dan a los demás… tan fuertes
Parece que por estos días, algunos presidentes –por lo menos en esta parte del continente– se encuentran nerviosos, irascibles, no aguantan pulgas y menos que les hagan un foul deportivo en Bolivia, o que les griten ¡corrupto!, lo que sí trascendió a la prensa peruana.
Lo primero fue un espectáculo deportivo (?) en que el presidente de Bolivia, Evo Morales, le aplica y feroz patadón en donde duele más, en la entrepierna, a un futbolista del equipo contra el cual libraba un partido de fútbol.
Al parecer, el presidente boliviano acostumbra a jugar fútbol y a meter goles, pero esta vez se equivocó y aplicó un rodillazo a un futbolista contrario, alguien que no ha quedado en el anonimato porque se trata de un funcionario de la municipalidad de La Paz.
Informes posteriores indicaron que el presidente Evo se disculpó en rueda de prensa: "Lamento mucho mi reacción, pido disculpas a los deportistas, a los futbolistas y al jugador. Es un error. Nuevamente mil disculpas".
Pero hay periodistas que opinan que el mandatario solo debe jugar con quienes le aguanten los rodillazos, es decir, con sus fieles y leales, que le dejan meter goles.
No fue una, fueron dos
El segundo incidente fue protagonizado por el presidente de todos los peruanos, don Alan García Pérez, quien según una publicación del Diario 16 del domingo 10, le había aplicado una soberana cachetada a un humilde pero temerario mortal que le gritó ¡corrupto!
Portada de Diario 16
Se trataba del voluntario Richard Emilio Gálvez León (27), quien trabajaba en el hospital Edgardo Rebagliati. Como el muchacho continuara protestando, los guardaespaldas del presidente lo golpearon y patearon hasta que las personas que asistían al espectáculo rechazaron el ataque.
La noticia fue confirmada hoy lunes por Perú.21, cuyas páginas afirmaron que no fue una sino dos bofetadas las que recibió el arriesgado insultante a la majestad representativa de la nación peruana. También el diario La Primera dio una versión sobre el suceso esta mañana.
Diario 16 y Perú-21 recordaron la desgracia de otro golpeado ciudadano. Esa vez, en 2004, fue Jesús Lora, quien se atrevió a situarse delante del entonces candidato, en una manifestación pública programada por la CGTP.
La patadita 2004 de Alan
García, que portaba la bandera peruana, no permitió que alguien se interpusiera entre él y las cámaras y le largó tal puntapié que Lora hizo una expresión que quedó inmortalizada en cien periódicos y televisoras.
Conocíamos una pieza de teatro sobre El rey que rabió del español Ruperto Chapi, pero no de presidentes pateadores y abofeteadores quienes han hecho su debut en los últimas días. Fueron Evo y Alan los primeros… y ojalá sean los últimos.
Luis Eduardo Podestá
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