para no perder la protección
que le da la policía mexicana
A finales de 2010, poco después de la publicación de su
libro “Los Señores del Narco”, la periodista mexicana Anabel Hernández recibió
información de que Genaro García Luna, extitular de la principal agencia
policiaca durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón, pretendía
asesinarla por las acusaciones que la periodista hizo en su contra.
Desde entonces
Hernández ha sido acompañada por escoltas proporcionadas por el gobierno del
Distrito Federal. Sin embargo, las autoridades de la capital mexicana
recientemente declinaron jurisdicción sobre su caso y, a pesar de una extensión
otorgada esta semana, planean retirarle las escoltas en tres meses.Convencida de que la sociedad pierde cuando aquellos que buscan exponer la corrupción son forzados a salir de sus países, Hernández ha solicitado a las autoridades capitalinas que le extiendan indefinidamente las medidas de protección que recibe para poder continuar en México.
Anabel Hernández es una periodista galardonada que ha dedicado su carrera a la denuncia de la corrupción en México. Actualmente es colaboradora freelance de la revista Proceso y del periódico Reforma. Es autora de los libros "La Familia Presidencial" (2005), "Fin de Fiesta en Los Pinos" (2006), "Los Señores del Narco" (2010) y "México en Llamas" (2012).
En el siguiente texto escrito para el Centro Knight para el Periodismo en las Américas, Hernández cuenta la historia de la dirección que ha tomado su vida –al igual que la de su familia y sus fuentes– a consecuencia de sus investigaciones en los últimos cinco años.
Por Anabel Hernández
Soy periodista de investigación.
Durante más de cinco años he investigado la corrupción y
el abuso de autoridad de la extinta Secretaría de Seguridad Pública federal(SSP), cuyo titular era Genaro García Luna. A lo largo de ese tiempo descubrí
las profundas redes de complicidad entre García Luna y su equipo más cercano
con el crimen organizado, que iba desde bandas de secuestradores hasta carteles
de la droga, principalmente el cartel de Sinaloa.
Amenazada por desnudar la corrupción |
Documenté el enriquecimiento inexplicable del exjefe
policiaco, así como expedientes abiertos en la Procuraduría General de laRepública (PGR) que se pretendían mantener en secreto en los cuales integrantes
del cartel de Sinaloa acusaban directamente al equipo más cercano de García Luna
de darles protección a cambio de jugosos sobornos.
Como consecuencia de ese trabajo periodístico el extitular
de la SSP comenzó a hostigarme y emprendió acciones en contra de mis fuentes de
información a lo largo de todos estos años. El miedo no impidió que siguiera
haciendo mi labor periodística porque siempre consideré que callar esos hechos
de corrupción me convertía en su cómplice. Siempre he creído que el periodismo
de investigación profundo, documentado y veraz puede contribuir a un país más justo
y que los corruptos rindan cuentas ante la ciudadanía.
Libro que causó urticaria |
En diciembre de 2010, luego de la publicación de mi libro “Los Señores del Narco”, en el que revelo parte de esa corrupción, fui informada por una fuente de información confiable que García Luna estaba reclutando a elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) para asesinarme en represalia por mi trabajo periodístico.
Lo denuncié públicamente y presenté una denuncia ante la
Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) sobre la situación que estaba
viviendo y desde entonces me otorgó medidas cautelares que consisten en
escoltas las 24 horas del día lo cual, aunque es terrible vivir con escoltas y
prácticamente me ha obligado a cambiar mi vida, me ha permitido seguir con vida
y seguir ejerciendo mi trabajo de investigación.
Mi familia sufrió un ataque en enero de 2011 y las
amenazas continuaron. A lo largo de todo este tiempo fuentes de información han
sido amenazadas, asesinadas o encarceladas de manera injusta; incluso hay quien
fue torturado el año pasado para que inventara cargos en contra mía. Levanté en
mayo de 2011 una averiguación previa contra García Luna en la PGR porque,
aunque la agencia fuera parte del gobierno del presidente Felipe Calderón, yo
quería dejar un antecedente legal de lo que me estaba pasando.
