Reconstruirán convento de
1795 a imagen del original
Junto a un moderno templo blanco de reluciente sillar en
la plaza principal de Characato, se aferran con la terquedad de sus venerables
218 años, las ruinas de otra iglesia que a pesar de los mazazos de sucesivos
terremotos del otro y este siglo, mantienen aún el perfecto ensamblaje con que
sus bloques de sillar se sostienen unos a otros en desafío a la gravedad y los
temblores.
Conviven desde hace muchas décadas |
Desde hace más de 20 años, he fotografiados esas ruinas
que merecen el homenaje de la eternidad. Ahora, en setiembre de 2013, volví a encontrarlas,
como hace dos décadas, cuando temí que quedarían reducidas a un recuerdo
fotográfico y que la próxima vez que las viera las encontraría convertidas en
moderno edificio de ladrillos y cristal.
Felizmente no ha sido así y el alcalde de Characato, don
Ángel Linares, me ofrece la buena noticia: “Esas ruinas son intocables. Han
sido declaradas monumento histórico por el Instituto Nacional de Cultura”.
Alcalde decidido a reconstruir viejo templo |
Linares añadió con orgullo: “Ese templo volverá a ser
reconstruido como cuando lo inauguraron”.
Un bloque se sillar en la portada que se mantiene sobre
las ruinas, en la esquina oriental de la plaza, proclama la fecha en que fue
construida: 1795. (Otras personas han
creído ver 1796, pero a la luz de ampliaciones observadas en las últimas fotos,
compruebo que, salvo me engañen los ojos, la fecha es 1795).
En pie a pesar de sus siglos de edad |
El alcalde Linares dice que la reconstrucción a imagen y
semejanza del primer templo, ha sido presupuestada en unos tres millones de
soles y confía en la solidaridad y generosidad de los muchos characatos que
andan por Lima y por otras partes del mundo para lograr cubrir esa cantidad.
A sí fue hecho el actual templo que ocupa casi todo el
borde suroriental de la plaza. “Los pobladores contribuimos con la mano de obra,
hicimos erogaciones en dinero, organizamos actividades diversas y hubo quienes donaron
toros de pelea para recaudar fondos”, cuenta para resaltar que aquella obra,
inaugurada en 1980, fue hecha por la mano del pueblo.
Región y Municipalidad han ofrecido apoyo |
El burgomaestre ha pedido el apoyo del gobierno regional
y de la municipalidad de Arequipa, y ha recibido de ellos la promesa de
contribuir a que el viejo templo sea reconstruido de acuerdo con el perfil y
los planos que ya se encuentran preparados y que muestra con la certeza de que
constituyen el certificado de una recuperación histórica.
“Ese templo era totalmente de sillar unido por argamasa
de cal y arena. Sus bloques se sillar están ensamblados en la bóveda de tal
modo que se afirman unos con otros”, describe.
Plaza principal de Characato |
Recuerda que en el templo cuyas ruinas se mantienen
frente a la plaza, “antes hubo un convento de los padres mercedarios” y que su
construcción, iniciada al parecer en 1776 demoró unos veinte o treinta años. La
fecha que aparece en la vieja portada confirma que fue inaugurado el 1795.
“Los terremotos de 1958 y 1960 destruyeron el convento y pero
los temblores posteriores no han podido echar abajo totalmente aquella portada”,
explica el alcalde.
Aún mantiene 600 hectáreas de campiña |
Characato, el distrito emblemático de Arequipa cuyo
nombre arrastra por el mundo todo arequipeño viajero, tiene unos 15 mil
habitantes que se dedican al cultivo de unas 600 hectáreas de tierras, muchas
de ellas en andenerías que trepan sus cerros enverdecidos.
Aún no es un sector absolutamente urbano, como otros, que
por su cercanía a la capital provincial, han perdido gran parte, si no toda, su
campiña, para convertirla en construcciones de cemento y ladrillo. (Luis
Eduardo Podestá).
2 comentarios:
Hola!
Soy muy amiga de Leritt, su sobrinha.Soy brasileña y ella vive cerca de mi casa. Poco a poco estoy aprendiendo español con ella. Quiero estudiar periodismo y ella me mostró su blog. Disfrutei mucho! Ya se ha añadido a mis favoritos. Peço disculpas por cualquier error, todavía necesita traductor Google para ayudar a escribir en español.
Muy contento,
Sara Figueiredo
Muy bueno
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