(Y también para el que no lo es)
Sobre apóstrofo y apóstrofe
¡Por qué no te callas!
fue un apóstrofe real
Con renovada frecuencia se confunden los términos apóstrofe y apóstrofo.
Por lo general, las personas utilizan la palabra apóstrofe para designar el signo ortográfico parecido a una coma que va junto a una palabra para señalar que falta una letra, pero no es así.
Por ejemplo, cuando usted utiliza “allá por los años ‘90”, ha colocado un apóstrofo para indicar que faltan dos números anteriores a los escritos”.
En el caso de, por ejemplo, D’Onofrio, D’Argentus, D’Luca y otros términos de la mismo laya, que podrían traducirse por “de” (propiedad de) Onofrio o Argentus o Luca, también se ha colocado un apóstrofo.
Sobre el apóstrofo, la vigésimo tercera edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua dice:
Apóstrofo. (Del griego. ἀπόστροφος).
1. m. Signo ortográfico (') que indica la elisión de una letra o cifra.
En cambio, del término apóstrofe dice lo siguiente:
Apóstrofe. (Del latín apostrŏphe, y este del griego ἀποστροφή).
En cambio, del término apóstrofe dice lo siguiente:
Apóstrofe. (Del latín apostrŏphe, y este del griego ἀποστροφή).
1. Figura que consiste en dirigir la palabra con vehemencia en segunda persona a una o varias, presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres abstractos o a cosas inanimadas, o en dirigírsela a sí mismo en iguales términos.
Esto nos hace recordar el momento en que el rey de España, don Juan Carlos de Borbón, apostrofó al presidente de Venezuela Hugo Chávez en una reunión cumbre de jefes de estado cuando este estaba verdaderamente impertinente e interrumpía a los oradores cuando le daba la gana.
Esto nos hace recordar el momento en que el rey de España, don Juan Carlos de Borbón, apostrofó al presidente de Venezuela Hugo Chávez en una reunión cumbre de jefes de estado cuando este estaba verdaderamente impertinente e interrumpía a los oradores cuando le daba la gana.
En esa ocasión le gritó ¡Por qué no te callas!, como usted recordará.
Me parece, asimismo, que en la línea definida por la Real Academia también puede apostrofarse a terceras personas (“…ausentes, vivas o muertas”, dice su diccionario) como lo hizo en ausencia el apóstrofe del presidente Alan García contra “¡esas malditas ratas!”, ¿recuerda usted? en referencia a su compañero Rómulo León y sus compinches cuando se descubrieron los petroaudios.
Me parece, asimismo, que en la línea definida por la Real Academia también puede apostrofarse a terceras personas (“…ausentes, vivas o muertas”, dice su diccionario) como lo hizo en ausencia el apóstrofe del presidente Alan García contra “¡esas malditas ratas!”, ¿recuerda usted? en referencia a su compañero Rómulo León y sus compinches cuando se descubrieron los petroaudios.
Y nada más por hoy. Hasta nuestro próximo taller...
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