En el año 2012 una fuente importante, el general Mario
Arturo Acosta Chaparro, fue asesinado. Otra fuente de información fue torturada
por la PGR (cuando aún estaba el gobierno de Calderón) para que declarara en mi
contra.
En noviembre de 2012 publiqué mi último libro llamado
“México en Llamas” en donde revelo todas estas infamias y vuelvo a presentar
nuevas pruebas respecto de la corrupción de la Policía Federal.
He defendido mi vida y mi derecho a la libertad de
expresión, pero hace unos días fui informada por una fuente totalmente
confiable y directa que García Luna planea vengarse de mi trabajo periodístico.
Amplié mi denuncia ante la PGJDF y la PGR. Sin embargo,
la PGJDF declinó a principios de este mes su competencia sobre mi caso y envió
mi expediente a la PGR, la cual en dos años nunca avanzó en las investigaciones
de mi caso pese a tener elementos que yo misma presenté luego del ataque a mi
familia. La PGJDF hasta este momento no me ha enviado ninguna notificación, no
me ha dicho las razones. Yo me enteré el lunes 11 de marzo sorpresivamente en
la PGR donde fui citada.
Gracias a la intervención de gobiernos y organizaciones
internacionales, la PGJDF acordó el miércoles pasado mantener las medidas
cautelares a mi favor solo por tres meses más. Lo agradezco, pero solicito que
estas se queden de manera permanente.
Defienden a Anabel |
No puedo aceptar que la Policía Federal Ministerial o la
PF –que es lo que me ofrece la PGR– sean quienes me protejan, si durante años
denuncié su corrupción y la gran mayoría de los mandos le debe el puesto a
García Luna, y mucha de su gente sigue en sus puestos. Proponerme que sean esas
policías a las que yo denuncié las que me protejan es un absurdo y un sinsentido.
Es prácticamente empujarme a dejar México. Espero que la PGR y la PGJDF puedan
firmar un convenio de colaboración para que sea la PGJDF quien me siga
brindando la protección.
Sé que estoy en la lista negra de hombres muy poderosos,
como Genaro García Luna. Y hay personas de gran prestigio y calidad moral en
México que son testigos directos del odio irracional en mi contra por parte del
exjefe policiaco pero no quieren declarar por temor, y no puedo ni debo
obligarlos.
Sé que García Luna espera
el momento para cumplir con un menor costo político su amenaza. Sé que
no tengo más que la verdad, mi voz y mi trabajo de periodista, y voy a defenderme.
Me encuentro en la lucha por mi vida y la de mi familia,
por justicia y por poder seguir ejerciendo libremente el periodismo.
Vivir para callar no es vida en ningún rincón del
planeta. Vivir para callar sobre cómo los corruptos, el crimen y la impunidad
se siguen apoderando de mi país es también morir. Yo sigo denunciando la
descomposición de México y la colusión de políticos y funcionarios públicos.
La muerte, amenazas o censura contra cada periodista es
un atentado contra el derecho humano de la sociedad de tener acceso a la información, y son
responsables tanto los que los ejecutan y como los que lo permiten. Sin libertad de expresión no hay posibilidad
de justicia ni de democracia.
La fiscalía de la PGR, ahora responsable única de llevar
mi caso, no ha resuelto ni un solo caso de periodistas amenazados,
desaparecidos y asesinados. Me niego a ser una cifra más del fracaso de la
autoridad.
En este momento tengo los escoltas, quienes me informaron
verbalmente que se quedarán tres meses más gracias a la intervención de
organizaciones como Libera en Italia, la embajada de Francia en México, y
Reporteros Sin Fronteras. Pero después de esos tres meses, ¿qué va a pasar?
Esa es la zozobra en la que vivo.
(Texto tomado de Centro Knight Periodismo en las Américas)
www.podestaprensa.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario