lunes, 9 de abril de 2012

'Queman' a terrorista ‘Artemio’

Quema de Judas cumplió
en Siete Esquinas
112 años de tradición


Un humorístico “testamento” de Judas que aludía a la situación política en el país, fue leído en la plaza del distrito de Yanahuara, mientras en el popular barrio de Siete Esquinas, donde la tradición cumplía 112 años, un monigote que representaba al detenido terrorista Artemio era quemado como si fuera Judas Iscariote.
Judas arde en Yanahuara, Arequipa

Así se cumplió, en la madrugada del Domingo de Resurrección, el rito de quemar a Judas por su traición a Cristo, en un fin de Semana Santa en que se mezcló lo religioso y lo pagano.

Los guionistas de la fecha se dieron mañana para incorporar en el llamado “testamento” de Judas que se lee tradicionalmente antes de que su imagen sea incinerada, a personajes de la política como el presidente Ollanta Humala, el presidente regional Juan Manuel Guillén y el alcalde de Arequipa Alberto Zegarra.

“Me prometiste que en el país crearías el seguro de desempleo, y lo que existe es un desempleo seguro, Ollantaycito… ¿Y el gas de 12 soles? Nos metiste el dedo a más de 28 millones de huevertos”, proclamó el orador José Luis Salinas Neira, ante cientos de fieles, que luego de escuchar la Misa del Gallo en la vieja iglesia de Yanahuara, se reunieron ante el portal del Mirador, para escuchar la lectura del testamento.

El documento reclamó también a Humala que llame al orden a su familia, sobre todo a su hermano preso, Antauro: “Tienes una piedra grande en el zapato, no es la pobreza del pueblo, no es la salud, la educación, hay algo que no te deja actuar como tú quisieras. ¿Sabes cómo se llama? Antauro”, se respondió a sí mismo el orador.
Invitados a una incineración

Luego les tocó a las autoridades locales. Al presidente regional Juan Manuel Guillén, Judas le dejó como herencia sus 30 monedas de plata con el encargo de reconstruir con ellas la ciudad, en vista de que el gobierno central no le hace caso.

A continuación el testamento aludió al alcalde provincial Alberto Zegarra, a quien Judas le dejó un reloj, para que se dé cuenta de que el tiempo se le está pasando y no ha hecho nada por los principales problemas de la ciudad y una brújula para que sepa que está desubicado y encuentre el camino para cumplir su trabajo en la Municipalidad.

La quema de Judas de Yanahuara ya es una ceremonia tradicional desde que en 1946, comenzó a organizarla la Hermandad del Señor del Santo Sepulcro, cuyos miembros han cumplido religiosamente desde ese año, con mantener el rito con que se cierra la Semana Santa en medio de la alegría de la resurrección de Cristo.

112 años quemando a Judas

La más antigua quema de Judas que se conoce en Arequipa, es la del criollo barrio de Siete Esquinas, donde convergen las calles Sucre, Tristán, Luna Pizarro y San Martín en el límite con el pintoresco sector del Vallecito.

Esta vez, el profesor, periodista y humorista Willy Galdos Frías, creador del famoso pasaporte de Arequipa, se disfrazó de Hermano Pablo III, en recuerdo del predicador de la televisión, y leyó el testamento de “Artemio Judas Iscariote”, ante un monigote de 3.50 metros de alto y 1.20 de ancho de tórax, que llevaba en una mano una bolsa donde se leía “Producto del narcoterrorismo”.
Final de un traidor bíblico

El original testamento aludió a personas y entidades del Estado entre estas a la Sunat, de la cual dijo que "más que Sunat debía llamarse tsunami" porque arrasaba con lo que encontraba salvo fueran muros demasiado fuertes como los de las grandes empresas y los clubes de fútbol. Criticó a los empleados del Seguro Social que maltratan a los pacientes. Galdos dijo: "Aprovechamos la libertad de expresión para decir la pura verdad. Este es un sentimiento no solo del barrio, sino de los arequipeños".

Galdos Frías recordó que la tradición en Siete Esquinas, data del año 1900, cuando un monaguillo de la cercana iglesia de La Merced, propuso a los vecinos vengar en la persona de Judas Iscariote el sufrimiento de la Virgen Dolorosa que salía de aquel templo y recorría ese barrio.

Desde entonces hasta hoy, la costumbre se ha modificado y sofisticado cuando Judas representa a algún personaje que debe ser castigado. Lo que se mantiene inalterable es que agotado el último resplandor de los fuegos artificiales y cohetes que han consumido a Judas, la gente disfruta del adobo de cerdo que se invitan mutuamente en casas privadas y restaurantes, y del té piteau (té aromatizado con anisado) que circula inagotable hasta bien entrada la mañana.

Luis Eduardo Podestá

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