En Navarra, España, recuerdan
a su fundador y las vicisitudes
que rodearon su construcción
El Hospital Goyeneche, que será centenario desde el próximo viernes 11, tiene una rica historia de atención a los pacientes sin recursos. Su padrino de inauguración fue el Papa Pío X y su construcción demoró porque un presidente peruano tomó los fondos destinados a ello, para solventar gastos de la guerra que Chile con apoyo de Inglaterra declaró al Perú y Bolivia.
Monumento y fachada del hospital de Arequipa
El hospital que da nombre a la avenida en que se encuentra fue inaugurado, después de no pocas dificultades el 11 de febrero de 2012 y hoy es un órgano de atención de la salud dependiente del Gobierno Regional de Arequipa.
Su atención ha permitido salvar o mejorar la vida de millones de pacientes en cientos de emergencias como terremotos o convulsiones sociales en las que Arequipa fue pródiga durante la ya larga vida de su hospital emblemático.
Alrededor de la historia del que fue primer nosocomio de Arequipa el periodista Lander Santamaria escribió un artículo sobre la historia del Goyeneche que juzgo de lectura obligada, no solo por la cercanía de la fecha sino porque el diario en que apareció esta mañana, Noticias de Navarra, cubre la región donde nació el arzobispo Goyeneche. Pero aquí está el artículo de Santmaría sin más trámite.
Por Lander Santmaría
En unos días, el sábado próximo, 11 de febrero, cumplirá un siglo el Hospital Goyeneche y sigue siendo una de las instituciones sanitarias más reconocidas de Perú, donde lo mandó construir y para ello dejó un importante legado don José Sebastián de Goyeneche y Barreda, oriundo de Irurita, en el Valle de Baztan, y arzobispo de Lima y obispo de Arequipa. Falleció en 1872, y hasta cuarenta años más tarde no se haría realidad su póstumo deseo, por una causa mucho menos altruista: el Gobierno se gastó el dinero en financiar la guerra del Pacífico.
Fachada del Goyeneche en vieja foto publicada por Noticias de Navarra
Don José Sebastián de Goyeneche y Barreda, que ya estuvo antes por esta sección, era originario de Baztan por parte de padre, el militar y hacendado Juan de Goyeneche Aguerrebere y de María Josefa de Barreda y Benavides, y hermano de José Manuel que sería el primer Conde de Guaqui. Al morir, en 1872, dejó una manda que llegaba a las 150.000 pesetas expresamente para la construcción de un hospital para pobres en el Departamento de Arequipa, que debería ser entregado para su conducción y administración a la junta de Beneficencia, corporación o entidad que estuviera a cargo de los establecimientos de piedad.
Pero, como ha sucedido (y suele) otras tantas veces, el hombre propone y ...el Gobierno dispone. Una de esas guerras que tanto fortalecen los nacionalismos y que tanto agradan a los mandatarios de un país (y más si se trata de militares, como era el caso), la llamada del salitre que se había descubierto en miles de toneladas en el desierto de Atacama, precisaba de fondos para su financiación y las 150.000 pesetas (de las de entonces) de Goyeneche le venían al pelo al Gobierno. Entre asistir a los débiles y enfermos y enviar a la muerte a jóvenes, sanos y fuertes, el Gobierno se inclinó por la segunda opción y tomó el legado del arzobispo para cancelar los gastos de la contienda.
La ciudad rindió homenaje al obispo
Fue solo posteriormente (cuarenta años más tarde) cuando la Beneficencia Pública de Arequipa entre la que figuraban otros Goyeneche familiares del arzobispo, logró tras múltiples y trabajosas gestiones que el Estado reconociera su deuda. Y fueron los suyos, los duques de Gamio y Goyeneche, el conde de Guaqui (hermano del arzobispo) y José Sebastián Goyeneche y Gamio quienes incrementaron la donación facilitando por fin que se cumpliera el deseo de don José Goyeneche y Barreda.
El propio presidente de la república del Perú, José Pardo y Aliaga, colocó la primera piedra el día 1 de julio de 1905, iniciándose las obras del hospital que llevaría el nombre de Nuestra Señora del Consuelo. Los trabajos se demoraron siete años, y culminaron con la construcción de 37.882 metros cuadrados de instalaciones con 17.178 metros cuadrados de magníficos jardines y espacios verdes y arbolado.
En su tiempo fue el mejor
El inmueble responde a un tipo de arquitectura horizontal (ocupaba en origen el equivalente a cinco campos de fútbol) de estilo gótico y piedra de sillería, quizás en recuerdo del solar familia de Indakotxea de Irurita, y con techos encofrados. Y por fin, el 11 de febrero de 1912, siendo el doctor Manuel Guillermo de Castresana el director de la Beneficencia de Arequipa, se inauguró de forma solemne.
Tuvo como padrino al Papa Pío X, y bajo la advocación de la imagen de Cristo Pobre, patrón del hospital que se veneraba en la capilla destruida luego por el terremoto de 1960. El deseo de José Sebastián de Goyeneche se había cumplido.
La avenida lleva el nombre del fundador
El Hospital Goyeneche era de los mejores dotados de Sudamérica, contaba con 780 camas y todas las especialidades. Las religiosas de la Congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (casualmente, como en la antigua Casa de Misericordia y actual Residencia de Ancianos de Elizondo-Baztan) fueron encargadas por la Beneficencia de Arequipa de atender a los enfermos.
Desde siempre en plena avenida Goyeneche
Los terremotos de 1958 y 1960, golpearon fuertemente sus estructuras que hubo que reconstruir, en 1967 la gestión pasó al Ministerio de Salud, y en 1975 a las Regiones de Salud de Perú, de las que depende. Ahora tiene 307 camas y departamentos de todas las especialidades de la medicina y la más alta tecnología.
Otro terremoto en 2001 obligó a reconstruir instalaciones e infraestructura, a lo que colaboraron los actuales Goyeneche, creadores también de la fundación que existe aquí cerca, en San Sebastián. En Arequipa, cien años después permanece la obra del Hospital Goyeneche, en la avenida que lleva su nombre.
Tomado de Noticias de Navarra
Luis Eduardo Podestá
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