en ermita de indios y acabó
con las diferencias étnicas
En estos tiempos, en que se promueven la inclusión social y la igualdad de las personas en el Perú, es bueno recordar que la devoción por el Cristo de la Caridad de la iglesia de Santa Marta de Arequipa tiene en su historia el haber contribuido a la desaparición de las diferencias entre indios, criollos y españoles en pleno siglo XIX, por lo menos en los registros parroquiales.
Las damas de Arequipa lo limpian con algodones
La historia registra que el obispo José Sebastián de Goyeneche y Barreda dispuso el servicio pastoral "sin distinción de castas" en 1835, cuando tomó posesión de la parroquia de Santa Marta. Hasta antes de esa fecha, los libros parroquiales "registraban a los fieles por grupos étnicos".
La decisión ya estaba adoptada, sin embargo, desde setiembre de 1811, a petición del cura Tadeo de la Llosa. Su Santidad, el papa Pío VI, concedió indulgencias para los devotos del Cristo de la Caridad.
Su procesión abre los ritos de Semana Santa
El Cristo de la Caridad, Patrono Jurado de Arequipa, es un Cristo crucificado con rostro angustiosamente ensangrentado y fue tallado en madera. Fue un obsequio del rey Carlos V.
Su cruz original era una "más modesta (que la actual); se puede observar aún en su Capilla ubicada a mano derecha" de la puerta principal del templo de Santa Marta y muestra "signos visibles del paso del tiempo", lo que le da más belleza e importancia, pues "nos remonta a nuestra Arequipa colonial a pocos años de su fundación", dice un cronista anónimo sobre la devoción a esa imagen.
En sus comienzos, el Cristo fue instalado en una llamada ermita de indios en el barrio de San Lázaro en 1566, y luego pasó a la Capilla de la Cárcel, en lo que es hoy el Portal de la Municipalidad, y por varios lugares, hasta su traslado a la también ermita de indios de la parroquia de Santa Marta, que en aquellos tiempos marcaba el lindero de la ciudad, el comienzo de la pampa, y de los caminos adonde arribaban arrieros.
Imagen tallada en madera hace más de cuatro siglos
Este año, como desde hace varios siglos, el Cristo de la Caridad abrió las festividades de la Semana Santa con una procesión, que ciertamente ha cambiado también con el tiempo.
El cronista recuerda, por ejemplo, que desde hace varios años ya no son los Hermanos Linares, de los distritos campesinos de Yarabamba o Quequeña, quienes acompañan la procesión con marchas y el Miserere que convocaba a la contrición.
Plaza e iglesia de Santa Marta en tiempos no tan actuales
Este año, como se ha visto a través de la televisión, la procesión fue acompañada por una banda militar que ejecutaba la conocida Marcha de Morán, que se utiliza para solemnizar actos fúnebres.
Sí permanece inalterable la tradición de que la procesión del Cristo de la Caridad sale el primer día de la Semana Santa para iniciar los sagrados ritos.
Llevan en hombros la sagrada imagen los miembros de la centenaria Hermandad de los Caballeros del Señor de la Caridad (escudo emblemático al lado), entre quienes se contaron alguna vez José Luis Bustamante y Rivero, quien fue presidente del Perú, los compositores Luis Duncker Lavalle y Benigno Ballón Farfán, el magistrado Álvaro Chocano Marina, los escritores y políticos Rafael Belaunde Diez Canseco y Víctor Andrés Belaunde, ya desaparecidos, y entre otros muchos el doctor Javier de Belaunde Ruiz de Somocurcio, ex legislador de la nación quien aún nos acompaña.
Nota - Este artículo fue publicado en el diario El Peruano del 5 de abril de 2012
Luis Eduardo Podestá
No hay comentarios.:
Publicar un comentario