Exalumnos de la “I” fueron
vetados en escuelas militares
Nota del editor - Esta es
la segunda entrega de la “Semblanza de un ‘alfeñique’”, enviada por el
comandante de Artillería en situación de retiro, Leonidas Gutiérrez López,
quien refiere con lujo de detalles –usted lo verá por sí mismo en esta y
siguientes notas– cómo la providencia le jugó una pasada
y lo privó del grado de coronel que le correspondía. Leonidas, es exalumno del
centenario Colegio Nacional de la Independencia Americana y miembro de la
histórica promoción de 1951 que llevó adelante una huelga que el coronel Daniel
Meza Cuadra, prefecto de Arequipa en 1950 intentó ahogar en sangre y fuego, lo
que originó la protesta y solidaridad del pueblo arequipeño que protagonizó
cuatro días de rebelión en una heroica acción que ha sido llamada impropiamente
la “Revolución del 50”.
La semblanza que escribe Gutiérrez,
condiscípulo del director de esta página –ambos estuvimos en el Cuarto Año B
que llevó la voz cantante de la huelga estudiantil– ha sido editada
respetuosamente y dividida en partes, para no perjudicar la riqueza del relato
en primera persona del autor. En un gesto de especial cordialidad, Leonidas
Gutiérrez fue invitado especialmente a la ceremonia de celebración del Día de
la Artillería, a la que concurrió el presidente Ollanta Humala, también
egresado del arma de Artillería.
Por Leonidas Gutiérrez
López
Teniente Coronel ( r )
del Ejército Peruano
En 1951 terminamos el 5to año y en 1952 muchos
quisimos seguir la carrera militar, pero ningún alumno ingresó porque
hubo orden de que nadie del Colegio Independencia
ingresara. Esta orden vino del Gobierno Central.
En 1953 de todos los que nos presentamos solo ingresaron los
siguientes: Leonidas Gutiérrez López,
Sergio Paulet Bejarano, Mariano Granda Montoya, Jorge Pozo Manrique, Oscar Cabezas Hurtado, Raúl Ochoa Turner y Antonio Huamonte
Zúñiga.
En 1957 salimos de oficiales los artilleros con el
grado de Alférez de Artillería y nos enviaron a Juliaca al Grupo de Artillería "Crl. José Joaquín
Inclán" No.4 a Sergio Paulet Bejarano y
a Leonidas Gutiérrez López, y a los demás a diferentes unidades de acuerdo al arma que escogieron y al lugar donde se
encontraban dichos cuarteles a lo largo y ancho de nuestra querida Patria.
En 1966, al celebrarse el centenario del Combate del
2 de mayo de 1866, durante la ceremonia
realizada en Arequipa en el Cuartel de Tingo, el Jefe de Unidad el Tte. Crl. Luis Montoya Montoya (cajamarquino) me dijo: "por usted, Capitán Gutiérrez pongo
mis manos al fuego". Le agradecí y me aplaudieron porque lo dijo porque vio en mí a un oficial dedicado al servicio y a la formación de los futuros
ciudadanos.
Dos generales que fueron sus alumnos le rindieron homenaje el Día de la Artillería |
En 1970 volví de nuevo al Cuartel de Tingo, cuya Jefe
de Grupo era el Tte. Crl. Ludwing Essenwanger
Sánchez (limeño). Ese año comenzaron a aparecer las guerrillas, y el Ejército
intensificó el entrenamiento para luchar
contra ellas. En uno de los entrenamientos
hicimos maniobras entre Pocsi y Omate. Yo formaba parte del Estado Mayor de la
Unidad como S-2 (Oficial de Inteligencia).
En estas maniobras el Coronel G-3 oficial de
operaciones de la División, le planteó una situación a mi jefe para ver qué solución daba, así que seguimos el
procedimiento de acuerdo a los reglamentos y
a la doctrina, después de deliberar presentamos
la solución y me tocó a exponer mi punto de vista y la posible solución que
expuse al Coronel. En resumen nos dijo que el enemigo estaba cerca de la Capilla en un pequeño poblado, a unos 12
kms. del lugar en que nos encontrábamos y teníamos
que cortarle la retirada y eliminarlo. Me dio el plazo de dos horas para cumplir esa
misión. Tomé un vehículo y se fue, quedándonos solos.
Me preguntó el comandante cómo íbamos hacer porque el tiempo era muy corto, yo le le dije que llegaba en dos horas, pero para eso tenía que darme 15 hombres entre clases y soldados,
iríamos sin casco y sin equipo solo con su
armamento, munición y agua. Le pedí
escoger a la gente y aceptó, busqué a los que corrían conmigo y destacaban en el
entrenamiento.
A las nueve de la mañana el Comandante nos dio la partida, ordenó que hagamos una descarga de
fusilería como señal de que habíamos
llegado al punto acordado. Felizmente el
terreno era bajada y andenería que saltábamos como si fueran vallas. Todos se portaron como
verdaderos soldados y llegamos a las
10.50 hrs. mojaditos por el sudor y ordené la descarga de fusilería para avisar que ya habíamos llegado. Nos
colocamos estratégicamente para no
dejar pasar a nadie y les quité la munición a
fin de que nadie dispare, que el único que lo iba hacer era yo.
