el ministro con corona
Todo indica que por el lado del Ejecutivo, el “ministro pegalón” José Villena Petrosino, como lo ha llamado ya un suplemento humorístico, se hace más grueso el blindaje, mientras que por el lado del Legislativo se aprestan a ajustarle las tuercas.
El congresista Pedro Spadaro se dio el trabajo de ir a Arequipa, mil kilómetros al sur de su escaño, para investigar los pormenores del incidente del 27 de noviembre en el aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón, en que Villena agredió a una empleada de la aerolínea LAN y maltrató de palabra a personal del terminal aéreo.
Spadaro trajo documentos y anunció que el Congreso llamaría al ministro de Trabajo e informó que, en Arequipa, Villena había salido de su hotel a las siete de la noche y que la salida del avión estaba programada para las 7.20 p.m.
Añadió que Villena llegó a las 7.19 y a los gritos de “¿no saben con quién están”? y “soy el ministro de Trabajo”, intentó llegar hasta la pista donde el aparato ya estaba con las turbinas en función.
Luego agredió a la trabajadora Ana Lucía Ramos Mariscal (24 años) y continuó amenazando al personal con botarlo del trabajo.
Pero José Villena, interrogado la mañana siguiente en Radioprogramas del Perú (RPP) por el excongresista y periodista Güido Lombardi, dijo que no nunca hubo tal incidente.
Sin embargo pidió disculpas “a la prensa y a los pobladores” por algo que no había ocurrido.
Ahora, ha sido el mismísimo primer ministro Juan Jiménez, quien ha salido a pedir “sinceras disculpas” por el “lamentable y penoso” incidente que se produjo contra los trabajadores del aeropuerto Rodríguez Ballón en Arequipa aquella tarde del 27 de noviembre.
Algo más, el premier considera que el incidente “es un tema aislado y superado y que el propio (José Villena) ha planteado las dispensas el caso” y para consolidar su perdón y garantía de que eso “no volverá a ocurrir”, se presentó con dos ministros más ante los trabajadores del aeropuerto de Arequipa.
Mientras los congresistas preparan su interpelación, la exdefensora del Pueblo, Beatriz Merino, pidió al ministro pegalón a que renuncie. "Hombre que le pega a una mujer jamás deja de pegarle. Al revés: cada dia se torna más violento. No caben disculpas: ¡ese Ministro debe irse!", escribió Merino en Twitter.
El ministro agresor ha dicho con la cara de quien se sabe blindado por el poder, que ahora el asunto está en manos del presidente Ollanta Humana. Tanto este, como su esposa Nadine Heredia, quien fue la primera en pronunciarse en twitter cuando el vicepresidente Omar Chehade hizo algo indebido, ahora guardan silencio.
Quizá el aún ministro de Trabajo sea masoquista y le agrade prolongar una agonía que podría terminar cuando el Congreso lo renuncie, es decir, lo arroje del Ejecutivo de malos modos.
Luis Eduardo Podestá
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