Pablo Escobar declara
a periódico español
Nota – En estas noches la televisión peruana transmite episodios de la vida del más grande narcotraficante del mundo, el colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria, cuyas órdenes causaron ríos de sangre de políticos, policías, militares y gente inocente en la Colombia de finales del siglo pasado. John Jairo Velásquez, de la banda de sicarios de Escobar, fue entrevistado por la periodista Salud Hernández-Mora del diario ElMundo de España en la cárcel de seguridad de Cómbita, Colombia. El texto que se reproduce tiene entre sus fines informar sobre un acontecimiento público de un país vecino, entregar el estado actual de un “reinsertado” miembro del Cartel de Medellín y poner en evidencia el fin previsible de personajes como Escobar, muerto cuando huía de las fuerzas policiales. La serie televisiva que ve el público latino fue realizada por Caracol (Cadena de Radio de Colombia) y su mérito indudable es presentar un Escobar que capítulo tras capítulo se hace cada vez más antipático y odioso, un antihéroe que difícilmente podrá alcanzar la aureola de un Robin Hood. (Luis Eduardo Podestá).
El preso 007 lleva 21 años tras las rejas, los últimos
diez en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, a unas tres horas de Bogotá.
"Aquí no lo pueden matar a uno, estoy bien cuidado. Fuera soy otro
gallo". Si nada se cruza en su camino, en junio o julio, John Jairo Velásquez,
quien fuera el jefe de sicarios de Pablo Escobar, autor de centenares de
homicidios, volverá a pisar la calle.
"Yo me sometí a la justicia" |
"Soy sobreviviente de muchas guerras, sobreviví a
Leónidas Vargas (capo mafioso), un perro miserable, que murió en un hospital de
Madrid, gloria a Dios. A la guerra de La Modelo (penal de Bogotá), en donde
hubo 300 muertos y 100 desaparecidos (a finales de los 90, principios del siglo
XXI), así que me sé cuidar. Para matarme a mí tienen que tenerlas bien
puestas".
Pregunta: Le faltan vidas para pagar lo que ha hecho, en
Estados Unidos estaría en el pabellón de la muerte.
Respuesta: Colombia es una república bananera, aunque hay
que tener en cuenta que yo me sometí a la Justicia (y obtuve rebajas). Pero si
mato a 540 policías en Miami o al que va a ser candidato a la presidencia (de
EEUU) no hay arreglo. (Pablo Escobar y su gente asesinaron a candidatos
presidenciales colombianos)
P.: ¿La cárcel es el doctorado del criminal o puede
reinsertarse?
R.: Aquí hay unos planes del Inpec (Instituto
Penitenciario), he hecho unos diplomados. Tengo 50 años, estoy preparado para
ser el bandido más grande de Colombia y darle un vuelco a la mafia para
regresar a los tiempos de antes, y si usted me falló, mato a toda la familia.
Pablo Escobar decía: "Un bandido que quiera ser un bandido completo tiene
que hacer un año de cárcel cada diez años". Yo llevo Magister. Pero tomé
la decisión, me dieron la oportunidad (de reinsertarme), les dije a unos niños
que vinieron a Cómbita que no es bueno matar. Estudien, consigan un empleo
bueno y van a disfrutar su casita así sea humilde.
Cárcel de máxima seguridad de Cómbita |
P.: Ningún mafioso que sale de la cárcel vive mucho.
R.: Hay una cosa muy clara, estoy retirado del crimen,
pero si yo veo que vienen tres tipos a matarme, les doy más plomo que mi Dios
paciencia. Tampoco me voy a esconder como una rata, yo salgo a la calle y me
como mi helado, mi cerveza fría cuando pase la condicional... Me sé cuidar. Y
yo a la muerte no le tengo demasiado miedo, prefiero morir en una lluvia de
balas que enfermo, tirado en una cama, porque yo realmente estoy solo.
P.: ¿No tiene contacto con su familia?
R.: No, yo no hablo con mis hermanos, están desconectados
conmigo, son profesionales, llevan sus vidas. Mi papá murió hace un año, lo
mató un carro; mi mamá tiene Alzheimer. Y mi hijo tiene 18 años y vive en
Estados Unidos.
