un apostolado
“El único mérito que tengo
es la honradez”, dijo
El hijo del ahora centenario político, escritor, historiador y arequipeño Javier de Belaunde Ruiz de Somocurcio, que el lunes 18 cumplió cien años de edad, él sí en olor de multitud, dijo al comenzar esa singular ceremonia de homenaje:
-Mi padre me pidió el 2 de enero de este año que quería festejarse el día de su cumpleaños. Les agradezo estar aquí para acompañarlo.
Centenario don Javier de Belaunde Ruiz de Somocurcio
A la celebración acudieron unas 300 personas, familiares, amigos, paisanos, sus colegas de política, entre ellos Javier Alva Orlandini y Luis Bedoya Reyes, quienes fueron ubicados en la mesa de honor, junto al historiador arequipeño Eusebio Quiroz Paz Soldán, y, allí también sería ubicado, a su llegada a las 8.30 de la noche, el presidente Alan García Pérez, quien también se sumó a los saludos al centenario don Javier.
Doctor Juan Chavez Molina y congresista Martha Hildebrandt
En primera fila, se encontraba la congresista Martha Hildebrandt, quien aplaudió escasas veces y se abstuvo cuando los oradores tuvieron frases de rechazo contra las dictaduras e hicieron alusión a las obligaciones del Congreso. A su lado, muy atento y sereno, estuvo el jurista mistiano, una vez presidente del Jurado Nacional de Elecciones, Juan Chávez Molina. Unas filas más atrás estaban el ex diputado Javier Díaz Orihuela, el vocal Supremo Manuel Sánchez-Palacios Paiva, el presidente de la ONP, José Luis Chirinos, el abogado y ex legislador Francisco Chirinos Soto, viejo y leal amigo aunque antagonista político de don Javier y, entre otros muchos invitados, el antiguo y ejemplar notario Alberto Flores Barrón.
Javier de Belaunde López de Romaña, quien actuó como maestro de ceremonias, anunció la proyección de un video que fue una minuciosa pero ágil descripción del entorno donde don Javier nació y se crió, a orillas del río Majes, en la provincia de Castilla, de su juventud en la ciudad de Arequipa, de sus luchas políticas. Destacó su profundo amor por la democracia y el respeto al estado de derecho, junto a sus indoblegables luchas contra las dictaduras.
El acto se desarrollaba en el salón principal de la Casa de Bolívar, en el Museo Nacional de Historia de Pueblo Libre, un escenario que no pudo haber sido mejor escogido ya que don Javier es un bolivariano confeso y militante y autor de numerosos libros, ensayos y artículos sobre Simón Bolívar.
La mesa de honor estaba ubicada, sin embargo, en el proscenio dominado por una enorme y archiconocida pintura del momento en que el generalísimo José de San Martín proclama la independencia del Perú.
Mientras veíamos el video, escuchábamos un fondo musical de Los Dávalos que entonaban Al pie del Misti y luego a una orquesta que ejecutaba las notas de Melgar, el inolvidable y sentimental vals de Benigno Ballón Farfán.
Hubo algunas coincidencias en la mesa: Tres Javieres, Javier de Belaunde y su hijo Javier y Javier Alva, y dos pájaros de alta política, el Tucán Bedoya Reyes y el Lechuzón ya mencionado.
No se metió el Perú al bolsillo
Javier hijo anunció al primer orador, el historiador Eusebio Quiroz Paz Soldán, especialmente llegado de Arequipa, quien hizo una documentada y emotiva reseña biográfica de Javier, padre, destacó los tramos más destacados que marcaron su trayectoria política, sus cualidades de escritor, de historiador y hombre de bien que había cultivado “la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace”.
Historiador Eusebio Quiroz Paz Soldán
Quiroz remarcó que don Javier “hizo de la política una tarea ética” y concluyó con una frase que resultó picante para algunos practicantes de la política actual que han encontrado en ella su modo de vivir bien a toda costa: “No se metió el Perú al bolsillo”.
Luego, Luis Bedoya Reyes, quien no ha perdido su presencia de ánimo ni la picardía ni el sarcasmo de su discurso, recordó la historia dramática historia republicana del Perú y la revolución de Sánchez Cerro de 1930, que recibió el apoyo de Arequipa, pero a quien la misma Arequipa repudió cuando trató de violar la Constitución.
Luis Bedoya Reyes congratula a don Javier
Bedoya recordó la vida univeresitaria de don Javier y los incidentes que rodearon su vida en el cumplimiento de su vocación democrática desde los claustros universitarios hasta su brillante actuación como legislador.
Javier Alva Orlandini recuerda pasajes de la historia
A su turno, el ex parlamentario, ex ministro del presidente Fernando Belaunde y alto dirigente de Acción Popular, Javier Alva Orlandini, describió la vida política ejemplar de don Javier, hizo un recuento histórico de lo que le tocó vivir y recordó en especial el periodo en que el Apra cogobernó con don José Luis Bustamante y Rivero y resaltó que “los apristas se olvidaron de que eran parte del gobierno” y promovieron la destrucción de la democracia.
Recorrió las luchas de Javier de Belaunde contra las dictaduras y evocó las dictaduras de Manuel Odría, Juan Velasco y más recientemente la de Fujimori para rematar con palabras, él que fue un combativo legislador, sobre la misión del Congreso que “no está para aumentarse el sueldo ni para los gastos operativos” sino para servir a la nación.
El mérito de la honradez
Luego Javier hijo, anunció a su padre y advirtió que tenía de él, la autorización para sacarle tarjeta amarilla y hasta tarjeta roja, si se excedía en el tiempo de su discurso. Pero no fue así. Javier padre ocupó el tiempo justo para decir lo que tenía que decir.
Desde su silla de ruedas, Javier de Belaunde dijo que para él “la política fue un apostolado al servicio de la patria”.
Recordó las heroicas jornadas del pueblo de Arequipa en que participó en 1950 y 1955, tras la segunda de las cuales, cayó el siniestro ministro de gobierno de la dictadura de Odría, Alejandro Esparza Zañartu.
Hizo una invocación para “acabar con los antagonismos y lograr la recuperación moral del Perú” e invitó a todos a unirse en “una gran cruzada para hacer un Perú mejor para todos”.
Calificó el acto de homenaje como una “reunión de afecto y de civismo” que no merecía porque “el único mérito que puedo exhibir es mi honradez”.
Presidente Alan García felicita a don Javier
El presidente Alan García Pérez acompañado por el Canciller José García Belaunde y el congresista Luis Gonzales Posada, saludó muy efusivamente a Javier de Belaunde. En las breves palabras que pronunció, García, recordó que a sus 12 o 13 años de edad, “ya lo escuché a usted rugir en su escaño” de la Cámara de Diputados. Recordó que su padre le hablaba de él como de un político ejemplar.
La fiesta del centenario fue como Javier de Belaunde la había deseado. Estuvo rodeado de familiares cercanos y lejanos, amigos, paisanos y rivales políticos de antaño, unidos en el sentimiento común del reconocimiento a un hombre de bien y a un mejor político que con las banderas en alto de la rebeldía contra las dictaduras, marchó a través de la difícil vida de un país con eterna democracia en formación, por el único camino que conocía: la honradez, la transparencia y el servicio a su patria y a sus semejantes.
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