jueves, 22 de marzo de 2012

¿Fue este un terremoto bueno?

¡Increíble! El terremoto
de México causó solo
2 muertos 7 heridos


Cuando apareció la cifra 7.8 grados Richter, pienso que hubo la unánime angustia sobre cuántas víctimas y destrucción causaría ese nuevo terremoto, esta vez en México, el más grande desde el de 1985 que dejó un saldo de 10,000 muertos.

Un terremoto de esa magnitud al que solo le faltan tres décimas para ser catalogado como gran sismo, podría haber causado una tragedia inenarrable en las ciudades afectadas, entre ellas México DF, la capital del país.

Transeúntes observan un derrumbe

Pero horas después, cuando se supone que en casos como este ya se tienen datos más o menos fidedignos, los despachos posteriores y las fotografías mostraban ausencia absoluta de víctimas mortales que las llaman, sí heridos y daños en las construcciones y estructuras hechas por el hombre.

La foto más espectacular fue la de un autobús aplastado por la caída de un puente peatonal. Ni edificios derrumbados ni paredes caídas. Todo lo cual hubiera sido normal.

Solo el conductor quedó herido levemente

Solo hubo dos muertos en el estado de Guerrero, uno al caerle balcón a causa del sismo y el otro debido a un infarto, según informó el diario El Universal. Hubo por otra parte, siete heridos, cinco en el distrito federal y dos en otros lugares. Parece increíble que cifra tan baja hubiera sido causada por un sismo de esa magnitud.



¿Era un terremoto bueno? Teníamos como antecedente el feroz sismo 1985 que alcanzó una magnitud de 8.1 grados Richter y causó cifra tan alta de muertos y enorme destrucción.

Los expertos han calificado este terremoto como fenómeno de “subducción”, es decir que se produjo a una profundidad mucho mayor dentro de la superficie terrestre que el sismo de 1985. Del mismo modo, la energía desatada por este sismo fue la mitad de la que estalló en aquel año.

En la escala de Richter una décima de diferencia es un factor a favor o en contra de los seres humanos y sus obras. La escala señala cifras exponenciales, lo que significa que un temblor de grado 4 no es el doble de uno de grado 2 sino cien veces más violento.

La gente se agrupa en un parque

Además, es notoria la educación de la población. No hubo pánico generalizado como suele ocurrir y la mayoría de personas salió de edificios que temblaban y se agrupó en espacios abiertos.

Algo más. Con la experiencia del terremoto de 1985, el gobierno mexicano modificó los reglamentos de construcción y estos se cumplen con toda severidad. Desde entonces los edificios son construidos de acuerdo a severas normas de resistencia frente a sismos de gran magnitud.
Destrozos leves sobre las veredas

Además existe entre los mexicanos, normas de conducta de los ocupantes de edificios frente a situaciones de emergencia. Por otra parte, participan en frecuentes simulacros que abarcan ciudades o regiones enteras del país. Y precisamente en Chiapas se desarrollaba un masivo simulacro de sismo cuando ocurrió el terremoto del martes.

Nosotros, los países de la cuenca del pacífico, que estamos enrolados en el fatídico cinturón de fuego, debemos estar preparados todo el tiempo porque nadie sabe cuándo se desencadenará un terremoto ni de qué características, que puede convertirse en cataclismo si no seguimos el ejemplo de los mexicanos, que han hecho frente al último fenómeno con verdadera entereza, por lo cual hoy no tienen una tragedia que lamentar.

Luis Eduardo Podestá

(Fotos de la prensa mexicana)

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