De cómo un invento del siglo XIX se
codea con la tecnología del siglo XXI
La era de las máquinas de escribir ha resucitado. Así por
lo menos lo informa un despacho de la BBC Mundo sobre la adquisición de
máquinas de escribir mecánicas por 15 mil dólares, por la FSO, agencia
responsable de la seguridad de los funcionarios del Kremlin.
Mi Underwood debe tener cerca de cien años |
Una fuente rusa dijo al diario Izvestiya, “un medio
considerado pro-Kremlin y conocido por su acceso a fuentes del gobierno e
inteligencia, que el objetivo (de la compra de máquinas de escribir) era evitar
las filtraciones que pueden darse al usar computadoras”.
"Después de los escándalos por la distribución de
documentos secretos de WikiLeaks, las revelaciones de Edward Snowden, los
reportes de que Dmitry Medvedev (primer ministro ruso) fue espiado durante la
cumbre del G20 en Londres en 2009, se decidió expandir la práctica de crear
documentos en papel", dijo Viktor Suvorov, exagente de inteligencia
soviético en entrevista con Boris Maksimov, de BBC Rusia.
Nostalgia
del tecleo
Los periodistas de antaño, como el que escribe estas
líneas, sentíamos una cierta nostalgia por la ausencia de aquel tecleo característico
de una redacción de mediados del siglo pasado y nos extrañaba el actual
silencio en que actúan las computadoras en la elaboración de textos y diseños
de páginas, cuyas ventajas he aprendido a explotar desde hace casi 40 años.
Las máquinas de escribir, según mi modesta observación,
evolucionaron como los equipos informáticos actuales, aunque, pienso, con mayor
lentitud. De simplemente mecánicas pasaron a eléctricas IBM que tenían una
bolita que contenía todos los caracteres del teclado en un centímetro cuadrado.
Las máquinas guardaban los secretos |
Por la misma época, otra empresa creó la “margarita”, una
suerte de flor en cuyos pétalos alargados había también una letra o signo. La
electricidad contribuyó grandemente a la evolución de las máquinas de escribir
que luego devinieron en electrónicas y procesadoras de textos.
Las
imágenes de antaño
He revisado en internet las imágenes de las viejas
máquinas de escribir y he encontrado el clon de la que me compré un día de los
años 60 en la firma francesa Braillard, de Arequipa, cuando trabajaba en la
redacción del diario El Pueblo, un artefacto que entonces ya tendría cuatro
décadas de edad.
La cadena Correo usaba Olivettis |
No eran nuevas pero exhibían el orgullo de su marca y fortaleza: Underwood. Yo escogí una y un técnico de Braillard la adejó como nueva al precio de antigua, lo que sí estaba al alcance de mi bolsillo.
Me divertía escribiendo en ella aunque molestara al
vecindario por las noches con su ruidoso tecleo. Además, cuando el carro corría
hasta el extremo derecho, sonaba una campanita que advertía que había llegado
al final del renglón y había que pasar al siguiente.
Cuando me equivocaba, retrocedía manualmente y golpeaba
varias veces la “x”, para borrar –es un decir– los errores.
Ahora esa Underwood está bajo la custodia de mi hijo Álvaro “Lessness” Podestá Cuadros en Arequipa y solo la exhibe como una curiosa
antigüedad. Calculo que debe haber cumplido unos noventa, pues en Braillard me
dijeron que fue fabricada alrededor de los locos años 20.
No
está la Ideal
En la revisión que hice en Internet, no encontré la Ideal,
con la que diariamente nos restregaba los ojos el columnista Guido Monteverde
en Última Hora, cuando se despedía: “…y ahora, yo y mi máquina Ideal, nos
despedimos hasta mañana”.
Sí encontré, el modelo de Underwood que usamos en el
diario El Pueblo y las Olympia con que el recién nacido diario Correo equipó
las redacciones de la cadena en varias ciudades del país.
Cuando el Kremlin dice que usará las máquinas de
escribir, hay que atender sus razones. Según Izvestiya “las máquinas de
escribir ya se utilizan en los ministerios de Defensa y Emergencia de Rusia
para escribir borradores y notas secretas, y que algunos informes para el
presidente Vladimir Putin se escriben a máquina”.
Viktor Suvorov explicó que, “a diferencia de las
impresoras, cada máquina de escribir genera un patrón único que hace posible
vincular cada documento a una máquina específica”.
Además, dijo, “es fácil rastrear a quiénes se le dieron
copias de esos documentos, con lo cual, de darse una filtración, queda reducido
el número de posibles responsables”. a
Al describir costumbres del pasado, declaró que los secretos
se guardaban mejor: "Se escribía a máquina una única copia. Luego se le
entregaba a un especialista en cifrado, quien hacía una copia en microfilm, que
se colocaba en contenedores especiales con ácido".
Moderna redacción llena de computadoras |
"Esos contenedores se colocaban en valijas
diplomáticas. Si alguien trataba de arrebatar la valija, el correo liberaba el
ácido con un botón y destruía el microfilm", refirió. “Cuando el maletín
llegaba en forma segura a la Unión Soviética, se nos avisaba y destruíamos el
original", contó Suvorov.
En cuanto a la compra de máquinas de escribir afirmó:
"Creo que es una muy buena decisión. Que los muchachos escriban en
Underwoods".
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