los desconcertaron y
decidieron liberarlos
Todo comenzó, al parecer, cuando la banda narcoterrorista que secuestró el lunes temprano, a unos 40 trabajadores del Proyecto Camisea, comprobó la fuga de tres rehenes y consideró que sus horas estaban contadas, y probablemente para confundir a sus perseguidores, liberaron a los demás.
Un rehén liberado en hombros de un soldado
Esto ocurría en la madrugada del sábado, tras un viernes en que fuerzas combinadas de la policía y del ejército peruanos, tendieron un amplio cerco en una zona del selvático distrito de Echarate, provincia de la Convención, Cusco, 1,165 kilómetros al sureste de Lima donde se estimaba que se encontraban los secuestradores.
Según informes periodísticos, los secuestradores bajo el mando del llamado “camarada Gabriel”, se sintieron acosados por unos 1500 efectivos del gobierno y tras un enfrentamiento, que tres rehenes aprovecharon para huir el viernes, decidieron el sábado, a las 4 de la mañana, liberar a todos los demás.
Estos caminaron durante siete horas y cerca del mediodía llegaron a la localidad más próxima, Chihuanquiri, donde fueron atendidos de primera urgencia por los habitantes, ya que presentaban cuadros de deshidratación y heridas en los pies provocadas por la larga caminata.
Aún estaban con sus mamelucos anaranjados
Los trabajadores se encontraban aún vestidos con sus mamelucos anaranjados y causaron gran impresión entre los pobladores de Chihuanquiri, donde el propietario de un autobús que hace regularmente el servicio entre esta localidad y Kiteni, les ofreció transportarlos
En Kiteni, base de operaciones militares desde se planeaban las operaciones contra el grupo terrorista, esperaban los familiares de los secuestrados, con quienes se reunieron en la placita principal del pueblo.
Los exrehenes son trabajadores de la empresa sueca Skanska y subcontratistas peruanos y en un primer momento los secuestradores exigieron 10 millones de dólares y una cuota mensual de un millón de dólares pero finalmente la liberación se realizó sin que hubiera habido ningún compromiso pecuniario de por medio.
Las autoridades dijeron que los autores del masivo plagio son remanente del grupo maoísta Sendero Luminoso, cuyo jefe máximo, Abimael Guzmán Reinoso, apresado en 1992 cumple una sentencia de cadena perpetua en una cárcel militar de Lima.
Humala con uniforme militar y los exrehenes
Grupos aislados de terroristas maoístas actúan esporádicamente en la zona conocida como VRAE (Valle de los Ríos Apurímac y Ene), pero en esta ocasión extendieron sus actividades hasta la provincia de La Convención en el departamento de Cusco, y más exactamente sobre distrito de Echarate donde opera el Consorcio Camisea, en la extracción y transporte de gas merced a un convenio con el gobierno.
Todos los trabajadores liberados se encuentran sanos y salvos, informó el Gobierno.
El presidente Ollanta Humala, que se encontraba en Colombia, donde participaba en la VI Cumbre de las Américas, dijo que la liberación de los rehenes se produjo después de desplegarse un cerco de militares y policías y que no hubo ninguna negociación de por medio.
"No hemos cedido a ningún chantaje de estas organizaciones terroristas", dijo Humala en una conferencia de prensa en que calificó de "grata noticia" la liberación de los trabajadores y anunció que volvería de inmediato al Perú.
Anunció, asimismo que las fuerzas del orden perseguirán a los secuestradores que se encuentran cercados en la selva.
Cansado exrehén ayudado por un militar
En efecto, el presidente Humala conversó hoy con los exrehenes y prometió una “persecución indesmayable” contra los terroristas.
Señaló que tras la liberación de los rehenes, ya se ha iniciado la segunda etapa de las operaciones.
“Nosotros vamos a seguir indesmayables en la persecución de estos delincuentes, hasta encontrarlos”, aseveró el jefe de Estado en la Base Aérea de Kiteni, Cusco, donde se reunió con los liberados que prestan servicio a las empresas del Consorcio Camisea, según informe difundido por la agencia estatal de noticias Andina.
Humala informó que en esta fase de la operación algunos efectivos han sido heridos por la explosión de minas antipersonales colocadas por los sediciosos en su huída, y que también se han registrado “algunas bajas”.
Fuerzas armadas persiguen a los sediciosos
Instó a los altos mandos de las fuerzas combinadas a continuar con el esfuerzo para capturar a los narcoterroristas “y colocarlos donde tienen que estar: en la cárcel”.
Confirmó que que la operación denominada Libertad movilizó a 1,500 efectivos militares y policiales a la selva del Cusco, y tuvo como prioridad la liberación, sanos y salvos, de los rehenes, sin aceptar ninguna demandas de los secuestradores.
Luis Eduardo Podestá
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