Cuando llegó el Coronel a las 11.10 en su vehículo se asustó un poco por la descarga de mi cacerina y el grito de triunfo de todos los soldados tal como acordé con mi tropa.
Cuando llegó el Coronel a las 11.10 en su vehículo se asustó un poco por la descarga de mi cacerina y el grito de triunfo de todos los soldados tal como acordé con mi tropa.
El artillero Leonidas Gutiérrez sostiene el gallardete de la "I", junto a otros miembros de la Promoción 51 |
El Comandante y el resto de la tropa llegaron a las 13.00 horas aproximadamente me acerqué a mi Comandante, le di cuenta de la misión que se había cumplido y él le dio cuenta al
Coronel de que se había cumplido tal como se
planeó, inclusive con 10 minutos de anticipación, con esta operación conseguimos regresar al cuartel con dos días de anticipación y le demostramos al coronel que estábamos preparados.
El Coronel felicitó al
Comandante y le recomendó
que lo hiciera también con nosotros que hicimos tremendo esfuerzo, dio a la tropa permiso para que se fueran a sus casas hasta por unos ocho días y al suscrito una felicitación.
Ya en 1980 era Comandante
y me nombraron como Jefe de Unidad del Grupo de Artillería "Crl. José Joaquín
Inclán" Nro.4 de Juliaca, o sea a la Unidad de la que fui de Alférez
recién egresado de la Escuela Militar.
Mi Unidad solo contaba con 11 oficiales de 24 que le correspondían y por tal motivo creamos el lema de "Somos Pocos...Pero Machos", lema que hasta ahora lo ostenta el GAC 4 de Juliaca. Estando de jefe de Unidad recibó al Alf. Ronald Hurtado Jiménez, recién egresado de la Escuela Militar, quien desde el prime día dio muestras de ser un gran oficial muy dedicado a su trabajo y al estudio, le di la gran responsabilidad ded comandar la Batería "Bravo", puesto que correspondía a un capitán y lo desempeñó a carta cabal.
En el año de 1981 tuve la satisfacción de que me incrementaran el número de oficiales a 18 y entre ellos al Alf. Hernán Flores Ayala, también recién egresado de la Escuela Militar, y tuve la suerte de contar con un gran oficial muy dedicado al trabajo, al estudio y muy responsable, cualidades que son indispensables para culminar la carrera, yo los seguí de cerca a todos los oficiales y especialmente a estos dos alféreces recién egresados que como Jefe de Unidad tenía la obligación de formarlos, encaminarlos con consejos y enseñanzas que los lleven al éxito, hoy con gran orgullo y admiración de mi parte, los dos son generales de división.
En 1981 el Gral de División Rafael Hoyos Rubio, soldado brillante y de ejemplar trayectoria profesional, dejó una estela de luz para las generaciones de oficiales venideras, líder innato digo de emular. El Fuerte Rímac de la 18ava. DB lleva su nombre.
Ese año asumió la Comandancia General del Ejército, visitó mi Unidad los primeros días de febrero, después del reconocimiento que le hicimos, recorrió todas las instalaciones del cuartel encontrando algunas deficiencias que yo, como Comandante del Grupo de Artillería, no se las oculté por el contrario se las hice ver, con la finalidad que me diera solución porque correspondía al escalón superior. (Continuará).
Mi Unidad solo contaba con 11 oficiales de 24 que le correspondían y por tal motivo creamos el lema de "Somos Pocos...Pero Machos", lema que hasta ahora lo ostenta el GAC 4 de Juliaca. Estando de jefe de Unidad recibó al Alf. Ronald Hurtado Jiménez, recién egresado de la Escuela Militar, quien desde el prime día dio muestras de ser un gran oficial muy dedicado a su trabajo y al estudio, le di la gran responsabilidad ded comandar la Batería "Bravo", puesto que correspondía a un capitán y lo desempeñó a carta cabal.
En el año de 1981 tuve la satisfacción de que me incrementaran el número de oficiales a 18 y entre ellos al Alf. Hernán Flores Ayala, también recién egresado de la Escuela Militar, y tuve la suerte de contar con un gran oficial muy dedicado al trabajo, al estudio y muy responsable, cualidades que son indispensables para culminar la carrera, yo los seguí de cerca a todos los oficiales y especialmente a estos dos alféreces recién egresados que como Jefe de Unidad tenía la obligación de formarlos, encaminarlos con consejos y enseñanzas que los lleven al éxito, hoy con gran orgullo y admiración de mi parte, los dos son generales de división.
En 1981 el Gral de División Rafael Hoyos Rubio, soldado brillante y de ejemplar trayectoria profesional, dejó una estela de luz para las generaciones de oficiales venideras, líder innato digo de emular. El Fuerte Rímac de la 18ava. DB lleva su nombre.
Ese año asumió la Comandancia General del Ejército, visitó mi Unidad los primeros días de febrero, después del reconocimiento que le hicimos, recorrió todas las instalaciones del cuartel encontrando algunas deficiencias que yo, como Comandante del Grupo de Artillería, no se las oculté por el contrario se las hice ver, con la finalidad que me diera solución porque correspondía al escalón superior. (Continuará).
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