Fue fundador de los diarios
Correo de Arequipa y Tacna
y profesor de San Marcos
Con Jorge Hani Legunda no solo teníamos una grande y antigua amistad, sino emblemáticas peleas a la hora del cierre del periódico porque aunque no todo dependía de nosotros, le gustaba la perfección de los titulares y de la redacción algo que estábamos lejos de alcanzar debido a la precariedad de máquinas y al bisoño personal con que contábamos.
Dicta una clase de periodismo en San Marcos
Tuvimos el honor de ser fundadores del diario Correo de Arequipa en los lluviosos y fríos días finales de enero de 1963, que se calentaban con las rabietas de aquel genio periodístico que fue Raúl Villarán Pasquel y las sonrientes frases que llamaban a la calma de Mario Castro Arenas.
José González Málaga era el director, Jorge Hani era mi jefe de redacción y yo desempeñaba la jefatura de informaciones y como eran tiempos de preparación de un diario a punto de nacer, no teníamos hora de irnos a dormir.
Sólo sabíamos que comenzábamos a trabajar a las diez de la mañana y podíamos seguir hasta el amanecer del día siguiente, para asistir a una mejor edición número cero que la anterior.
A veces, para vengarnos de la tensión que nos abrumaba, nos íbamos a comer a cualquier restaurante que estuviera abierto después de la medianoche. Regábamos la comida, él con generosas copas de pisco, el licor que tanto le gustaba y yo con mi habitual ración de cerveza.
Las llamábamos noches de bohemia cuando algunas veces, derivábamos en el antiguo y recordado Té Imperio de la Plaza de Armas, donde encontrábamos a colegas del diario El Pueblo, con los que armábamos primero discusiones acerca de las noticias del día –nos callábamos lo que considerábamos exclusivo- y luego nos embarcábamos en juegos de dados que duraban hasta cuando el administrador del establecimiento se negaba a servirnos más.
Con Jorge Hani tuvimos previamente una temporada de trabajo en el diario El Pueblo y él fue el primero en atender el llamado de Villarán para incorporarse a las huestes de Correo, que no iba a ser uno sino una cadena de diarios, en un experimento que era un desafío nacional.
En San Marcos tuvo una cátedra durante 33 años
Luego me llamó. Don Raúl Villarán me ofreció 5000 soles de sueldo -una oferta difícil de rechazar en esos tiempos- porque una de sus virtudes era pagar bien a los periodistas y hacerlos respetar ante los ajenos graciase a su enorme humanidad llena de cocacola y olor a tabaco rubio.
Así que, tras varios años en El Pueblo, trabajamos con Hani en los comienzos de la aventura de Correo.
Años más tarde estaríamos nuevamente juntos en Correo de Lima.
Un día se fue de Correo para regresar a Arequipa y luego avecindarse en Lima y asumir una cátedra de periodismo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Yo también me fui yo para trabajar en la agencia de noticias The Associated Pres y no nos volvimos a ver.
En San Marcos formó alumnos de periodismo durante 33 años, al final de los cuales se retiró en 2010.
En el curso de los últimos treinta años, solo hemos hablado por teléfono unas cuatro o cinco veces y una vez lo visité en su casa de César Vallejo, escondida en el lindo barrio residencial de San Joaquín, entre las avenidas Venezuela y Colonial.
Jorge Hani murió la noche del sábado 20, a los 79 años de edad. Aunque sus tiempos de fumador empedernido de cigarrillos negros habían cesado veinte años atrás, sus pulmones estaban dañados. Padecía un enfisema pulmonar que se complicó con una neumonía que puso fin a su vida.
Ahora se encuentra en compañía de su esposa Zoila y sus dos hijos, Roxana y Jorge, las personas que más amó, en un cofre que conserva sus cenizas. Por mi parte, Jorge Hani, rindo homenaje con estas líneas al periodista y al hombre de bien que supiste ser en toda tu existencia.
Luis Eduardo Podestá
1 comentario:
Buen post, una consulta ¿a los cuántos años murió el profesor?
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