Fueron alumnos del Cuarto Año
del Colegio Independencia quienes
protestaron contra el autoritarismo
Cuando los estudiantes fueron atacados a balazos Arequipa reaccionó contra la dictadura militar
Nota del editor – Este artículo fue publicado en dos
partes los días 11 y 12 de junio últimos, por la edición regional de Arequipa del
diario La República. Lo entrego ahora en versión completa dirigida a los lectores
del Perú y del exterior que leen habitualmente esta página. A ellos también hay
que informarles que “alfeñiques” es el apodo que se da a los estudiantes del
Colegio de la Independencia Americana, a causa del color pardo de su uniforme, similar al
de un dulce de azúcar, canela y maní y al cual el diccionario de la Real
Academia Española define así: “Pasta de azúcar cocida y estirada en barras muy
delgadas y retorcidas”.
Puede parecer contradictorio pero es así. La promoción
histórica que llevó adelante una huelga contra el autoritarismo fue la de 1951
y no la de 1950, como muchos creen.
Después del ataque, la tarde del 13 de junio de 1950 |
Existe una distorsión histórica que pocas personas se han
dado el trabajo de esclarecer. Es el hecho de que la llamada Promoción del 50
egresada ese año del glorioso Colegio Nacional de la Independencia Americana NO
es la que protagonizó la huelga que dio origen a una rebelión popular contra la
dictadura militar de entonces.
La verdadera promoción estudiantil que organizó y llevó
adelante la huelga de 1950, fue la de 1951, es decir, los estudiantes que
cursábamos en 1950 el Cuarto año de secundaria fuimos los conspiradores y
quienes llevamos la voz cantante de aquel acontecimiento que estalló pocos
minutos después de las 8 de la mañana del 12 de junio del año crucial de 1950,
precisamente la mitad del siglo XX.
Los miembros de la Promoción de 1950 cursaban entonces el
Quinto año y pocos de ellos se sintieron inclinados a participar en un
movimiento que iba a perjudicar sus planes del futuro, entre ellos, el ingreso
a escuelas militares o policiales que, consideraban, iban a rechazarlos por
aquel “antecedente”.
Cuando los conspiradores de entonces nos reuníamos en la
casa de Amado Paredes frente al parque Maita Cápac de Miraflores, teníamos en
cuenta aquella situación y si bien comunicamos nuestra decisión a algunos de
los del Quinto año, no les pedimos su participación activa para no
comprometerlos.
Pabellón central, escenario de la gesta del 50 |
De modo que los del Cuarto año nos dedicamos por entero a
la tarea de formar un comité de huelga desde semanas antes del estallido del
movimiento. Con la colaboración de Rómulo Gonzales Paredes, Alberto Apaza Ramos,
Carlos Salas Núñez, Sergio Dávila Urquizo, Rafael Vizcardo Begazo, Julio
Delgado Vargas, el dueño de casa y otros que escapan a la memoria, pudimos
conseguir la adhesión de estudiantes de otros años, principalmente del Tercero,
Segundo y Primer años que comenzaron a actuar como “delegados” y se dieron a la
tarea de conseguir nuevos adeptos.
Esa tarea fue cumplida tan bien, que el lunes 12 de
junio, cuando luego de los honores a la bandera, estallaron los consabidos
cartuchos de dinamita, hubo una solidaridad absoluta entre los estudiantes.
Los motivos de la huelga también han sido distorsionados
con el tiempo y es bueno que, en esta oportunidad, se reiteren para limpiar la
especie de que fue una huelga política, lo que hemos rechazado en todos los
tonos, foros y cuanta oportunidad nos ha dado el destino para hacerlo.
Banda de la "I" encabeza desfile en la Plaza de Armas |
Es evidente que, en concordancia con la dictadura militar
de entonces, el director del colegio, don Juan Zela Koort, determinó la
adopción de medidas que colisionaban con los derechos que los estudiantes
habían obtenido en años anteriores.
