viernes, 27 de mayo de 2011

Hallan fósil de 20 millones de años

Descubrimiento confirmaría
que megaterios y gliptodontes
poblaron el norte del Perú




En circunstancias normales, el cerebro de ese mamífero que holló la selva amazónica hace 20 millones de años, no existiría en este momento, para ofrecer al mundo el dramático testimonio de su existencia y de la forma en que encontró la muerte.


Megaterio en la selva amazónica

El descubrimiento de un cerebro fosilizado en la región Amazonas, al norte de Lima, ha causado sensación en el mundo científico que han destacado la fosilización de tejidos blandos como el cerebro, es inusual, de allí la rareza del hallazgo de Amazonas.

El doctor Klaus Hönninger Mitrani, director del Museo Paleontológico Meyer-Hönninger de Chiclayo, al norte de Lima, dijo a la BBC Mundo que “se trata de un hallazgo poco común, que vendría a confirmar la presencia de mamíferos de gran tamaño en la zona durante el período Neógeno” y afirmó que "normalmente los tejidos blandos, como el cerebro, se descomponen y no se fosilizan".

Dijo que "a veces se encuentran moldes craneales”, que se originan cuando el cráneo se llena de sedimentos. “Pero esto es diferente", remarcó.

Deslizó la conjetura de que el animal protagonista de este drama sufrió un trauma tan severo que determinó que el cerebro abandonara la caja craneal y cayera al suelo.

Esqueleto de gliptodonte en Uruguay

En circunstancias normales se hubiera descompuesto pero afortunadamente para la ciencia cayó en un tipo de tierra rica en carbonato de calcio.

Y el contenido sedimentario -es decir, el tipo de tierra de la zona donde se produjo el hallazgo- hizo el resto, pues se trata de un terreno rico en carbonato de calcio que cubrió el cerebro en cuestión de horas. De modo que "primero se cocinó y luego se fosilizó", explicó.

Coincidió con esta teoría Luanne Faulknall, del Museo de Historia Natural de Londres, quien declaró a la BBC “que los fósiles de tejidos blando solo se producen en condiciones de preservación bastante inusuales. Existen, pero son muy raros", confirmó.

En cuanto al animal, Hönninger dijo que puede tratarse de un megaterio o gliptodonte, ya que “las características del cerebro indican que pertenecía a un mamífero”.

El fósil tiene 11 centímetros de ancho, 12 de largo y nueve de altura y todo indica
que perteneció a un animal de gran tamaño, segón el doctor Hönninger.

Una nota de prensa difundida por el Museo Paleontológico Meyer-Hönninger, informa fueron enviadas a especialistas en taxonomía de Estados Unidos y Alemania que fotografías del hallazgo para “determinar con mayor precisión la especie a la que pertenecía”.

Gliptodonde del tamaño de un Volkswagen

Hönninger cree que se puede tratar de un megaterio, esto es, un oso perezoso prehistórico gigante, o un gliptodonte, una especie de armadillo que podía alcanzar el tamaño de un Volkswagen escarabajo, anotó la BBC.

Hönninger dijo, asimismo, que se desconoce en qué época exacta aparecieron esos animales, de allí que descubrimientos como el del oso perezoso de Amazonas es muy significativo porque podría confirmar que ya se encontraban en Sudamérica hace 20 millones de años.

El Museo Meyer–Hönninger ha consagrado escuerzos y recursos a la tarea de reconstruir la Paleofauna prehistórica peruana en la región de Amazonas.





Luis Eduardo Podestá

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