miércoles, 25 de marzo de 2009

Su otro yo traicionó a García





El subconsciente autoritario
le afloró al mandatario



El otro yo autoritario, soberbio y parlanchín del doctor García lo traicionó una vez más, pero esta vez con alevosía y sin dejar márgenes a la duda.

"En el Perú”, dijo el mandatario que se cree rey, “el Presidente tiene un poder, no puede hacer Presidente al que él quiera, pero sí puede evitar que sea Presidente quien él no quiere".

¿Es decir que el presidente con su poder puede fabricar presidentes e impedir que quien no le simpatiza llegue al palacio de Pizarro?
¿Quién no recordó en esos momentos a Mario Vargas Llosa, a Lourdes Flores y a Ollanta Humala?

Algunos políticos de oposición como el congresista Carlos Bruce, ex ministro de Vivienda del régimen de Alejandro Toledo, lo tomaron a la chacota. Tras decir que lo que dijo García era “una barbaridad”, atribuyó sus palabras a su cansancio mental y le aconsejó tomar unas vacaciones de fin de semana, por ejemplo, en Punta Sal, el balneario preferido por el Cholo, lo que le causó semanales críticas en los medios, a veces sin compasión.

Pero el asunto no es para tomarlo tan en broma. Hay que recordar que el Apra, por mandato de García que entonces estaba en el poder, dio la consigna –así maneja a los compañeros- de no votar por el “derechista Mario Vargas Llosa”, sino por el ingeniero japonés que nos ha dejado tan buenos recuerdos de su régimen y quien actualmente está en el banquillo de los acusados a la espera de una sentencia que debe producirse a mediados de abril.

Incontinencia verbal lo hizo confesar





García, con su natural soberbia les ha dado carne a los leones y lo han acusado de amenazar la democracia, a la que él y su partido le tienen poco respeto.

Recordemos que Armando Villanueva fue a poner un ramo de flores en la tumba de la terrorista La Torre, que entonces era la compañera del también terrorista Abimael Guzmán.

Recordemos asimismo, que el propio García en una reunión partidaria instó a sus huestes en Huancayo a asumir la mística de Sendero Luminoso que entonces asolaba y ensangrentaba al país matando indiscriminadamente a inocentes, muchos de ellos autoridades apristas de los pueblos más alejados, a militares y policías, para despojarlos de sus armas.

Ollanta Humala agarró de inmediato la vela del entierro y manifestó que “los peruanos estábamos avisados de lo que se venía en la campaña electoral: `no solamente persecuciones políticas, (sino) la utilización de los poderes que tiene el Presidente de la República para interferir y burlarse de la voluntad popular`".

Fue más allá al proclamar que las “palabras del Presidente de la República son una amenaza al estado de derecho y la democracia, y no es lo que dicen ahora que no se ha comprendido bien, no hay excusa para lo que ha dicho".

Humala mencionó los casos de Mario Vargas Llosa en 1990 y de Lourdes Flores y de él mismo en 2006, cuando García presuntamente utilizó recursos del estado para combatir a sus rivales.

Lourdes Flores advirtió que en la próxima campaña electoral podría esperarse un fraude.

Recalcó que las palabras de García fueron “absolutamente impertinentes, le brotan espontáneamente por ese mesianismo, esa soberbia".

Llevado por su incontinencia verbal, García ha confesado en público que lo que hizo años atrás para quebrar las candidaturas de sus rivales, puede repetirse y la forma en que lo dijo no evidenciaba ningún arrepentimiento, sino la voluntad del repechaje.

Así que, ciudadanos del Perú, estamos avisados. El fraude en las próximas elecciones puede venir del palacio de Pizarro.




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