El creador de Macondo montó
una manifestación de protesta
para construir su noticia
Se tiene que ser grande para inventar la noticia cuando la
noticia no existe. Y, contra lo que proclaman los manuales periodísticos sobre
aquello de que hay que escribir siempre la verdad y nada más que la verdad,
Gabriel García Márquez, con perdón de su memoria, inventó la noticia cuando
ella no existía.
Cuando no había noticia la creaba |
Han pasado cinco días del deceso de García Márquez y junto
al impacto que nos causó su muerte anunciada –porque ya se sabía que estaba enfermo y de la
resignación de sus familiares más cercanos– y el reconocimiento de que fue el “mejor
periodista de todos los tiempos” ha cruzado por los cuatro puntos cardinales de
América y el mundo.
No lo niego ni lo negaré jamás, pero en aras de la verdad histórica
hay que decirlo, ahora que aún dura el vendaval de noticias sobre el Gabo novelista
mágico y el Gabo periodista, quizá para que alguno de los jóvenes periodistas
de hoy –y también los veteranos– que perciban que serán los grandes del oficio,
no se sientan tentados a la invención de la noticia y al falseamiento de la
verdad, la única diosa respetable e inviolable de los hombres y mujeres de
prensa de todos los tiempos y todos los rincones del mundo.
Jaime Abello Banfi, director general de la Fundación GabrielGarcía Márquez para un Nuevo Periodismo Iberoamericano más conocido por sus
siglas FNPI, conversó con Néfer Muñoz, de la BBC Mundo, quien escribió: “En 1954, el diario colombiano El Espectador envía a uno de sus jóvenes periodistas, Gabriel García Márquez, a
cubrir una protesta multitudinaria contra el gobierno en la remota ciudad de
Quibdó, en el estado del Chocó”.
Quibdó, el pueblo donde Gabo inventó su noticia |
“Tras una odisea de dos días de viaje por la selva, García
Márquez y su fotógrafo llegan por fin a su destino y se llevan una sorpresa: la
ciudad de Quibdó está en completa calma. El corresponsal local de El
Espectador, Primo Guerrero, había falseado los hechos que había informado a la
redacción en Bogotá.
“Es decir, García Márquez se percata de que la protesta por
la que había sido enviado a reportear no existe. Ante este panorama, el joven
periodista le dice a Guerrero que no quiere regresar a la capital con las manos
vacías.
“Así que se ponen de acuerdo y, "con tambores y
sirenas", ambos convocan y organizan una protesta para poder escribir la
crónica y tomar las fotos.
“La nota sale publicada en El Espectador bajo el título
"Historia íntima de una manifestación de 400 horas" y, en ella,
García Márquez asegura que la protesta duró 13 días, "nueve de los cuales
estuvo lloviendo implacablemente" y precisa que “bajo la lluvia los
manifestantes lloraban, escribían memoriales y se lavaban en la vía pública".
Desarrolló el "diarismo mágico" |
Néfer Muñoz, periodista costarricense doctorado en
literatura en la Universidad de Harvard, escribió una tesis titulada "Novelando
en el periódico y reporteando en la novela de América Latina" y dice que
el autor de Cien años de soledad, “desarrolla el concepto de ‘diarismo mágico’.
Aparte de la manifestación de Quibdó, Muñoz ha encontrado lo
que llama “exageraciones e invenciones en diferentes etapas” del periodismo que
García Márquez ejerce, tantas que “están presentes de una forma abundante y
abierta y, en otras, de forma dosificada y velada”.
La manifestación de Quibdó no fue el único invento de Gabo
periodista.
Jaime Abello, director de la Fundación García Márquez |
Abello Banfi le dijo a Néfer Muñoz que el ingeniero alemán
nunca existió y que cuando García Márquez describió la vida de Burkart en
Caracas, estaba contando sus propias experiencias.
Para mantener intacta la imagen del escritor, Muñoz,
califica el fenómeno como el “diarismo
mágico de García Márquez”, pero reconoce que no es el primero que ha detectado “las
invenciones en el periodismo garciamarquiano”.
Se refiere a nuestro premio Nobel de Literatura de 2010, Mario Vargas Llosa, quien en su "Historia de un deicidio", documenta la
invención que García Márquez hizo de la protesta de Quibdó y dice que “es parte
de su personalidad aventurera y su fascinación por los hechos y los personajes
inusitados”.
En ese libro, Vargas Llosa señala que "lo que
sedujo" a García Márquez del periodismo no fue la página editorial sino el
trabajo de reportero, "que se moviliza tras la noticia y, si no la encuentra,
la inventa".
Redacción: fábrica de la verdad |
"La ética no es una condición ocasional, sino que debe
acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón", y añadió
que "en el oficio de reportero se puede decir lo que se quiera con dos
condiciones: que se haga de forma creíble y que el periodista sepa en su
conciencia que lo que escribe es verdad".
Creo que Gabriel García Márquez, sus licencias
para inventar o construir una noticia donde no la había y sus palabras en la madurez acerca
de la ética y el respeto a la verdad, abren un campo de debate a los
periodistas del presente.
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