y sugiere que pida perdón
para lograr indulto liberador
En una reciente página editorial, el respetado periodista César Hildebrandt, director del semanario
Hildebrandt en sus trece, se muestra inclinado –contra sus opiniones
anteriores– a que el exdictador Alberto Fujimori sea indultado con la condición
de que pida perdón por los crímenes que cometió durante su gobierno.
Pide una mentira más |
Hildebrandt que es tan memorioso y comentarista tan sutil, pasa
por alto que al exdictador le es más fácil mentir que cuidar las rosas de su jardín.
Olvida que la vida y el gobierno del exdictador fueron una mentira desde aquello de
que “no habrá shock”, la intoxicación con bacalao y el melodramático “¡soy
inocente!” con que rubricó su defensa ante el tribunal que lo condenó a 25 años
por crímenes contra la humanidad y corrupción.
Hay que preguntarse si ahora cuando reclama con arrogancia un
indulto humanitario –su hija Keiko ya lo proclamó: “no se olviden que fue
presidente del Perú” – no se sentirá dispuesto a pedir perdón a sus víctimas,
al país y a las once mil vírgenes con tal de conseguir que lo liberen.
Por supuesto que puede hacerlo treinta veces y conmover con sus 74
años, su depresión adquirida, puede mentir una vez más y decir que vive incómodo
en una mazmorra de 10 mil metros cuadrados. Puede decir mil mentiras una vez
más. ¡Qué le cuesta!
Algunas perlas, no todas. (Carlín-La República) |
Y sus áulicos lo ayudarán. Lo quieren libre para que vuelva a la
arena política y a mentir. Tendrá el apoyo de aquellos que
recibieron sus favores durante la década oscura de su régimen y quienes no pierden la esperanza de volver a disfrutar de aquel pasado.
Por eso, y respaldado por los diagnósticos médicos que han
señalado la inexistencia de cáncer y que “no es un enfermo en vísperas de morir”,
que “no padece una enfermedad terminal grave, en etapa avanzada, progresiva,
degenerativa e incurable” y que “no padece trastorno mental crónico,
irreversible y degenerativo”, desde aquí seguiremos proclamando que no tiene
derecho a ningún indulto humanitario y que debe pagar los crímenes
por los que fue juzgado. (Luis Eduardo Podestá).
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