¡Francisco, aquí hay ropa tendida!

Palabras del papa nada más

oportunas cuando el Perú

atraviesa otra ola corrupta  

Parecía que el papa Francisco hablaba luego de leer algunos periódicos del Perú o de haber visto nuestra televisión y hubiera dedicado su homilía del lunes, durante la tradicional misa en la Casa Santa Marta, a algunos miembros de nuestra sociedad cuya imagen diseñó a la perfección.

Con el látigo en la palabra

No de otra manera puede interpretarse aquello de que “que quien dona a la Iglesia y roba al Estado es un falso cristiano porque lleva una doble vida” y además, y probablemente lo más duro de la homilía fue dedicado a los corruptos cuando dijo que “se puede ser pecador, porque lo somos todos, pero no corrupto".

Radio Vaticano difundió algunos extractos de las palabras del pontífice, pero las más significativas son aquellas en que habla de los “sepulcros blanqueados” que "la doble vida de un cristiano es algo tan malo, tan malo...", y cuando aludió a quien cree que es "benefactor de la Iglesia, se rasca el bolsillo y da a la Iglesia, pero con la otra mano roba al Estado, a los pobres".

"Esto es una injusticia. Esto es llevar una doble de vida, porque esta persona engaña. Esta es la diferencia entre el pecador y el corrupto y quien tiene una doble vida es un corrupto", fulminó.

Frases que ponen el dedo en la llaga

"Todos conocemos a alguien que se encuentre en esta situación y lo mal que hacen a la Iglesia. Cristianos corruptos, sacerdotes corruptos... ¡Qué grave es esto para la Iglesia. Porque no viven en el espíritu del evangelio, sino en el de la mundanidad", agregó.

Y los peruanos lo sabemos por varios ejemplos, algunos de los cuales purgan prisión o aún caminan libres, esquivando la justicia.

El pasado viernes, el papa arremetió en su homilía contra "la diosa de la corrupción" al explicar que la dignidad viene del trabajo digno, del trabajo honesto y no de ese camino más fácil, según la versión que difundió la Radio Vaticano.

Dicen aquí que a quien le caiga el guante… ¡Cuántas decenas –o centenares o miles– de guantes hubiera necesitado el papa Francisco para que les llegue todos y cada uno de los corruptos made in Perú!

Otros hubieran preferido exclamar: ¡por favor, Francisco, mide tus palabras que hay mucha ropa tendida! Pero el papa siguió adelante y es bueno que lo haga en la búsqueda del bienestar de los más pobres que abundan en el mundo.

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