sábado, 26 de marzo de 2011

700 kamikazes en el infierno "A"

Los llaman héroes
y mártires y son
el orgullo japonés



Los 700 kamikazes japoneses que trabajan en la central nuclear de Fukushima Daichi, saben que morirán más temprano o más tarde a consecuencia de la radiactividad que reciben en las tareas de limpieza a que están dedicados desde el 12 de marzo.

Al principio, la prensa y la comunidad japonesa, supieron que se trataba de 50 trabajadores que aquella madrugada se encontraban en la planta y debieron hacerse cargo de controlar la emergencia, tras el el terremoto de 9 grados Richter que causó el colapso de la recia construcción.

Luego su número aumentó a 200 y hoy se eleva a 700, la mayoría de ellos de más de 60 años de edad, y uno de los cuales, según se filtró a la prensa internacional, estaba a seis meses de alcanzar su jubilación.

Emplearán un robot para limpiar radiactividad

Todos ellos trabajan por un salario equivalente a 100 euros por día (unos 140 dólares) y, lo más probable es que se sumarán a las víctimas del terrible fenómeno y sus consecuencias que han desatado una ola de radiactividad en las vecindades de la planta de Fukushima, alrededor de la cual se ha creado un área de exclusión de 30 kilómetros.

Un informe de prensa dijo que los trabajadores de Fukushima, ahora héroes ante la sociedad japonesa, trabajan en medio de emanaciones radiactivas 10 mil veces más elevadas de los niveles normales, a causa de las cuales “la esperanza de vida se reduce con cada segundo que allí pasan”.

Central nuclear de Fukushima Daichi

La verdad es que, aunque las informaciones oficiales sobre su estado son vertidas a cuentagotas, la comunidad nipona los ha calificado de mártires y héroes y se han convertido en un orgullo japonés.

Sabíamos que podríamos morir

Una trabajadora de la central que tuvo la suerte de ser evacuada a tiempo, Michiko Otsuki, refirió que la mañana del terremoto "ni siquiera podíamos ver por donde caminábamos, pero empezamos a trabajar para arreglar los reactores, conscientes de que podría costarnos la vida".

Dijo que nadie trató de huir al percatarse de los daños sufridos por la planta y, por el contrario, todos se dedicaron a la tarea que les correspondía.

Fueron bautizados como "los 50 de Fukushima", porque se creía que solo llegaban a esa cifra. Pero el aumento de los escapes radiactivos y la necesidad de una solución, determinaron que la cifra se elevara primero a 200 y luego a 700 que trabajan en turnos de 50.

Primeros momentos del drama nuclear

Gregory Jaczo, presidente de la Comisión Reguladora Nuclear de los Estados Unidos, dijo que los “trabajadores de mono blanco están sometidos a ‘niveles de radiación letales’”.

Por su lado, la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco) ha declinado proporcionar la identidad de quienes trabajan en la central.

Sin embargo, la prensa publica testimonios personales de familiares de los "kemikazes" de Fukushima.

"Mi padre todavía está dentro de la planta y se están quedando sin comida. Creo que las condiciones son realmente duras. Él dice que ha aceptado su suerte. Estoy orgullosa de mi padre", refirió la hija de uno de los operarios en un correo electrónico que dio a conocer la televisión japonesa.

Examinan radiactividad del océano

Mientras tanto, la agencia japonesa de noticias Jiji, informó hoy sábado que, según datos de la Policía Nacional japonesa, el número de muertos se ha elevado a 10.418 y el de los desaparecidos a 17.072.


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