Le cortaron el tronco
y le salieron brotes
que convirtió en ramas
Me imagino que aquel sauce,
a la vera de un camino perdido en el campesino distrito de Pocsi, Arequipa,
estuvo a las puertas de la muerte, cuando los hombres dueños de la tierra, quisieron
acelerar su muerte a hachazos y machetazos, para convertirlo en leña y le
amputaron cruelmente el tronco principal.
Le cortaron el tronco principal y no pudieron matarlo |
Cuánto tiempo estuvo
exhibiendo su gran muñón al clarísimo cielo de Pocsi, no puede saberse, porque
los árboles no tienen partida de nacimiento ni de defunción.
No sé cuánto tiempo después pasamos
mi hijo Álvaro –Lessness– Podestá Cuadros y yo por aquel camino de tierra
suelta, transitado solo por ocasionales camiones y recuas de asnos con su dueño
a cuestas y algunos hatos de vacas o quizá algún toro de pelea.
No supimos.
Tampoco había nadie a quien preguntarle.
Pero allí estaba el árbol,
con la forma de una taza que recibió las bendiciones de la lluvia, del diario
sol y el aliento del cielo. Quizá la diosa naturaleza tardó años en premiarlo
con un brote en uno de los costados, al borde del muñón
Pienso que lo demás fue más
fácil. El árbol aprendió de la naturaleza y produjo otros brotes en otras zonas
que bordeaban el muñón con que quisieron señalar su muerte.
Pocsi, a 22 kilómetros al sureste de Arequipa |
¡Y he aquí el prodigio! El
viejo sauce revivió, al lado de un muro de sillares que señala una propiedad y
guarda la chacra de eventuales depredadores. Ha cumplido su misión de vivir.
Por eso les regalo esa fotografía de
un árbol ejemplar, que se negó a morir.
Porque creo que es bueno terminar el domingo
con la pequeña historia de un árbol perdido en el distrito de Pocsi, a unos 22 kilómetros al sureste de Arequipa.
Y formulo
mil deseos para que los hombres que pasen a su lado, no sientan la tentación
de enfocar sus hachazos sobre este árbol heroico que merece su
respeto por su vejez y su anhelo de vivir. (Luis Eduardo Podestá).
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