viernes, 19 de junio de 2009

El Gallito le abre la pelea al frío





“Ya pues, no se hagan
los locos: estas
guaguas tienen frío”

Con esta invocación que más parece una orden, El Gallito, “quincenario mensual humorístico de aparición semanal” de Arequipa, cambiaba su habitual cara festiva, contestataria e irreverente para hacer un llamado conmovedor a favor de los niños que en un pueblo de Puno llamado Caricari, sufren las consecuencias del actual friaje que lo llaman, pero que es más que todo, friaje del interés estatal que sabe bien que todos los años el fenómeno se produce con pasmosa regularidad y es incapaz de adoptar alguna previsión.


Por primera vez en sus diez años y meses de escalofriante desparpajo, en que los camanejos eran los paganos de mil bromas y noticias El Gallito se convirtió en serio en su edición 221, con el fin de clamar ayuda para los chibolos de Caricari, un pueblo de la puna de Puno donde hace más frío que en Alaska.


El Gallito ha dirigido su gallazo a la sociedad mistiana y lo cierto es que, según las informaciones que he leído en el diario El Pueblo y recogido de los habituales “contactos” que a un viejo periodista no le faltan, el asunto ha tenido la respuesta que esperaba. Muchos se han alineado a favor de las guaguas de Caricari... hasta los que estamos en Lima.

A despecho de su escaso plumaje, El Gallito, o sea su director Álvaro Podestá Cuadros, que se hace llamar Lessness, un vocablo que ni los ingleses entienden, decidió ir a Puno, escoger quizá al azar al pueblo de Caricari, conversar con los pequeños de la escuela que dice son 117, número cabalístico en las páginas gallísticas, y levantar la cresta para conseguir que allí todos duerman abrigados y le escamoteen a la muerte lo que se quiera llevar.

Comenzó una campaña de la que no se libraron ni sus familiares más directos y menos, por supuesto, los muchos amigos y contactos comerciales que tiene en Arequipa.

Así que, el martes próximo irá al pueblo de Caricari, en complicidad de su collera, entre la cual hay muchas instituciones y gente que conozco que sería laaaaaaaargo enumerar, y que para el caso constituyen la fraternidad no inscrita en Registros Públicos, con bolsas llenas de ropa, frazadas y otras cosas que la modestia de El Gallito le impide comentar.

De modo que de aquí al lunes, tienes tiempo de hacer tu aporte para los niños de Caricari y que, por lo menos esta gota de calor en la inmensidad del mar de la indiferencia, alivie alguna de las muchas necesidades de aquella comunidad puneña donde el frío y la pobreza están diezmando a los niños... el futuro del Perú.

Y que tu contribución sea bienvenida y bendecida.


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