Participaron
27 picanterías
en una
fiesta que llenó la
Plaza
de Armas de Arequipa
Con el II Festival de la chicha, que convocó a 27 afamadas picanterías y a unas 10 mil
personas que degustaron los platos típicos de la región, comenzaron los actos
programados para la celebración del 174° aniversario de la fundación española
de la ciudad de Arequipa.
Servida por buenas manos |
A
diferencia del año anterior cuando participaron solo 11 picanterías, esta vez
hubo una concurrencia masiva con 27 establecimientos típicos asentados en
distintos lugares de la campiña y los distritos de la Arequipa metropolitana,
que vendieron, junto a infinidad de platos típicos, unos 4 000 litros de chicha.
En vaso pituco o cogollo en caporal, igual es |
Alonso
Ruiz Rosas, socio fundador de la Sociedad Picantera de Arequipa, entidad cuyo
principal objeto es revalorar y conservar la tradición de la comida típica
regional, dijo que indicó que, aparte de la chicha de maíz, los
establecimientos ofrecieron platos típicos como el rocoto relleno, el cuy
chactado, el chicharrón de chancho, el chupe de camarones y otros.
Para Miguel
Barreda, coordinador de la Asociación, este festival “es un homenaje a la
ciudad que busca revalorar los platos típicos de las picanterías y recuperar
algunos ya perdidos como la zarza de tolina y los casi olvidados loritos de
liccha” con ocopa.
Con todo combina |
Expresó
su malestar por el hecho de que la mayoría de las picanterías de la actualidad “se
limiten a vender de dos a tres platos típicos y cambiar la chicha por la
gaseosa y cerveza”.
La
chicha es la cerveza de los incas reinventada por las picanteras arequipeñas. Su
ingrediente básico es el maíz morado que se “madura” en camas especiales de
piedra, donde se cubre con paños húmedos durante una semana aproximadamente.
Maíz morado, insumo principal |
Cuando el
maíz comienza a germinar, se interrumpe su proceso y se seca al sol, se le
muele para convertirlo en harina gruesa, que se mezcla con adecuada cantidad de
agua hasta que fermenta y adquiere ese color rojo que es similar al de la bandera
de la ciudad. En esta fase adquiere un grado de alcohol que se logra con menor
o mayor tiempo de fermentación.
Los festivales
desarrollados en Arequipa para iniciar sus dos últimos aniversarios, han
servido para que la población retome el gusto por esa bebida milenaria, que si
bien ha sufrido algunas modificaciones que han dado como resultado variaciones
de su color –algunas son doradas– han recuperado su valor como bebida sana, natural y creadora de alegría merced a su
pequeño grado de alcohol.
1 comentario:
La comida de Arequipa es de los dioses, por eso es la mejor del mundo.
¡Viva Arequipa!
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