Uno de ellos era la facultad de formar asociaciones de
estudiantes para canalizar las peticiones y eventuales reclamaciones sobre
asuntos de la vida cotidiana del colegio.
Una
huelga avisada
Aún tengo en la memoria el recuerdo de una actividad de
la asociación de estudiantes. Yo era alumno del Primer año G, cuando ingresaron
a la clase tres alumnos del Quinto año, a juzgar por los galones que llevaban.
Uno de ellos –años después supe que se trataba de Carlos
Paz– se dirigió a nosotros y anunció en alta voz que se preparaba una huelga para
el miércoles próximo por tales y cuales razones. En efecto, la huelga se
produjo y no hubo ningún incidente lamentable.
Creo que el error principal de Juan Zela fue recurrir a
la Prefectura en demanda de apoyo externo para compensar su incapacidad de
manejo del colegio. No permitió que nuestra huelga se resolviera en los ámbitos
internos, aunque todos los puntos del pliego de reclamos estaban vinculados
directamente con asuntos estudiantiles.
"Alfeñiques" de antaño con el "Zambote" Morales |
Otro era el comportamiento de nuestro anterior director,
Horacio Morales, apodado con respeto, reverencia y cariño el “Zambote Morales”.
En cuanto se producía la huelga se iba del colegio e invitaba a los profesores a hacer lo propio.
A los dos días, cuando consideraba que todos habían
tenido tiempo de reflexionar llamaba a los dirigentes del movimiento a la
dirección, conversaba con ellos de igual a igual y el asunto se arreglaba.
Zela, por el contrario, calificó el movimiento de
político, se quejó a la prefectura, y pidió su intervención. Cuando el prefecto
coronel Daniel Meza Cuadra se entrevistó con los dirigentes de la huelga de
1950, no tuvo la menor intención de llegar a un acuerdo. Lo primero que dijo
fue que no teníamos derecho a reclamar nada ni a pedir el cambio de profesores
porque solo a los universitarios les asistía el derecho de tacha.
Nosotros reclamábamos la vigencia de la asociación, una
organización que no solo era de naturaleza cultural y deportiva, sino que tenía
voz para acercarse a la dirección del colegio y plantearle mejoras en asuntos
que a veces eran ajenos a la mirada administrativa.
Hubo también otros reclamos, como la rendición de cuentas
de dineros para la adquisición de elementos de deportes y la tacha de algunos
profesores que en lo académico y en lo ético no merecían estar en el plantel.
Al mediodía del martes 13 se produjo la entrevista del
prefecto del departamento, Meza Cuadra, y su extenso monólogo, a lo largo del
cual no permitió que los estudiantes manifestaran su punto de vista ni sus
reclamos. Se redujo a amenazar para terminar con la advertencia de que pondría tantos
soldados que nos sacarían a cada uno de la mano y nos entregarían a nuestros
padres.
Terminó dándonos dos horas de plazo, hasta las 2 de la
tarde para abandonar el colegio o sufriríamos las consecuencias del ataque de
sus tropas.
Concluido el plazo, y cuando ya habíamos decidido
mantenernos en el colegio, vino hasta la reja principal, cerrada con cadenas,
y tuvo la gentileza de darnos una hora
más para que dejáramos nuestro colegio. No aceptamos.
A las tres de la tarde comenzó el ataque policial que la
historia recogió a medias y que, al dejar 16 heridos, seis de ellos de bala
entre los estudiantes, causara la protesta viril del pueblo de Arequipa.
Fue pues, hay que reiterarlo para finalizar, la promoción
de 1951 la que llevó adelante la gesta de los “alfeñiques” contra el
autoritarismo que se implantó en nuestras aulas.
1 comentario:
Siempre supe que este movimiento fue contra la dictadura de Odría. ¿Hubo, entonces, otra movilización en Arequipa en 1955 contra el general gobernante?
Publicar un comentario