa que tiene forma de limón, según informa la revista Nature en el siguiente artículo.

Parecía lo que no era
En efecto, dice que “un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de California Santa Cruz, en Estados Unidos, muestra que la mayor parte de la forma general de la Luna se puede explicar teniendo en cuenta los efectos de la marea que actuaron en la historia temprana de la Luna”.

Los resultados del estudio fueron publicados en la edición del miércoles de 'Nature', y ofrecen una “nueva visión de la historia de la joven Luna, su evolución orbital y su orientación actual en el cielo, como resume el autor principal, Ian Garrick-Bethell, profesor asistente de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de California Santa Cruz, en Estados Unidos”.

La Luna se originó en el choque de la Tierra con otro planeta 
El científico afirma que “a medida que la Luna se enfrió y solidificó hace más de cuatro millones de años, los efectos de esculpido de las fuerzas de la marea y la rotación se congelaron”. La idea de una protuberancia congelada de la marea rotacional, conocida como la hipótesis de la 'protuberancia fósil', fue descrita por primera vez en 1898, dice.

"Si usted hace girar un globo de agua, empieza a aplanarse en los polos y a abultarse en el ecuador", pone como ejemplo Garrick-Bethell. "Además de eso, se producen mareas por la atracción gravitatoria de la Tierra y se crea una especie de forma de limón con el eje mayor apuntando a la Tierra", añade.

Pero este proceso de protuberancias fósiles no puede explicar por completo la forma actual de la Luna. En su nuevo análisis, Garrick-Bethell y sus colegas incorporaron otros efectos de las mareas y tuvieron en cuenta las cuencas que han dado forma a la topografía de la Luna, y consideraron además el campo gravitatorio de la Luna.

Tan cerca que sirve de juguete
Los esfuerzos por analizar la forma general de la Luna se complicaron por las grandes cuencas y los cráteres creados por impactos de gran alcance que deforman la corteza lunar y expulsan muchas cantidades de material. "Cuando tratamos de analizar la forma general de la Luna usando esferas armónicas, los cráteres son como lagunas en los datos", recalcó Garrick-Bethell.

Quiere hacerla entrar por el aro
 Un trabajo anterior de Garrick-Bethell y algunos de los mismos coautores describe los efectos simultáneos de la extensión de las mareas y el calentamiento de la corteza de la Luna, hace 4,4 millones de años cuando la corteza exterior sólida aún flotaba en un océano de roca fundida.

Al alcance de todos
El calentamiento de la marea habría provocado que la corteza sea más delgada en los polos y se formara una corteza más gruesa en las regiones en línea con la Tierra. Publicado en la revista Science en 2010, ese estudio previo encontró que la forma de un área topográfica inusual en la Luna, las montañas de la cara oculta, coincidía con los efectos del calentamiento de la marea durante la formación de la corteza.

"En 2010, encontramos un área que se ajusta al efecto de calentamiento de la marea, pero ese estudio dejó abierta la explicación del resto de la forma de la Luna y no incluyó la deformación por la marea de rotación. En este trabajo hemos tratado de tener en cuenta todas estas consideraciones juntas", señaló Garrick-Bethell.

El calentamiento de la marea y la deformación de la marea de rotación tenían efectos similares en la forma general de la Luna, lo que supone que la Luna posee una ligera forma de limón con una protuberancia en el lado que da a la Tierra y otro bulto en el lado opuesto. Sin embargo, los dos procesos dejan firmas distintas en el campo gravitatorio de la Luna.

El eje principal de la forma general de la Luna (el eje largo del limón) está ahora separado de los ejes principales de gravedad por unos 34 grados. Si se excluyen las grandes cuencas de los datos, la diferencia sigue siendo de unos 30 grados.

Como cartel de fondo
"La Luna que veíamos hace mucho tiempo ha cambiado, por lo que ya no miramos la cara principal de la Luna", afirma Garrick-Bethell. "Los cambios en la distribución de la masa modificaron la orientación de la Luna. Los cráteres eliminaron algo de masa y también hubo alteraciones internas, probablemente relacionadas con cuando la Luna se vuelve volcánicamente activa", agrega. (Nature).



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