P.: Vuelvo a lo de antes, tarde o temprano a los que
salen de la cárcel los matan.
R.: Ningún otro bandido en el mundo fue capaz de
enfrentar al Estado como Pablo Escobar, pero no lo enfrentó solo, los que
salíamos a matar éramos nosotros. Teníamos encima a los Pepes (perseguidos de
Pablo Escobar, otros matones aliados con autoridades), la Infantería de Marina,
los ingleses, a los israelíes, a los americanos... Todo el mundo dice que son
bobos, ¡las huevas! Esa gente es jodida. Si fui capaz de defenderme en esa
época, puedo defenderme ahora. Yo no tengo lastre, no tengo mujer, no porque
sea homosexual, como dijo Santofimio (político colombiano, asesor de Pablo
Escobar), le dije, présteme su mujer y verá.
"Yo realmente estoy solo" |
P.: ¿Dónde residirá? Nadie querrá ser su vecino y todos
lo conocen.
R.: La gente me saca muy fácil aquí en Cómbita, pero
mucha gente del común no ve ni televisión ni lee periódicos. Y si estoy en la
calle y me dicen 'Popeye', yo le digo: "ese no soy yo".
El vecino
bueno
P.: En 21 años de cárcel, ¿cuál fue su peor compañero?
R.: Yo he conocido porquerías, pero el peor fue Rodrigo
Granda, mal compañero, mal elemento, un miserable. Granda (comandante de las
FARC) me odiaba porque yo soy testigo del tráfico de drogas de Pablo con Raúl y
Fidel Castro. ¿Sabe por qué lo odio yo? Un día, una guerrillera mandó una carta
de Valledupar, 'camarada, no tengo ni para las toallas higiénicas (compresas)'.
Averiguó quien tenías toallas en el pabellón (los presos guardan cosas
femeninas para las visitas conyugales) y se las mandó en un sobre. Ella
esperaba que le pusiera sus 500.000 pesitos (unos 200 euros), como nosotros en
la mafia. Yo a esta tetrahijodeputa guerrilla no le jalo.
El diario El Mundo de España lo difundió |
R.: No, realmente yo nunca he tenido recato. A mí me apenan los delitos sexuales y no tengo.
P.: ¿Era un trabajo y punto?
R.: Era un trabajo. Me mandaban matar a una señora y
estaba embarazada, hubo que matarla porque esa señora estaba entregando a Pablo
Escobar, iba contra mi líder. Yo no estaba mirando el embarazo si no que quedó
muerta.
P.: ¿Usted sólo veía un sapo (soplón)?
R.: Sí, veía un sapo. Pero que diga el patrón: vaya a
matar a ese niño y yo mirarle a los ojos e ir a dispararle a la cabeza, no, de
eso no soy capaz yo. Tampoco de matar un sacerdote. Una vez íbamos a matar al
obispo de Medellín, que estaba a favor de la extradición, y el patrón me llamó
a mí y le dije: "Naranjas, a mí esa sangre de cura no me gusta, yo soy muy
rezandero".
P.: En la Comuna 13 de Medellín da una patada y sale una
ONG, pero da otra y sale un niño que quiere ser sicario.
R.: La violencia intrafamiliar es la escuela de sicarios, la madre de toda la violencia en Medellín. Tienen que trabajarla y gastar en educación o a los ricos de Medellín los van a colgar en los semáforos.
Un danés que consumía coca
P.: Usted achaca responsabilidad a los consumidores de drogas.
R.: Le dije a un danés que me entrevistó y consumía coca:
"Usted es un asesino porque compraba el gramo a 100 euros para que yo
matara aquí. Los dos somos asesinos, papito ¿oyó? Estoy encanado (preso), usted
está libre pero está sucio. Si no compra, no hay nada, si a mí no me pagan, no
mato".
P.: ¿Sabe? Yo escribiré su obituario.
R.: (Risas) Está bien, pero yo muero con valor, no soy un cobarde, yo peleo.
(Imágenes captadas del video de la periodista Salud
Hernández-Moro de El Mundo.es).
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